Agradecimientos
Un libro como éste depende más que la mayoría de las sugerencias y los ánimos prestados por otros, a veces incluso sin ser conscientes de la ayuda que prestan. En muchos y diversos sentidos deseo expresar mi agradecimiento a: Joe Bergin, Richard Bessel, John Breuilly, Franz Brüggermeier, Chris Clark, Paul Corner, David Dilks, Christopher Duggan, Richard Evans, Detlef Felken, Jürgen Förster, Norbert Frei, Elke Fröhlich, Mary Fulbrook, Dick Geary, Robert Gerwarth, Christian Göschel, Mike Hannah, Joe Harrison, Julia Hoffmann, Dov Kulka, Eberhard Jäckel, Margit Ketterle, Peter Liddle, Klaus A. Maier, Michael Mann, Andy Marrison, los miembros del Cambridge Modern History Seminar, Hans Mommsen, Bob Moore, Irene Nielsen, Frank O’Gorman, Peter Pulzer, Aron Rodrigue, Mary Vincent, George Wedell, Hans-Ulrich Wehler, Frieder Weitbrecht, Charlotte Woodford, Hans Woller, Jonathan Wright y Benjamin Ziemann.
Debo mucho a Gerhard Hirschfeld por facilitarme la excelente Enciclopedia de la Primera Guerra Mundial que él mismo editó en colaboración con otras destacadas personalidades y que constituye toda una autoridad en la materia (posteriormente ha aparecido una espléndida edición en inglés). Bernt Hagtvet fue más que amable al proporcionarme dos utilísimos volúmenes, cargados de información, que yo no había podido conseguir y que deberían ser más conocidos: la colección de artículos editados por Dirk Berg-Schlosser y Jeremy Mitchell sobre las crisis de la democracia en la Europa de entreguerras, y el libro de Stein Ugelvik Larsen sobre la transición del fascismo a la democracia a partir de 1945. Deseo también expresar mi agradecimiento a Norman Davies, que me habló de varios relatos de primera mano de los sucesos de Polonia, incluidas las fascinantes memorias del alcalde de un pueblo, Jan Słoma, y a Andreas Kossert por otras referencias a las fuentes polacas.
Especial gratitud debo a varias personas por sus comentarios críticos a mi texto. Beverly Eaton enmendó numerosos errores tipográficos. Traude Spät me hizo algunas sugerencias excelentes (tanto ella como Ulrich me brindaron la generosa hospitalidad habitual en ellos durante mis estancias en Múnich). En el ámbito de la experiencia debo dar las más efusivas gracias por sus valiosas observaciones de crítica constructiva a David Cannadine (editor general de la serie Penguin History of Europe), a Laurence Rees y a Nicholas Stargardt. Y cuando los borradores estuvieron listos, Richard Mason demostró ser un corrector de manuscritos espléndidamente meticuloso.
Como en otras ocasiones fue un placer trabajar con el excelente equipo de Penguin. Simon Winder fue, como de costumbre, un editor ejemplar. Maria Bedford y él fueron además una gran ayuda a la hora de buscar y de seleccionar las imágenes, mientras que Richard Duguid supervisó la producción con su habitual eficiencia. Mi agradecimiento también para Auriol Griffith-Jones por su primorosa confección del índice analítico. Estoy, como siempre, muy agradecido a Andrew Wylie por ser un agente literario sin par, y en la Wylie Agency a James Pullen y a Sarah Chalphant por su ayuda y sus consejos infalibles.
Betty, David y Stephen han sido en todo momento una inagotable fuente de apoyo y aliento. Betty me planteó una serie de preguntas muy pertinentes acerca de ciertos puntos de detalle que descubrió en el texto, mientras que las charlas sobre los borradores con David en el Royal Oak de Didsbury fueron sumamente divertidas a la vez que instructivas. Por último, nuestros cinco nietos, Sophie, Joe, Ella, Olivia y Henry, no han dejado de ofrecerme una maravillosa y feliz distracción del deprimente relato que he tenido que contar aquí. Esperemos que tanto ellos como otros niños de su generación gocen de una Europa futura capaz de existir sin la división, el rencor y los odios que han ensombrecido su pasado.
I AN K ERSHAW ,
Manchester, mayo de 2015
Prólogo
Éste es el primero de dos volúmenes sobre la historia de Europa desde 1914 hasta nuestros días. Es con diferencia la obra más difícil que me he propuesto escribir. Cada uno de los libros que he escrito hasta la fecha ha sido en cierto modo un intento por mi parte de entender mejor un problema del pasado. En este caso, el pasado reciente comporta una multiplicidad de problemas extremadamente complejos. Pero al margen de cuáles fueran las dificultades, la tentación de intentar entender mejor las fuerzas que en el pasado reciente han contribuido a configurar el mundo actual ha sido irresistible.
Naturalmente no hay una sola manera de abordar una historia de la Europa del siglo XX . Ya existen algunas obras excelentes con interpretaciones y estructuras diversas: entre ellas, cada una con una interpretación diferente del siglo, los libros de Eric Hobsbawm, Mark Mazower, Richard Vinen, Harold James y Bernard Wasserstein. El presente volumen y el que lo sigue representan necesariamente un enfoque personalizado de un siglo tan trascendental. Y como cualquier intento de abarcar un panorama tan vasto a lo largo de un período de tiempo tan dilatado, tiene que basarse en gran medida en las investigaciones pioneras llevadas a cabo por otros.
Ni que decir tiene que soy consciente de que prácticamente sobre cada frase que he escrito tenía a mi disposición una verdadera multitud de obras de especialistas, a menudo de enorme calidad. Sólo para unos cuantos aspectos, relacionados principalmente con Alemania entre 1918 y 1945, puedo decir que he llevado a cabo una investigación primaria directa. Para todo lo demás, he tenido que basarme en el excelente trabajo de otros estudiosos de campos muy distintos. Eso es algo que por fuerza habría sido inevitable, de haber tenido incluso una competencia lingüística mayor de la que poseo. Es imposible que un estudioso lleve a cabo él solo una labor de búsqueda por los archivos de toda Europa y en cualquier caso, como invariablemente los expertos en los distintos países o en temas históricos específicos ya han realizado esa labor, semejante intento sería del todo absurdo. Por consiguiente, un repaso general como el que yo propongo tiene que basarse en los incontables trabajos y hallazgos de otros.