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Romano Guardini - El Señor

Aquí puedes leer online Romano Guardini - El Señor texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2018, Editor: Ediciones Crsitiandad, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Romano Guardini El Señor
  • Libro:
    El Señor
  • Autor:
  • Editor:
    Ediciones Crsitiandad
  • Genre:
  • Año:
    2018
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El Señor: resumen, descripción y anotación

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El Señor recoge una parte de sus homilías, aquéllas que versa sobre la persona y la actividad de Jesús. Con palabras iluminadas por un certero instinto sobrenatural, busca Guardini contemplar al Señor, admirar su talante para acogerlo como Salvador. De esa intención nacen reflexiones llenas de naturalidad y de solidez teológica, que bosquejan atractivos perfiles de la personalidad de Jesús.
“Romano Guardini vivió intensamente su vida sacerdotal y la tarea apostólica que implica”. Así comienza la espléndida introducción de Alfonso López Quintás que abre la edición que ahora presentamos.
El mismo lector podrá comprobar que el libro que tiene en sus manos es un excelente testimonio de tales palabras.

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ROMANO GUARDINI
El Señor
Traducción de Dionisio Mínguez
Ediciones Cristiandad, S.L.
Sinopsis

'El Señor', uno de los libros de cabecera del actual Papa Francisco, recoge una parte de las homilías de Romano Guardini, aquéllas que versan sobre la persona y la actividad de Jesús. Con palabras iluminadas por un certero instinto sobrenatural, busca Guardini contemplar al Señor, admirar su talante para acogerlo como Salvador. De esa intención nacen reflexiones llenas de naturalidad y de solidez teológica, que bosquejan atractivos perfiles de la personalidad de Jesús.

Título Original: Der Herr

Traductor: Mínguez, Dionisio

Autor: Guardini, Romano

©2002, Ediciones Cristiandad, S.L.

Colección: Obras selectas y homenajes

ISBN: 9788470574612

Generado con: QualityEbook v0.72

EL SEÑOR. MEDITACIONES SOBRE LA PERSONA Y LA VIDA DE JESUCRISTO

R OMANO GUARDINI

INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

R OMANO GUARDINI vivió intensamente su vida sacerdotal y la tarea apostólica que implica. De ahí la función central y decisiva que desempeñaron en su existencia la labor formativa con la juventud y la práctica asidua de la predicación. Para realizar ambas actividades con suma eficacia movilizó sus mejores dotes de comunicador y de intérprete.

I ORIGEN Y FINALIDAD DE LA OBRA EL SEÑOR

En la cátedra de «Filosofía católica de la religión y cosmovisión católica» de la universidad de Berlín analizó agudamente, a la luz que irradia la fe, el trasfondo humanístico de grandes autores como san Agustín, Dante, Pascal, Holderlin, Dostoievski, Morike... Por el mismo tiempo, puso al descubierto en conferencias y homilías el sentido profundo de diversos textos bíblicos, con el propósito básico de acercar a las gentes a la verdad y sugerirles de qué modo ha de configurar su existencia quien asume la Revelación cristiana como una doctrina de vida.

«...Entre 1920 y 1943 —escribe— desarrollé una intensa actividad como predicador y lie de decir que pocas cosas recuerdo con tanto cariño como ésta. A medida que pasaba el tiempo, menos me importaba el efecto inmediato. Lo que desde un principio pretendía, primero por instinto y luego cada vez más conscientemente, era hacer resplandecer la verdad. La verdad es una fuerza, pero sólo cuando no se exige de ella ningún efecto inmediato sino que se tiene paciencia y se da tiempo al tiempo; mejor aún: cuando no se piensa en los efectos, sino que se quiere mostrar la verdad por sí misma, por amor a su grandeza sagrada y divina».

Particularmente significativas fueron para el joven Guardini las homilías pronunciadas en la iglesia berlinesa de San Benito desde 1928 a 1943. El mismo confiesa que eran «algo particularmente vivo» y le producían «un gran gozo». La razón profunda de esta alegría y esa viveza radicaba en el hecho de que en tales alocuciones se unía estrechamente el pensar y el orar, la búsqueda de la verdad y el compromiso personal.

«...Tenemos que volver a aprender que no es sólo el corazón el que debe rezar, sino también la mente. El mismo conocimiento ha de convertirse en oración, en cuanto la verdad se hace amor».

