Sinopsis
La primera gran obra de referencia sobre la figura de Felipe VI que revela todas las claves de su convulso reinado.
El acceso a la jefatura del Estado de Felipe VI en 2014 fue traumático tras la obligada abdicación de su padre. Los años transcurridos desde entonces se han caracterizado por su convulsión, tanto en el ámbito familiar del monarca como en el político e institucional de España. Con el nuevo rey, el país se introdujo en un cambio de paradigma completo. De Felipe VI hay que suponerlo casi todo. Este libro nos descubre al personaje inédito con sus circunstancias vitales y políticas.
Un ensayo trepidante que vuelca la experiencia del autor a lo largo de toda su vida de ejercicio profesional. José Antonio Zarzalejos, discreto gigante del periodismo, ha contado con la cercanía de fuentes de la máxima solvencia para poder escribir un relato histórico y político de tanto calado y que aporta un haz de potente luz sobre la figura y las adversidades del rey de España.
¿Por qué siguió instalado don Juan Carlos en la Zarzuela tras su abdicación? ¿Se produjo entre 2014 y 2019 un reinado simultáneo del padre y del hijo? ¿Cómo fue la expatriación de Juan Carlos? ¿Por qué en Abu Dabi? ¿Le echó el Gobierno o le aconsejó su hijo salir de España? ¿Qué ocurrió entre Felipe VI y Mariano Rajoy aquel célebre 3 de octubre de 2017, tras los sucesos de Cataluña? ¿Cuál es su verdadera relación con Pedro Sánchez? ¿Quién defiende la institución de la Corona y al rey? ¿Reinará la princesa Leonor?
El autor no elude ninguno de los conflictos y contradicciones de Felipe VI en un relato histórico tan palpitante como riguroso.
En estas páginas no hay preguntas, hay respuestas. Quizás las que la sociedad necesita.
La primera gran obra de referencia sobre la figura de Felipe VI que revela todas las claves de su convulso reinado.
Agradecimientos
Este en un libro largamente pensado, pero que nace de la sugerencia de Ángeles Aguilera, mi editora en Planeta y amiga en la vida, que me prescribió escribirlo y soportó mis aplazamientos, que fueron tan razonables como su insistencia. El período de incubación de esta larga crónica ha sido dilatado y comenzó en 2015, cuando se publicó mi anterior ensayo, Mañana será tarde , también de la mano tenaz de Ángeles, y su redacción se ha ejecutado en cuatro meses.
El relato es el resultado de la destilación de al menos una treintena de conversaciones con personalidades de distintos ámbitos que por razón de su función o por la cercanía al rey Felipe y a su familia han tenido conocimiento de causa de los hechos que se describen. También he mantenido conversaciones con expertos en distintas materias (historiadores, psicólogos, médicos, juristas) que han permitido ampliar el registro de mis averiguaciones. A todos ellos prometí confidencialidad y a ese compromiso me debo, pero sin su confianza y sinceridad, estas páginas difícilmente hubiesen dispuesto del rigor que me exigí para redactarlas.
A esas largas charlas con decenas de personas se añade la lectura de libros de historia y de ensayo, en parte listados en la bibliografía, que me han proporcionado un contexto crucial que, en combinación con mis propias vivencias y experiencias personales, me han permitido componer el retrato personal del monarca, sus contextos familiar e institucional, y manejar una prospectiva con las improbabilidades que reportan estos tiempos convulsos.
Como siempre en mis anteriores libros, mi mujer, Lourdes, ha sido mi mejor colaboradora porque, además de traducirme los textos periodísticos en inglés, ha creado la burbuja que, en un silencio monacal y con una vida ascética, me ha permitido recluirme en mi despacho durante muchas horas, muchos días, muchas semanas y varios meses y alumbrar esta criatura. Un libro siempre tiene la condición filial de su autor, sea bueno, malo o regular.
Sería muy injusto y vanidoso olvidar en esta nota las ayudas de varios de mis compañeros de profesión con los que he contrastado tanto informaciones como puntos de vista, sabiendo que me entregaban una parte de sus propios conocimientos. Su generosidad ha sido extraordinaria. Agradezco, incluso, a aquellas personas que no contestaron a mis peticiones o ni siquiera se molestaron en atender mis llamadas, porque espolearon mi ánimo y logré alternativas que, a la postre, me han resultado especialmente valiosas.
Quiero subrayar la sabiduría sociológica y la interpretación demoscópica de José Juan Toharia, al que he recurrido como amigo y como experto y que me ha desentrañado el significado de los sondeos y encuestas que se incorporan en este libro y que contextualizan el relato y ayudan a entender el pálpito social sobre los reyes y la monarquía. Con él y con los analistas de Metroscopia he contraído una deuda de gratitud que aquí reflejo, para que conste.
Debe constar también la colaboración que me ha prestado mi querido amigo Feliciano Barrios, catedrático de Historia, académico de número de la Real Academia de la Historia y secretario de la entidad, al que debo aclaraciones, puntualizaciones y lecturas sobre la monarquía histórica y la actual que me han sido especialmente útiles para comprender la trayectoria secular de la Corona española. Su ayuda ha sido un verdadero privilegio.
Prólogo
El rey que se «agarra» a la Constitución
La ética es la estética del comportamiento
J ORGE W AGENSBERG
«Cuando tengo una duda me agarro al cuello de la Constitución y no la suelto.» Esta frase se la atribuye el catedrático y magistrado del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, a Felipe de Borbón y Grecia, que la habría pronunciado cuando era príncipe de Asturias. Lo hace en las últimas líneas del ensayo que el jurista dedica a interpretar el retrato pintado por Hernán Cortés del actual rey, que cuelga en el salón de plenos del órgano de garantías constitucionales y cuya reproducción fotográfica es la portada de este libro. Se trata de uno de los varios retratos que el gran pintor gaditano —tenido por uno de los mejores retratistas españoles contemporáneos— ha realizado al jefe del Estado y que se encuentran, además de en el Constitucional, en el Tribunal Supremo, en el Congreso de los Diputados y en la Real Academia de la Historia.