Travesia - Lección 40 - Ven señor Jesús
Por Marcel Gervais, arzobispo emérito de la diócesis de Ottawa, Canadá
Nihil Obstat: Michael T. Ryan, B.A., M.A., Ph.D.
Imprimatur: + John M. Sherlock, Obispo de Londres
Londres, 31 de marzo de 1980
Este contenido de este libro fue publicado por primera vez en 1977 como parte de la serie JOURNEY por Programas de Estudio Guiado en la Fe Católica y ahora está siendo republicado en Smashwords por Emaus Publications, 99 Fifth Avenue, Suite 103, Ottawa, ON, K1S 5P5, Canada. En Smashwords
Cubierta: “En el espíritu, él me llevó a la cima de una enorme montaña alta y me mostró Jerusalén, la ciudad santa, que bajaba de Dios del cielo ... Las paredes de la misma.. Tenía doce puertas.. y sobre las puertas se escribieron los nombres de las doce tribus de Israel.. Los muros de la ciudad se levantaban sobre doce piedras fundamentales, cada una de las cuales llevaba el nombre de uno de los doce apóstoles del Cordero "Rev.(21: 10-14)
COPYRIGHT © Programas de Estudio Guiado en la Fe Católica, una división del Centro Internacional de Educación Religiosa de la Palabra Divina 1977. La reproducción total o parcial está Prohibida.Lección 26
Traducción hecha por Frank A. Hegel, sfm y Julia Duarte Tapia
Contenido
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Salmo 97
En el Salmo 97 el autor alaba a Dios omnipotente y justo, rey del universo. En el salmo usa imágenes espectaculares como fuego, relámpagos y terremotos, para avisarnos de la majestad suprema de Dios. El Señor es Rey de toda la creación y toda la naturaleza tiembla ante Él. Pero su soberanía no está aceptada por todo el mundo. Algunos eligen adorar ídolos sin vida en vez de Dios de la Vida. Ellos persiguen a Pueblo fiel de Dios, pero nunca pueden ser victoriosos porque Dios es constante en su amor y continuamente está dispuesto a rescatar a aquellos a quienes ama.
El autor del Libro de Apocalipsis toma esto como su tema central: Dios es victorioso sobre todo poder maligno. Su Pueblo pueda sufrir persecuciones de las manos de los malvados, pero Dios viene a su auxilio como ha hecho constantemente en el pasado. Su hecho más grande de salvación es la muerte y resurrección de Jesús, el Cordero de Dios. Como Jesús trajo la victoria final por intermedio de su muerte, así su Pueblo vencerá con Él al compartir su pasión. Por su sufrimiento entrará en la misma gloria de Jesús y vivirá para siempre con Él en el nuevo Jerusalén, la ciudad gloriosa de Dios.
Objetivo de Esta Lección :
Recordar los puntos principales de naturaleza introductoria, que son esenciales para un entendimiento del Libro de Apocalipsis y describir la enseñanza básica que tiene.
El Libro de Apocalipsis, el último libro de la Biblia, describe el fin de la peregrinación del cristiano: la Nueva Jerusalén, la ciudad gloriosa de Dios (véase Ap 21-22). Este libro tan misterioso y deslumbrador ha fascinado a sus lectores desde el momento en que fue escrito. Su lenguaje y sus imagines penetran la vida Cristiana y su mensaje general da fuerza y consuelo a la Iglesia en su lucha de permanecer fiel en el mundo actual en que vive. A la vez, es un libro curioso, lleno de acontecimientos raros tanto en el cielo como en la tierra. Habla de montañas volando, monstruos comiendo langostas y bestias con muchas cabezas y cuernos (véase Ap 6,14; 9,1-21; Ap 13,1-18).
El libro de Apocalipsis es difícil de interpretar porque tiene imágenes grotescas, un tono a veces duro, y lenguaje muchas veces violento. No obstante, el libro ofrece un mensaje bastante claro. Con un poquito de esfuerzo y con la ayuda de unas pautas, el lector puede descubrir su enseñanza central. Aquellas personas dispuestas a estudiarlo con seriedad recibirán el premio de una ojeada a la majestad de Dios y su plan por la humanidad.
