Esta obra es una continuación del bestseller El normal caos del amor, (publicado en 2001), en el que Elisabeth y Ulrich Beck explicaban cómo la sociedad moderna había dado al traste, en gran medida, con el concepto de familia tradicional y explicaban los diferentes tipos de relación amorosa surgidos al hilo de la contemporaneidad.
En este nuevo los autores investigan todos los tipos de relación a larga distancia y las diferentes formas de comunicación que permiten que estas se mantengan y consoliden. Desde los matrimonios cuyos integrantes viven en países distintos y que conectan culturas y continentes hasta las relaciones que se mantienen a través de Skype, pasando por las madres «de alquiler» contratadas en países en los que esta práctica es legal, etc. A resultas de todo ello, las familias han dejado de ser “territoriales” para convertirse en «globales».
Esto tiene sus inconvenientes, porque, al final, puede darse la paradoja de que las personas que más queremos estén muy lejos de nosotros y que, en cambio, las que tenemos a nuestro lado nos resulten absolutamente ajenas. Sin embargo, a pesar de los problemas, los autores consideran que estas nuevas familias aportan un aspecto positivo a la globalización, como es la creación de un espacio intermedio en el que practicar el arte de vivir juntos.
Ulrich Beck & Elisabeth Beck-Gernsheim
Amor a distancia
Nuevas formas de vida en la era global
ePub r1.1
Titivillus 16.01.16
Título original: Fernliebe
Ulrich Beck & Elisabeth Beck-Gernsheim, 2011
Traducción: Alicia Valero
Editor digital: Titivillus
Aporte original: Spleen
ePub base r1.2
ELISABETH BECK-GERNSHEIM (14 de octubre de 1946 en Friburgo, Alemania), es una socióloga, psicóloga y filósofa alemana. Obtuvo una cátedra en la Universidad de Erlangen-Nuremberg.
Después de estudiar sociología, psicología y filosofía en Munich, obtuvo su título de doctor en 1973. Después de varias becas, se graduó de la Universidad de Munich en 1987.
Su principal interés está en los cambios sociales y la situación cambiante de la institución de la familia.
Está casada con el sociólogo Ulrich Beck.
ULRICH BECK (Slupsk, Alemania, 15 de mayo 1944) estudió Sociología, Filosofía, Psicología y Ciencia Política en Friburgo y Munich. Ha sido profesor en Münster, en la Universidadde Bamberg y desde 1992 en la Universidad Ludwig-Maximiliande Munich, donde es Catedrático de Sociología y en la que dirige el Instituto de Sociología. También ha impartido docencia en la Universidad de Gales en Cardiff y en la London Schoolof Economics.
Editor de la revista Soziale Welt (desde 1980), ha sido miembro de la Comisión para el Futuro de los gobiernos alemanes de Baviera y Sajonia. Fue investido Doctor Honoris Causa por la UNED.
Beck estudia aspectos como la modernización, los problemas ecológicos, la individualización y la globalización. En los últimos tiempos se ha dedicado también a la exploración de las condiciones laborales en un mundo de creciente capitalismo global, de pérdida de poder de los sindicatos y de flexibilización de los procesos del trabajo, una teoría enraizada en el concepto de cosmopolitismo. Beck ha contribuido también a la creación de nuevos conceptos, como el de «sociedad del riesgo» y el de la «segunda modernidad».
Notas
[1] Nuestra propuesta es que, en esta época de cambio social discontinuo, se distinga entre la elaboración de teorías explicativas y teorías-diagnóstico.
Algunos autores entienden por «teoría» una explicación de sucesos y fenómenos observados, que han de retrotraerse a «leyes» generales y universales de la acción y de la vida social. Estas teorías responden a preguntas por el porqué. Semejante idea de teoría procede del trabajo de las llamadas ciencias «duras», las ciencias naturales. No obstante, este no es el concepto dominante de teoría. Las contribuciones a la teoría social que mayor atención acaparan internacionalmente hablando siguen otro modelo. A la vista de un caos de sucesos y fenómenos sociales que nos sobrepasa, se trazan la meta de crear un marco conceptual orientativo recurriendo a los medios del diagnóstico general de los estados de cosas sociales, que, históricamente hablando, cambian a gran velocidad. La introducción del concepto de «familia global» responde justo a este fin. No se trata de elaborar un «diagnóstico de nuestro tiempo» en el sentido que suele darse a esta palabra, sino una descripción sociológica general, que requiere el desarrollo de un vocabulario especial y preciso: «familias globales multilocales», «familias globales multinacionales», «amor a distancia», «migración matrimonial», «madres de alquiler», etc. (ver pág. 31 y sigs., en este capítulo; 92 y sigs., en el capítulo IX). Llamamos a esta clase de teoría «teoría-diagnóstico». Esta dirección de la elaboración de teorías cobra especial relevancia en épocas en que se experimentan cambios rápidos y profundos, cuando repentinamente no sólo las personas corrientes sino también los sociólogos se ven confrontados con los misterios que entraña la nueva realidad social emergente y preguntan: ¿dónde estamos?, ¿de dónde venimos y hacia dónde se dirige este viaje? Épocas en las que la pregunta: «¿Entendemos acaso el mundo en el que vivimos?» se torna considerablemente más acuciante, tanto en la vida cotidiana como en la sociología, que la pregunta: «¿Por qué sucede lo que sucede?».
Pero precisemos más la relación entre ambas preguntas: en épocas de cambios sociales discontinuos, las teorías explicativas presuponen teorías-diagnóstico. La pregunta por el porqué sólo puede abordarse cuando se ha logrado describir y comprender en el seno de un marco teórico conceptual la «globalización interna» de la intimidad, el amor, la familia, las relaciones sexuales, el trabajo doméstico, el nacimiento, la maternidad, la paternidad, etc. Sólo entonces es posible manejarse con estas nuevas refracciones del mundo y sus contradicciones en el día a día del amor y la familia.
[2] Sobre las dimensiones del mundo en las familias globales —el otro global entra a formar parte de nuestra vida; comunicación más allá de las fronteras; las desigualdades globales adoptan rostros y nombres; vivir entre ordenamientos jurídicos estatal-nacionales; la guerra religiosa en torno a la «buena familia»—, ver el capítulo IX de este libro. Sobre el debate actual de los teóricos sociales en torno a amor e intimidad en la modernidad, ver nuestra distinción entre ensayos de orientación estatal-nacional, universalistas y cosmopolitas en la página 92 y sigs., así como la introducción.
[3] ¡Avanzamos aquí por terra incognita! ¡No hay nada publicado sobre el tema, amén de informes sobre experiencias personales (por ejemplo, Karin Freymeyer y Manfred Otzelberger 2000; Georg Brunold y otros 1999)! Lo que sigue debe por ello entenderse como una articulación de conjeturas necesitadas de contrastación empírica.
[4] Esto, justamente, es lo que quiere decir «modernidad reflexiva»: las consecuencias colaterales de la modernización radicalizada socavan los fundamentos y las dicotomías institucionales, legales, políticas, morales y sociales de la primera modernización estado-nacional (Beck 1993; Beck, Bonss y Lau 2001).