José María Solé - Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII
Aquí puedes leer online José María Solé - Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2003, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2003
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Su privilegiada posición les aseguró en su tiempo y para la posteridad la más favorable estampa. Pero no iban a ser capaces de ocultar su verdadera naturaleza. En Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII, se refleja el profundo desacuerdo entre la realidad de unas vidas y la imagen que sobre ellas se ha difundido desde las más altas esferas. Por estas páginas desfilan la cobardía personal Carlos III, el Mejor alcalde de Madrid, la profunda vileza de Fernando VII, la ambigüedad sexual de Carlos IV, los secretos a voces de la alcoba de Isabel II, los oscuros negocios de Francisco de Asís y la desconocida mezquindad de María Cristina de Habsburgo. Pero también están la rectitud constitucional de Alfonso XII, los intereses culturales de María Luisa de Parma y la gran capacidad para elegir hombres de gobierno que tuvieron monarcas tan menospreciados como Felipe V y Fernando VI. Pícaros en todos los sentidos, jugadores con ventaja que supieron disfrutar al máximo de lo excepcional de sus orígenes, los Borbones españoles constituyen un conjunto humano realmente fascinante, capaz de deslumbrar o irritar según los casos, pero que en ningún momento puede dejar indiferente al lector.
José María Solé
ePub r1.1
Titivillus 19.05.16
Título original: Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII
José María Solé, 2003
Ilustraciones: Archivo Arlanza
Diseño de cubierta: Opal Works
Imagen de cubierta: Composición sobre La Venus del espejo, de Velázquez
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
PARA EL ANIMOSO
E l Rey de España ha dado una corona a vuestra majestad. Os aclaman los nobles, el pueblo desea conoceros y yo consiento en ello. Vais a reinar, señor, sobre la más vasta Monarquía del mundo y a dictar leyes sobre un pueblo esforzado y generoso, célebre en todos los tiempos por su honor y lealtad. Os encarezco que le améis y que, por la dulzura de vuestro gobierno, os hagáis merecedor de su amor y confianza.
Aquel 16 de noviembre del año 1700 era un día frío y neblinoso. Los suntuosos y espectaculares salones del Palacio de Versalles, llenos de espejos y doradas cornucopias, lucían la más brillante iluminación de los días de celebraciones especiales. Ante la Corte, desplegada en toda su pompa y brillantez para aquel acto, había hablado Luis XIV, el Rey Sol, el más poderoso monarca de la Europa del momento. Con su más enfático tono, el astuto y viejo zorro, que desde hacía décadas manipulaba toda la política del continente, hablaba a su nieto Felipe, duque de Anjou, que todavía no contaba diecisiete años de edad.
A continuación, el experimentado abuelo volvió a aconsejar a su nieto: «Sed buen español, pues tal es ahora vuestro primer deber. Pero acordaos de que nacisteis francés para mantener la unión entre ambas naciones; tal es el medio de hacerlas dichosas y de conservar la paz en Europa.» En ese momento, se pronunció allí la que después sería tan difundida frase de «¡Ya no hay Pirineos!», que nunca se sabría a qué oportunista adulador o simple ingenuo atribuir. En aquel incomparable conjunto palaciego, verdadero corazón del continente, la Historia de España comenzaba a dar un viraje decisivo.
Poco más de dos semanas antes, el Día de Difuntos, había muerto en el lúgubre Alcázar de Madrid Carlos II, el patético Rey de España y último representante de la que había sido gloriosa y temida dinastía Habsburgo. Sus últimos años habían transcurrido entre sombras, sospechas, suspicacias, traiciones y miserias. Todos querían aprovecharse de aquel pobre guiñapo humano, tratando de arrancarle cualquier jirón de sus oropeles, que al final únicamente servían para agobiarle todavía más. Él, llevado por una infinita debilidad, simplemente se había dejado ir. Ya había sido demasiado larga y dura la lucha… Ahora, que viniera otro, a ser posible joven y fuerte, a sustituirle en aquella abrumadora tarea que había acabado con él. La muerte del mísero Carlos había sido verdaderamente el fin de todo un mundo para España y su Imperio.