Fruto espléndido de estas alocuciones fueron las obras Sobre la vida de la fe, Sobre el Dios vivó, El Señor. La mayoría de las obras de Guardini fueron inspiradas por la necesidad concreta de trasmitir un mensaje a grupos de personas determinadas, a las que se sentía especialmente vinculado. Esta relación era vivida por él con singular intensidad por hallarse plenamente convencido de que los seres humanos vivimos plenamente como personas al unirnos activamente a realidades consideradas como un «tú». Por eso daba primacía a la palabra hablada sobre la escrita. En el ambiente de búsqueda recogida y penetrante que se creaba en las homilías resaltaba la verdad con fuerza sobrecogedora:

«Aquí experimenté con intensidad lo que dije antes sobre la fuerza de la verdad. Pocas veces he sido tan consciente como en aquellas tardes de la grandeza, originalidad y vitalidad del mensaje cristiano-católico. Algunas veces parecía como si la verdad estuviese delante de nosotros como un ser concreto».

La preparación de estas homilías tenía ya cierto carácter dialógico o relaciónal, pues solía comenzar con una reflexión realizada al aire libre, deambulando bajo los árboles, y concluía con el dictado del primer esbozo de la alocución. Esta se desarrollaba a partir de un tema nuclear, una especie de «idea germinal» especialmente significativa que, al desplegarse, daba lugar a un conjunto desbordante de sentido. Ese tema básico debía presentar un poder expresivo tal que se constituyera en principio configurador de la homilía y fuente de luz para comprender todo su entramado de ideas y razonamientos.

«En primer lugar, necesitaba para cada homilía algo que me impresionara, un interrogante que me iluminase y estimulase. Todo lo demás se desarrollaba a partir de ahí. Esto provoca una tensión que afecta también al oyente (...)». «En consecuencia, cada homilía, incluso la más modesta, es una creación. Cuando sale bien, es más que una simple exposición; cuando sale mal, es menos. Por eso yo dudaba a menudo de si mi forma de predicar era la correcta para una comunidad normal: el pan cotidiano de la verdad introducido en su existencia tal como ésta es realmente. En cualquier caso, yo no podía hacerlo de otra forma y la dirección (providencial) que ha tomado mi vida me ha concedido la posibilidad de encontrarme en el lugar más correcto para poder desarrollar mi estilo propio de predicación»

Guardini buscó con empeño desde muy joven el método de predicación adecuado a su tiempo y no tardó en convertirse en un modelo de comunicador religioso para diversos tipos de oyentes, incluso niños, a los que a menudo se dirigía gustosamente. La característica que resaltaba a primera vista en sus exposiciones era la perfecta articulación de los conceptos y el arte para darles una especial frescura y lozanía.

«Sería hermoso si lograra exponer el conjunto de la fe sin tecnicismos teológicos, en el lenguaje común de las personas cultas. He aquí una vez más mi intento de penetrar en el “fenómeno”, verlo todo en su frescura originaria».

Aleccionado por el afán fenomenológico de ver las realidades por dentro, genéticamente, Guardini no utiliza nunca las palabras como monedas desgastadas que van de mano en mano. Si habla de los apóstoles, se pregunta enseguida qué significa realmente ser apóstol. Al comentar los milagros de Jesús, detiene la marcha del relato para comentar lo que implica aquí el hecho de curar. Tras recordar el deseo de Jesús de que, al hacer una obra buena, no sepa nuestra mano derecha lo que hace la izquierda, indica que se trata del «pudor más íntimo de la bondad, de esa delicadeza que convierte la propia actividad en algo tan puro que refleja a Dios». Una vez descubierto el sentido más hondo de los vocablos decisivos, proyecta la luz que éstos irradian sobre los textos que analiza, y éstos aparecen ante el oyente en estado de transparencia. Tal luminosidad produce un gozo especial y se convierte en fuente de atractivo para oyentes y lectores.

Esta perfección formal era para Guardini un vehículo transparente de su fervor apostólico. En cada homilía ponía toda su alma. Lejos de ser para él una ocupación rutinaria, era todo un hito en el proceso de búsqueda de la verdad última de nuestra vida personal. Erich Görner, uno de los secretarios a quienes dictó la serie de homilías que recoge El Señor, recuerda el «ardor interior» que enardecía su rostro cuando daba forma a sus pensamientos:

«Como soy muy sensible para las vibraciones que irradia una persona cercana, pude participar de la “luminosidad” interior que resonaba en su voz. y brillaba en su rostro hasta conmoverme interiormente durante unos segundos».

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