SALVADOR PÁNIKER ALEMANY (Barcelona, 1927 - Barcelona, 2017). Hijo de padre indio y madre catalana. Doctor en ingeniería y filósofo, ha sido profesor de metafísica en la Universidad de Barcelona, fundador de la editorial Kairós, presidente de la Asociación pro Derecho a Morir Dignamente (DMD) y presidente de honor de la Asociación Amigos de la India en España. Algunos de sus libros más destacados son: Conversaciones en Cataluña, Conversaciones en Madrid, Aproximación al origen, Ensayos retroprogresivos, Filosofía y mística, así como la serie de libros autobiográficos Primer testamento (2000), Segunda memoria (2000), Cuaderno amarillo (2001), Variaciones 95 (2003), Diario de otoño (2013). Diario del anciano averiado (2015)y Adiós a casi todo (2017).
Salvador Pániker, 2005
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Notas
[1] La idea de Penrose es que efectos gravitacionales desconocidos podrían ser responsables del llamado «colapso de la función de onda», lo cual aportaría un elemento no algorítmico a las leyes de la naturaleza.
[2] Diario, dietario: uso indistintamente estas palabras, que no significan lo mismo, por razones exclusivamente de eufonía.
[3] Mi teología del azar se explica un poco más, en este mismo dietario, el día 7 de julio.
[4] Para mi visión del azar vuelvo a remitirme a lo escrito el día 7 de julio.
[5] Más aún: en cierto modo, el universo no es otra cosa que espacio-tiempo; la materia sólo sería una ondulación de ese espacio-tiempo.
[6] Grafito anónimo mencionado por JDB: «Hermano, ¿puedes prestarme un paradigma?».
[7] Recogido en Cuaderno amarillo.
[8] El lector a quien asusten —o aburran— las especulaciones científico/metafísicas, puede saltarse el resto de esta entrada de diario. (Aunque mi consejo es que pruebe).
[9] Sobre esa conciencia mística me remito a lo escrito el 20 de febrero.
[10] Rilke en la primera de sus Elegías.
Segunda entrega de los diarios personales de Salvador Pániker, mezcla de reflexión, memorialismo, crónica social y apuntes íntimos, que comprende el año 1995. Sobre Cuaderno amarillo escribió un crítico que se trataba del «espléndido dietario del pensador vivo más interesante que tiene hoy la lengua castellana». Pues bien, Variaciones 95 sigue en la misma línea de intensidad y de excelencia, abordando temas múltiples y recurrentes: filosofía, religión, literatura, ciencia, arte, política, moral. Sin descuidar la ya citada crónica social, e incluyendo nuevas páginas de una bellísima e inusual historia de amor. Variaciones 95 puede considerarse así como un documento sin precedentes en nuestra literatura memorialista. Se alterna la anécdota con la categoría; el estilo es brillante, sincopado, impresionista; el autor no siente ningún escrúpulo en abordar los temas de la sexualidad y el erotismo, pero trata con muchísimo cuidado todo lo relacionado con la trascendencia. Probablemente se advierta aquí el permanente empeño por conciliar Oriente con Occidente —la sensibilidad mística con la ciencia positiva—, que es una de las características más propias de Salvador Pániker. Un libro con una «música propia» y que, en todo momento, consigue conciliar la profundidad con la amenidad.
Salvador Pániker
Variaciones 95
Diarios de Pániker - 2
ePub r1.1
Titivillus 27.08.2021
ADVERTENCIA
Variaciones 95 es la continuación de Cuaderno amarillo, una nueva entrega de mi personal Recherche, transcripción selectiva de mi diario íntimo, mezcla de reflexión, memorialismo y desahogo. Cubre el año 1995, y de ahí el título.
Variaciones 95, lo mismo que Cuaderno amarillo, contiene (creo) una cierta paideia y, por consiguiente, una propuesta de areté. La palabra areté —bajo cuyo sello se publicó originalmente— puede traducirse por virtud/eficacia/excelencia, pero también por «arte de vivir». En el presente caso, el arte de tenerse en pie en la era del relativismo nihilista. (Dicho sea con el menor énfasis posible).
Variaciones 95, como el libro anterior, alterna reflexiones filosóficas con narrativas aparentemente más ligeras; pero es así como viene la vida, mezclada, y finalmente todo para en lo mismo. En relación a la love story que aparece en Cuaderno amarillo, el lector comprobará que tiene aquí su seguimiento, aunque todavía no su desenlace. Respecto a mis problemas de salud —tan frecuentemente aludidos en el texto—, he ahí el último rótulo que les han colgado: síndrome de fatiga crónica —en inglés, que queda más elegante, Inmune Dysfunction Syndrome—. Lo cual que vaya usted a saber.
Variaciones 95 debería, a su vez, tener continuación. Pero ya veremos.
NOTA DE AGRADECIMIENTO
Tengo una deuda de gratitud con mi hijo Agustín, por su inestimable lectura crítica del primer borrador de este libro. También con mi amigo Isidro Aparicio, por idéntica razón.
1 de enero
Nochevieja en casa. Descorchamos una botella de champán y brindamos por el año nuevo, Mónica, Gregorio y yo. En la tele, Gila cuenta chistes.
Me despedí del 94 con reuma. NV, que a menudo viene a ver a Mónica, me recomienda resignación. NV es realista, detallista, minuciosa. «Esa mesa de trabajo tuya, tan baja, es mala para la artrosis». Pues en esta mesa he escrito más de 700 folios de diario este año pasado.
Hay uvas en la nevera, pero nadie tiene la desfachatez de tomarlas, hasta ahí podíamos llegar. Dícese que la absurda práctica de comer uvas en Nochevieja fue idea de unos avisados cosecheros vitícolas allá por el año 1910; había excedentes e inventaron esa costumbre. Y las gentes, todavía hoy, como borregos.
Las gentes, las fiestas. Hubo un tiempo en que las ceremonias del Año Nuevo tenían significación sagrada, eran la reiteración simbólica de la cosmogonía, el recuerdo del primer día en que el mundo fue creado. Hoy, ya se sabe, las solemnidades están huecas, las costumbres son amnésicas. Esta noche pasada, las gentes parecían muy excitadas celebrando el cambio de una hoja de calendario. Curiosamente, significativamente, son los jóvenes quienes más parecen seguir necesitando la celebración de fiestas recurrentes, esa mezcla de religión y ritmo, de retorno al origen y anestesia. Porque el concepto de fiesta es religioso, arcaico, cósmico y agrícola.
Nota. Sostenía Sigmund Freud que la fiesta arranca del sacrificio original, anterior a la agricultura y al fuego, y que no tuvo en un principio la significación de ofrenda a una divinidad enojada. El sacrificio fue perpetuado de forma simbólica con la muerte del animal totémico, que se consumía totalmente crudo. El psicoanálisis ha revelado que el animal totémico es una substitución del padre. En consecuencia, la fiesta es alegría y duelo, el rito perpetuado del sacrificio original, que es el asesinato original, que es el asesinato del padre.
Perfectamente. Nadie sigue ya a Sigmund Freud en esta remota especulación suya. Hoy pensamos —es decir, lo pienso yo— que la fiesta es tranquilizante en la medida en que reinstaura el tiempo cíclico del mito. La fiesta es ambivalente en tanto que autoriza a realizar lo prohibido, satisface la tendencia a mantenerse dentro y fuera de la norma. La fiesta es antigua como la conciencia humana. La fiesta es catarsis, exorcismo que nos libera de la maldición de ser, epifanía de lo asombroso, una orgía secretamente ligada a la tragedia.