Arquero infalible, defensor de los pobres, hombre del pueblo que se opone a la tiranía y la injusticia, la fama de Robin Hood es universal. Durante siglos, su leyenda ha inflamado la imaginación popular. Pero ¿existió realmente el proscrito de Sherwood? ¿Qué hechos históricos dieron origen a la abundante literatura sobre el romántico personaje y sus compañeros de aventuras? ¿Quién fue la doncella Marian?
Graham Phillips y Martin Keatman, tras una larga y exhaustiva investigación, han descubierto al hombre oculto tras el mito y lo han situado en su verdadero contexto: Robin no fue el desheredado conde de Huntington, sino un campesino revolucionario de Wakefield; la historia original no tuvo lugar en torno a 1190, cuando Ricardo I batallaba en la tercera cruzada, sino alrededor de 1320.
Esta espléndida obra, que —sin menoscabo del rigor— posee el ritmo trepidante de un relato detectivesco, sitúa al lector frente al auténtico Robin Hood.
Graham Phillips & Martin Keatman
Robin Hood
La historia del hombre que dio vida al mito
ePub r1.0
Titivillus 30.08.17
Título original: Robin Hood’ The Man behind the Myth
Graham Phillips & Martin Keatman, 1995
Traducción: Ana Mendoza
Ilustraciones: Grabados en madera de Bewik y dibujos de John Throsby y Dan Shandrake
Diseño de cubierta: Eugenio Ramos
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
La leyenda de
Robin Hood
A comienzos de la década de los noventa, la película de Hollywood Robin Hood, príncipe de los ladrones cautivó el corazón y la imaginación de millones de espectadores, y su éxito extraordinario reflejó la fascinación imperecedera que ejerce el bandido más famoso del mundo.
No obstante, ¿quién fue Robin Hood? Esta pregunta, simple pero sugerente, ha inflamado la imaginación popular a lo largo de los siglos, y sigue siendo un misterio que permanece sin desvelar. ¿Fue Robin una invención literaria? ¿La adaptación de un personaje de la mitología sajona? ¿Una figura histórica que se mantiene oculta entre las páginas de la historia británica? ¿Acaso una romántica combinación de las tres posibilidades anteriores? Lo cierto es que el Robin Hood que robaba a los ricos para favorecer a los pobres, el arquero de habilidad casi sobrehumana, el bandido que dirigía la banda de los Hombres Felices no existió realmente, tal cual lo conocemos por la literatura. El romanticismo y las leyendas antiguas se han entretejido con algunos acontecimientos históricos y el resultado es la leyenda de Robin Hood que conocemos hoy en día. Debemos mencionar que contamos con pruebas históricas fidedignas que confirman que Robin, Marian, el sheriff de Nottingham y los demás personajes de esa leyenda existieron en realidad. ¿Es posible, pues, que los restos de un Robin Hood histórico reposen ignorados en el cementerio de alguna tranquila iglesia rural?
A los que no conocen a fondo la evolución de esta leyenda les puede resultar sorprendente descubrir que el bandido que nos describe Hollywood es un personaje relativamente reciente. El Robin Hood original no vivió ni en la misma época ni en los mismos lugares que el héroe del mito moderno. Resolver el misterio de Robin Hood es como intentar armar un rompecabezas de enormes proporciones. Muchos lo han intentado pero, con frecuencia, las piezas estaban mal colocadas y, hasta hace poco, había algunas que faltaban.
En este libro vamos a buscar al hombre que se oculta detrás del mito y a revelar una historia auténtica que es, por lo menos, tan fascinante como la leyenda romántica.
Inglaterra, 1193
Mientras Ricardo Corazón de León se encontraba luchando en Palestina, el pérfido príncipe Juan expulsó de sus tierras a un fiel amigo del rey, Robin Hood, conde de Huntington. Fuera de la ley y perseguido hasta el bosque de Sherwood por el despiadado sheriff de Nottingham, Robin reunió a un grupo de valientes seguidores que robaban a los ricos normandos para ayudar a los pobres, lo que le convirtió en el héroe de los campesinos sajones.
La actualidad
Inmortalizado por el celuloide, Robin Hood se ha convertido en el bandido más famoso de la historia. Su leyenda se conoce en todo el mundo y cada año cientos de turistas se dan cita en las Midlands (la región central de Inglaterra), en la ciudad de Nottingham, donde según la tradición vivió el arquero de Sherwood. Todo en la ciudad nos habla de la leyenda: los murales de los pasos subterráneos, las estatuas de las plazas e incluso los nombres de las calles se hacen eco del mito de Robin Hood y los Hombres Felices.
Es tal la fascinación que ejerce este personaje que se ha inaugurado un Centro Robin Hood para los visitantes, dedicado única y exclusivamente al personaje. Después de atravesar una gruta artificial, estilo Disney, aparecen ante nuestros ojos las aventuras de capa y espada que inmortalizaron Errol Flynn, Richard Green y Kevin Costner. El Centro reproduce fielmente la esencia del Robin Hood conocido por todo el mundo: el príncipe de los bosques vestido de color verde. Con tal despliegue de glamour, no debe sorprendernos que haya pocos eruditos que consideren que la leyenda de Robin Hood se basa en hechos históricos.
En ninguno de los documentos del condado de Nottingham se hace referencia a un Robin Hood de carne y hueso. Si Robin hubiera vivido realmente hacia 1190, cuando el rey Ricardo I se encontraba luchando en la tercera cruzada, debería haber quedado algún documento escrito o prueba del sheriff de Nottingham. Sin embargo, Edmund Deyncourt, el sheriff de entonces, no deja constancia alguna de que le causara problemas una banda de proscritos con cuartel general en el bosque de Sherwood, ni existe certeza de que, según cuentan las historias populares, Robin formara parte, al lado de los sajones, de la resistencia contra los normandos, que gobernaron Inglaterra a partir de 1066.
Entonces, ¿cuál fue el origen de esta fascinante leyenda? En 1940 se aventuró una sugerente teoría para intentar explicar la pervivencia de la historia de Robin Hood. En su obra Early English Ballads (Primitivas baladas inglesas), el autor de Nottinghamshire, M. P. Haden , estudió la relación entre un cierto número de poemas del sigloXVI sobre Robin Hood y el dialecto que se hablaba en aquella época en la zona este de las Midlands, y lanzó la hipótesis de que en este dialecto se escribieron, posiblemente, la mayor parte de los poemas de la época.
El inglés no se consolidó como idioma hasta principios del siglo XV, y la gente hablaba con el lenguaje propio de su región. Hasta esta fecha todas las obras estaban escritas en francés o en latín. Sin embargo, a comienzos del siglo XV aparecieron por vez primera libros escritos en el dialecto de la zona este de las Midlands. El motivo principal fue que ésta era la lengua utilizada por Geoffrey Chaucer (1340-1400) en sus Cuentos de Canterbury, los cuales establecían unas nuevas normas literarias. Cualquier texto redactado en el lenguaje popular tenía más posibilidades de sobrevivir y, de acuerdo con Haden, esto es lo que sucedió con muchos de los primeros relatos sobre Robin Hood.