El Rey Hechizado había legado al joven Felipe en herencia todos sus inmensos dominios, sobre los que todavía durante un siglo no habría de ponerse el sol. A pesar de la larga decadencia en que se encontraba postrada, la Monarquía hispánica era todavía por entonces el mayor imperio mundial, extendido sobre cuatro continentes. Ello había hecho que la cuestión de la sucesión del moribundo monarca español hubiese desatado ya las más agrias polémicas y luchas de interés entre las potencias europeas. Hasta este momento, sólo habían sido presiones y roces diplomáticos, pero a partir de ahora iban a abrirse los campos de batalla. Con España y su Imperio, el poder de los Borbones era ya demasiado grande, al punto de que sus poderosos enemigos no eran capaces de admitirlo sin tratar de contenerlo presentándole batalla.
Había nacido Felipe en aquel esplendoroso Versalles el día 19 de diciembre de 1683, segundo hijo del Gran Delfín Luis, heredero del trono, y de la princesa María Ana de Baviera. Cualquier influencia debida a los caracteres personales de sus padres no podía ser más negativa. Él había sido un ignorante libertino, dominado por la superstición, carente de sentimientos y solamente interesado en largas cacerías y fugaces aventuras eróticas. Ella había sido su perfecto contrapunto, un ser siempre angustiado por la más intensa hipocondría. Había tenido la suerte de morir pronto, corrompido totalmente su organismo por el compulsivo y descontrolado consumo de pócimas y remedios, curadores de verdaderos y de pretendidos males.
Habían pasado Felipe y sus hermanos una infancia solitaria en el interior de aquella fastuosa Corte, modelo que imitaban todas las demás de Europa y que funcionaba por medio de una complejísima y perfeccionada etiqueta. En medio de aquel lujo y ostentación, los muchachos se manifestaron muy pronto como seres inseguros, tímidos y huraños, con tendencias cada vez más manifiestas a unos episodios de melancolía que, con el paso de los años, acabarían por desembocar en profundos e irreversibles estados de depresión. A su alrededor y sin disipar las tinieblas internas que los invadían, todo era brillo y esplendor, dirigidos a la mayor gloria de aquel Rey Sol, convertido en una verdadera divinidad para sus contemporáneos.
Estricto y temible educador del joven Felipe fue el célebre eclesiástico y pedagogo Fénelon, que formó su carácter sobre unas estrictas formas de moralismo que alcanzaron niveles casi místicos. Todo para él era pecado; cualquier pensamiento agradable estaba prohibido; todo pequeño disfrute significaba la caída… Todo ello era más que suficiente para acabar imponiendo en aquella infantil mente la absoluta necesidad de seguir las más escrupulosas y rígidas normas de comportamiento. Víctima de esta perversa educación, estaría así durante toda su vida dominado por un permanente y angustioso terror al pecado y jamás sería capaz de arrancarse del ánimo la sombra del complejo de culpa.
El Rey Sol había sabido mover con gran habilidad todos sus hilos para conseguir el trono español para su nieto. Pero hubo de enfrentarse a un poderoso rival, el archiduque Carlos de Austria, que aducía mejores títulos que los del francés para convertirse en Rey de España. A este pretendiente imperial le apoyaban Inglaterra, Holanda y otras potencias menores, decididas a evitar tal engrandecimiento del poder de los Borbones. La importancia de lo que estaba en juego justificaba la guerra. Así, mientras Europa se preparaba para lanzarse a la lucha, Felipe marchaba en aquel otoño hacia su nueva patria, en un lento recorrido, jalonado por fiestas y celebraciones de toda clase, que le hizo tardar más de cuarenta días hasta llegar a su capital.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII»
Mira libros similares a Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso XIII y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.