Germán Fajardo Dolci (Ciudad de México, 1966) es médico cirujano, especialista en otorrinolaringología y maestro en alta dirección. Ha sido subdirector del Hospital General de México, director general del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, comisionado nacional de Arbitraje Médico, subsecretario de Integración y Desarrollo en la Secretaría de Salud y titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social. Desde 2016 es director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
BIBLIOTECA DE LA SALUD
RITMO Y RUMBO DE LA SALUD EN MÉXICO
Ritmo y rumbo
de la salud en México
CONVERSACIONES CON LOS SECRETARIOS DE SALUD 1982-2018
Germán Fajardo Dolci
(coordinador)
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE MEDICINA
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Primera edición, 2018
Primera edición en libro electrónico, 2018
Edición de textos y fotografías: Mauricio Ortiz y Rebeca González (MORG) Diseño de portada: Teresa Guzmán
D. R. © 2018, Universidad Nacional Autónoma de México
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ISBN 978-607-16-6236-1 (mobi)
ISBN 978-607-16-5659-9 (impreso)
Hecho en México - Made in Mexico
ÍNDICE
Entrevista con:
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
PRESENTACIÓN
México cuenta hoy con un sistema de salud robusto y maduro, resultado del esfuerzo de varias generaciones de mexicanos comprometidos con el bienestar de sus conciudadanos. Como médico, puedo valorar en su justa dimensión la oportunidad única que hoy nos brinda la Facultad de Medicina de nuestra Universidad al reunir en este libro el testimonio que sobre su gestión al frente de ese esfuerzo colectivo compartieron con la comunidad universitaria el secretario de Salud y los ocho exsecretarios que han asumido el cargo desde 1982. Constituye un orgullo añadido el que muchos de ellos son egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México y tres fueron además rectores de esta casa de estudios.
La reflexión sobre los muy diversos aspectos que conforman la vida de nuestra nación es una de las razones de ser de nuestra Universidad. Por ello celebro la aparición de este libro, que alberga una amplia y educada reflexión sobre el sistema nacional de salud, no sólo haciendo un diagnóstico en términos médicos, sino también adelantando un pronóstico y proponiendo el tratamiento adecuado.
Nuestra Universidad en general y la Facultad de Medicina en particular tienen una sólida tradición en la publicación de libros, misma que hoy se enriquece con Ritmo yrumbo de la salud en México. Hay también una larga historia de colaboración editorial entre la Universidad y el Fondo de Cultura Económica, que aquí también se ve fortalecida. Enhorabuena al sector salud, que cuenta en estas páginas con un valioso instrumento para mantener su ritmo y vislumbrar su rumbo hacia el futuro.
ENRIQUE GRAUE WIECHERS
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
RECTOR
PRÓLOGO
La serie de entrevistas que conforman Ritmo y rumbo de la salud en México se hizo con la idea de reflexionar por qué estamos donde estamos y cómo estamos en el ámbito de la salud, uno de los sectores en los que ha habido mayor continuidad en las políticas públicas en nuestro país. Tenemos la fortuna de contar con el testimonio del actual secretario de Salud y de ocho exsecretarios que en conjunto cubren una historia ininterrumpida de cerca de cuarenta años en la evolución de nuestro sistema nacional de salud, por lo que en estas páginas se plasma una historia contada por quienes la vivieron.
La experiencia y el conocimiento de cada uno de ellos aportan además una visión de futuro.
Cada uno de nuestros invitados llegó de manera diferente, como es natural, a ser secretario de Salud. Algunos se prepararon por años para esa función y a otros el nombramiento les llegó de manera intempestiva. Todos, sin embargo, son personas de Estado sumamente reconocidas no sólo por el gremio médico sino por la sociedad en su conjunto. Y todos, en mi opinión, hicieron grandes aportaciones al sistema nacional de salud.
Destacan, a mi juicio, dos momentos en esta historia: el primero con el doctor Guillermo Soberón, cuando plantea y realiza la segunda gran reforma del sistema, con la incorporación del derecho a la protección de la salud en el artículo 4º constitucional y el comienzo de la descentralización de los servicios de salud; y el segundo con el doctor Julio Frenk, que lleva a cabo la tercera gran reforma con la creación del Sistema Nacional de Protección Social en Salud y su brazo operativo, el Seguro Popular. Esto sin demeritar en lo más mínimo los logros que se alcanzaron en cada una de las gestiones, como la atención de la niñez mexicana que enfatizó el doctor Jesús Kumate, la descentralización que culminó el doctor Juan Ramón de la Fuente, los ajustes legales que implementó el licenciado José Antonio González Fernández, la consolidación del Seguro Popular que impulsaron el doctor José Ángel Córdova y el maestro Salomón Chertorivski y los pasos que dio la doctora Mercedes Juan hacia la universalización de los servicios de salud, mismos que sigue dando el doctor José Narro, por destacar solamente algunos de los puntos más relevantes.
Además de las circunstancias que les tocó vivir, cada uno de los sucesivos secretarios de Salud le puso un sello personal a su gestión. Ha habido científicos básicos de formación, como el doctor Soberón, que es bioquímico, y hay quien llegó desde la 8
medicina clínica, como el doctor Kumate, pediatra e infectólogo del Hospital Infantil; el doctor De la Fuente, que es psiquiatra y que también tuvo una práctica en la investigación; el doctor Córdova, que es cirujano general y que hasta la fecha sigue practicando, y la doctora Juan, especializada en rehabilitación. Hubo también quien hizo su vida dentro de la salud pública, como el secretario Narro o el doctor Frenk, y quien llegó a ser secretario de Salud sin ser médico, como el caso del licenciado Fernández González, abogado, y del maestro Chertorivski, economista. En fin, una pluralidad de abordajes, pero siempre con un importante reconocimiento por la trayectoria de cada uno en el servicio público.
Si está claro cuál fue el ritmo que cada quien le imprimió a su gestión, ese estilo propio siempre se ha basado en los acontecimientos y las exigencias de la salud en los diferentes momentos históricos, a la vez que siempre se ha acompañado de los logros anteriores, reforzándolos y ajustándolos donde ha sido necesario. Esto forma parte central de la fortaleza del sistema. Está muy claro que en todos estos años cada una de las personas que llegaron al puesto de secretario de Salud empezó por hacer un reconocimiento de la administración precedente. No escuché a nadie hablar mal de su predecesor, a diferencia de lo que suele ocurrir en la política mexicana. Sé que todos tienen un gran respeto mutuo, en lo personal desde luego, pero también por su trayectoria y por sus logros al frente de la Secretaría de Salud, y por eso ha sido factible ir construyendo sobre bases sólidas, además de que es un sector donde se ha logrado que las políticas públicas se basen cada vez más en evidencias científicas. El rumbo de la salud se ha definido no con base en creencias, tendencias del momento u ocurrencias políticas, sino con bases científicas.
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