RELACIÓN DE ABREVIATURAS
Sagrada Escritura
Ab: Abdías
Am: Amós
Ap: Apocalipsis
Col: Carta de san Pablo a los Colosenses
1 Co: Primera carta de san Pablo a los Corintios
Dt: Deuteronomio
Qo: Qohelet (Eclesiastés)
Eci : Sirácida (Eclesiástico)
Ef: Carta de san Pablo a los Efesios
Ex: Éxodo
Flm: Carta de san Pablo a Filemón
Flp: Carta de san Pablo a los Filipenses
Ga: Carta de san Pablo a los Gálatas
Gn: Génesis
Hb: Carta a los Hebreos
Hch: Hechos de los Apóstoles
Is: Isaías
Jl: Joel
Jn: Evangelio según san Juan
1 Jn: Primera Carta de san Juan
Lc: Evangelio según san Lucas
Lv: Levítico
Mc: Evangelio según san Marcos
Mt: Evangelio según san Mateo
1 P: Primera Carta de san Pedro
2 P: Segunda Carta de san Pedro
Pr: Proverbios
1 R: Libro I de los Reyes
Rm: Carta de san Pablo a los Romanos
Sb: Libro de la Sabiduría
Sal: Salmos
St: Carta de Santiago
1 Ts: Primera Carta de san Pablo a los Tesalonicenses
2 Ts: Segunda Carta de san Pablo a los Tesalonicenses
1 Tm : Primera Carta de san Pablo a Timoteo
Tt: Carta de san Pablo a Tito
Tb: Libro de Tobías
Documentos del Magisterio de la Iglesia
AA: Concilio Vaticano II, Declaración Apostolicam actuositatem (1965)
AG: Concilio Vaticano II, Decreto Ad gentes (1965)
BH: Pío XII, Radiomensaje Benignitas et humanitas (1944)
CA: Juan Pablo II, Encíclica Centesimus annus (1991)
CC: Pío XI, Encíclica Casti connubii (1930)
CDSI: Pontificio Consejo Justicia y Paz, Compendio de Doctrina Social de la Iglesia (2005)
CCE: Catecismo de la Iglesia Católica (1997)
CDF: Santa Sede, Carta de los derechos de la familia (1983)
CF: Juan Pablo II, Carta a las familias (1994)
CIC : Código de Derecho Canónico (1983)
CL: Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Christifideles laici (1989)
CP: CEE, Instrucción Pastoral Constructores de la paz (1986)
CV: Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate (2009)
CVP: CEE, Instrucción Pastoral Los católicos en la vida pública (1986)
DCE: Benedicto XVI, Encíclica Deus caritas est (2005)
DD: Juan Pablo II, Carta Apostólica Dies Domini (1998)
DH: Concilio Vaticano II, Declaración Dignitatis humanæ (1965)
DIM: Pío XI, Encíclica Divini illius Magistri (1929)
DR: Pío XI, Encíclica Divini Redemptoris (1937)
DV: Conc. Vaticano II, Constitución Dogmática Dei Verbum (1965).