Objetivo de Esta Sección:
Recordar los puntos principales de naturaleza introductoria que son esenciales para un entendimiento del Libro de Apocalipsis.
Para descubrir el verdadero sentido del Libro de Apocalipsis, el lector necesita saber un poco de la situación histórica en la cual fue escrito. También necesita reconocer que el lenguaje utilizado es un tipo de literatura especial. Las dos cosas están vinculadas una a la otra, porque la situación histórica fue tal que se necesitaba un lenguaje especial. Lo veremos enseguida.
Situación histórica :
El Libro de Apocalipsis fue escrito cerca del año 95 d.C. durante el reinado del emperador Domitiano. Este fue un tiempo de persecución severa a la Iglesia en todo el Imperio romano. La vida cristiana fue una amenaza a los romanos porque revelaba constantemente la injusticia y inhumanidad existente en el Imperio. El gobierno imperial, como consecuencia, utilizaba cualquier método posible para forzar a los cristianos a renunciar su fe.
Los cristianos habían aceptado la Buena Nueva anunciado por Jesús. Creían en el amor constante de Dios hacia la humanidad. Creían que fue la voluntad de Dios formar un Pueblo que llevaría su amor al mundo entero. Supieron que fueron llamados a ser el Pueblo de Dios, un Pueblo distintivo, diferente, “aparte” del mundo en su perspectiva y en su visión de lo que era importante. Trataban de poner en la práctica las exigencias del Evangelio: amor, misericordia, la renunciación de avaricia y toda forma de injusticia. Aceptaban su vocación como un Pueblo sacerdotal, cuya misión fue traer de vuelta la humanidad a la unión con Dios. Reconocían que su destino fue compartir el banquete eterno que Dios había preparado para sus hijos e hijas amados.
Cuando Jesús les encargó esta misión, él sabía que tendrían que sufrir como él mismo sufrió. Les avisó que tendrían que enfrentar un mundo hostil, un mundo lleno de odio y avaricia. Pero este aviso no podía prepararlos para la realidad de persecución feroz que vivía. El Imperio llevó miembros de las comunidades cristianas torturándolos y matándolos. Naturalmente ellos comenzaron a preguntarse a si mismos si todo esto valía la pena. ¿No sería más fácil rendirse ante la situación actual y renunciar a su fe y así vivir en paz? Comenzaron a cuestionar y dudar de su estilo de vida. ¿No fue cierto que su Dios era más fuerte que todo poder terrenal? ¿Si era así porque no venía a su rescate? ¿Por qué no intervenía para salvarlos del enemigo que los torturaba y mataba? ¿Cuánto tiempo tenían que esperar para ser salvados? Algunos dudaban del poder de un Dios que aparentemente fue impotente frente a las fuerzas malignas trabajando en el mundo. Otros comenzaron a pensar en la posibilidad de buscar un acuerdo entre las exigencias del Evangelio y las del Imperio romano.
Así, la persecución fue logrando su efecto deseado. Aquellos que resistían fueron matados. Los más débiles se rendían frente a un acontecimiento que veían como una batalla imposible de ganar. Los líderes de las comunidades cristianas quienes fueron la esperanza y la fuerza de los demás fueron paulatinamente eliminados. Parecía a todo el mundo que el Imperio romano era invencible. De esta situación crítica viene el Libro de Apocalipsis.
El autor, cuyo nombre es Juan, probablemente ocupaba una posición de liderazgo y tenía una reputación impecable en las comunidades cristianas. No obstante, no sabemos mucho de él. En el pasado pensábamos que fuera el mismo Juan que escribió el cuarto evangelio y las cartas que tienen su nombre. En realidad hay algunas semejanzas en el lenguaje y pensamiento entre estas obras y el Libro de Apocalipsis. Pero también hay igual número de diferencias. Por eso, hoy pensamos que el autor del Apocalipsis es una persona distinta a Juan del cuarto evangelio. Lo único que se pueda decir es que el Juan que escribió el Apocalipsis fue un miembro de, o bastante cercano a, la comunidad que nos dio el Evangelio Según San Juan.