DVt: SCDF, Instrucción Donum vitae (1987)
EV: Juan Pablo II, Encíclica Evangelium vitæ (1995)
FC: Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris consortio (1981)
FR Juan Pablo II, Encíclica Fides et ratio (1998)
GE: Conc. Vaticano II, Declaración Gravissimum educationis (1965)
GS: Conc. Vaticano II, Constitución Pastoral Gaudium et spes (1965)
HP: SCDF, Carta sobre la atención pastoral de las personas homosexuales (1986)
HV: Pablo VI, Encíclica Humanæ vitæ (1967)
LC: SCDF, Instrucción Libertatis conscientia (1986)
LE: Juan Pablo II, Encíclica Laborem exercens (1981)
LG: Conc. Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium (1964)
LN: SCDF, Instrucción Libertatis nuntius (1984)
LS: Pío XII, Radiomensaje La Solemnità (1941)
MD: Juan Pablo II, Carta Apostólica Mulieris dignitatem (1988)
MBS: Pío XI, Encíclica Mit brennender sorge (1937)
MM: Juan XXIII, Encíclica Mater et Magistra (1961)
NBS: Pío XI, Encíclica Non abbiamo bisogno (1931)
OA: Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima adveniens (1971)
OAH SCEC, Orientaciones educativas sobre el amor humano (1983)
PP: Pablo VI, Encíclica Populorum progessio (1967)
PT: Juan XXIII, Encíclica Pacem in terris (1963)
QA: Pío XI, Encíclica Quadragesimo anno (1931)
RH: Juan Pablo II, Encíclica Redemptor hominis (1979)
RN: León XIII, Encíclica Rerum novarum (1891)
SRS: Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo rei socialis (1987)
VHL: CEE, Instrucción Pastoral La verdad os hará libres (1990)
VS: Juan Pablo II, Encíclica Veritatis splendor (1993)
Otras siglas
SCDF: Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe
SCEC: Sagrada Congregación para la Educación Católica
PCJP: Pontificio Consejo “Justicia y Paz”
S Th: Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica
CEE: Conferencia Episcopal Española
c.: Canon (del Código de Derecho Canónico)
cf.: Confróntese
DSI: Doctrina Social de la Iglesia
n.: Número
Nota: La numeración de los documentos empleada sigue la presentada en: www.vatican.va
Capítulo VII
FUNDAMENTOS MORALES DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
El ser humano necesita para su vida un conjunto de medios que son relativamente escasos y requieren una diligente administración. A estos medios se les atribuye un valor “económico” ( economía deriva del griego, oikonomía, y significa “dirección o administración de una casa”). Entre los medios económicos se cuentan algunos que son necesarios para la vida física (alimentación, vivienda, cuidado de la salud...), mientras que otros contribuyen al desarrollo cultural o espiritual del hombre (educación, bienes culturales, medios de comunicación social, transportes, lugares de culto...).
La ciencia económica se ocupa de la actividad humana encaminada a satisfacer necesidades y deseos de la gente utilizando recursos escasos, mientras que la organización económica se propone cubrir de un modo ordenado y eficiente dicha actividad por medio de instituciones y procedimientos adecuados.
La Iglesia no pretende hacer ciencia económica, ni establecer modelos o programas para la organización de la economía, pero le preocupan los aspectos éticos de la ordenación económica. A este propósito enseña que 'la actividad económica dirigida según sus propios métodos, debe moverse dentro de los límites del orden moral, según la justicia social, a fin de responder al plan de Dios sobre el hombre (GS 64)' (CCE 2426).
La actividad económica, al servicio del hombre
Como señala Benedicto XVI, “el sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente” (CV 36).
La actividad económica ha de ponerse al servicio del hombre. El Concilio Vaticano II expresaba que 'según el parecer casi unánime de creyentes y no creyentes, todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos ellos' (GS 12). Esto equivale a afirmar que la riqueza, igual que la tecnología y los procesos económicos, son instrumentales respecto a las personas.
En consecuencia, 'el desarrollo de las actividades económicas y el crecimiento de la producción están destinados a remediar las necesidades de los seres humanos. La vida económica no tiende solamente a multiplicar los bienes producidos y a aumentar el lucro o el poder; está ante todo ordenada al servicio de las personas, del hombre entero y de toda la comunidad humana' (CCE 2426).
Considerar el afán de riqueza como un absoluto y no como un medio para satisfacer necesidades humanas es invertir el correcto orden de valores. El propio Evangelio advierte de modo contundente: 'No podéis servir a Dios y al dinero' (Mt 6,24; cf. Lc 16,13). Cuando se sirve al dinero en lugar de a Dios hay un serio desorden moral. El Catecismo recoge una larga experiencia histórica al recordar que 'el apetito desordenado de dinero no deja de producir efectos perniciosos. Es una de las causas de los numerosos conflictos que perturban el orden social (cf. GS 63 , 3; LE 7; CA 35)' (CCE 2424).
Reconocer que la riqueza tiene un valor instrumental no significa, sin embargo, que deba despreciarse, ni que el lucro sea algo malo en sí mismo. Lo que es malo es poner la riqueza, o su medida que es el dinero, por encima de las personas. Si así fuera, la riqueza ya no serían un medio, sino un fin; se estaría sirviendo a las riquezas, en lugar de servirse de ellas. Y esta inversión de medios y fines es contraria al Evangelio y a la recta razón.