Protagonistas
desconocidos
de la Conquista
de América
Protagonistas
desconocidos
de la Conquista
de América
J OSÉ M ARÍA G ONZÁLEZ O CHOA
Colección: Historia Incógnita
www.historiaincognita.com
Título: Protagonistas desconocidos de la Conquista de América
Autor: © José María González Ochoa
© 2015 Ediciones Nowtilus S. L.
Doña Juana I de Castilla 44, o C, 28027 Madrid
www.nowtilus.com
Elaboración de textos: Santos Rodríguez
Revisión y adaptación literaria: Teresa Escarpenter
Diseño y realización de cubierta: Universo Cultura y Ocio
Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si nece sita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).
ISBN edidión digital: 978-8 -9967-735-4
Fecha de edición: Octubre 2015
Depósito legal: M-28285-2015
A Cami
Los focos de la historia del descubrimiento, exploración y conquista de América han iluminado con gran potencia a los personajes que protagonizaron las acciones pioneras, las más importantes, recordadas o trascendentes, dejando en la penumbra o en total oscuridad a una inmensa mayoría de personajes que los acompañaron, compartieron destino o realizaron acciones tan brillantes como sus afamados jefes. Los nombres legendarios de Colón, Cortés, Pizarro, Balboa, Elcano, Legazpi, Valdivia… oscurecieron los de otros miles, tapando sus gestas, minúsculas o heroicas. Personajes que vivieron en primera persona aquellos fascinantes momentos en los que se encontraron dos mundos ajenos y distintos, que hasta entonces habían permanecido aislados el uno del otro, pero que a partir de 1492 sellarían para siempre una unión que hoy llamamos globalización, pero que no era otra cosa que la unificación de la historia de la humanidad. Las expediciones ibéricas, los navegantes y conquistadores españoles y portugueses transformaron la historia del mundo haciéndola común.
Y a ello contribuyeron de forma modesta o grandiosa centenares de hombres y mujeres que en su inmensa mayoría han quedado ignorados por muy diversas razones, como si nunca hubieran estado allí. No todo fue realizado por ese puñado de nombres que aparecen en los manuales y en los libros de Historia. Este libro recoge cerca de medio millar de personas que también participaron y dejaron su huella, que ni el tiempo ni el olvido han conseguido borrar. Están referidos en las crónicas de Indias, esas valiosísimas obras que generaron toda una literatura, y que quedan como reflejo fiel del entendimiento y de la manera de mirar y comprender una época y unos acontecimientos. Otros de estos personajes han podido ser rescatados de los archivos por investigadores incansables. Desgraciadamente, hay miles anónimos de los que apenas nos quedaron sus apellidos o ni siquiera eso, por lo clandestinos o invisibles que fueron. A ellos también queremos rendir un homenaje recordando a otros muchos que hemos podido recopilar y se les parecieron.
Por estas páginas desfilarán navegantes, conquistadores, indios, caciques, nativos, resistentes, evangelizadores, artistas, humildes oficiales, mujeres de todo tipo y condición, asesinos, mujeriegos, ladrones, héroes amables, campesinos, comerciantes, cartógrafos, etc. Como la historia siempre es un hecho colectivo, estos anónimos, olvidados o poco conocidos protagonistas, desde su pequeña, y quizá determinante acción, o con su humilde vida también contribuyeron a la creación de ese Nuevo Mundo que fue conformándose durante el siglo XVI . Y además, estas biografías menos recordadas o perdidas nos aportan luz para entender mejor cómo se hizo y qué fue aquello de la conquista y colonización europea de las tierras americanas.
Toda selección es subjetiva, y así el lector o lectora entenderá que tal o cual personaje no deberían aparecer en el libro y echará de menos a otros que él sí recuerde. Olvidándonos de las obvias razones de espacio que debe tener cualquier texto para insertarlo en una colección, los criterios fundamentales por los que me he guiado a la hora de introducir o no una biografía han sido: que su presencia en las Indias estuviese documentada antes de 1600; que hubiese tenido cierta significación histórica o que su vida y sus acciones supusieran una novedad o sirvieran para mostrar una realidad distinta del Nuevo Mundo; o simplemente que arrojasen algo de luz sobre cualquier aspecto de la vida cotidiana del siglo XVI en América.
Hace tiempo que la historiografía española, junto a un importante grupo de americanistas extranjeros, lucha contra esas «verdades cansadas» de las que hablaba George Steiner, y que parecen no desgastarse nunca a pesar de todo lo publicado. Las leyendas, los estereotipos, las explicaciones simplistas y la estulticia educativa siguen, en ocasiones, incidiendo en las viejas imágenes de aquel período histórico sin atreverse siquiera a pensar o leer. Europeos y americanos actuaron con el mismo amplio abanico de actitudes y conductas que puede generar el ser humano. Eran todos hijos de una época, de un momento y de un pasado que los determinó. No todos los españoles fueron unos salvajes desalmados ni los indígenas unas almas cándidas, ingenuas y bondadosas. Hubo conquistadores que en momentos fueron despiadados y en otros se comportaron con grandeza humana. Así como los emperadores, reyes, caciques y generales de los batallones indígenas tuvieron su momento de cálculo político y jugaron las bazas que mejor convenía a sus intereses particulares. Hubo religiosos que con el Evangelio en la mano encendían una vela al diablo. Y otros, que al tiempo que denunciaban a los encomenderos por el maltrato a los nativos, obligaban a estos a trabajar en la construcción de sus conventos y catedrales sin contraprestación alguna. También los hubo que representaban al mal más absoluto y otros que fueron santos, aunque jamás los canonizaran. Existieron nativos que desde el principio se rebelaron contra el poder extranjero y otros que colaboraron con los recién llegados buscando sacarse el yugo de sus vecinos o ambicionando mayor poder sobre ellos. Los hubo que adoptaron de buena gana la cultura del dominador y otros que se negaron siempre a aceptar cualquier cosa procedente de los extranjeros. Poco fue blanco o negro, casi todo se desarrolló en una vasta gama de grises. Lo que sí es cierto es que al final se impuso la civilización que tenía más dinamismo, fuerza, curiosidad y ambición, y el precio que pagaron los pueblos americanos fue altísimo. No hubo voluntad genocida, como se ha pretendido imponer desde ciertas instancias y visiones, sí hubo un imperialismo ecológico, político y económico que terminó mandando.
Arenal y puerto de Sevilla, lugar de salida y entrada de los barcos que cruzaban el Atlántico rumbo al Nuevo Mundo.
De todo esto hay en este libro, hombres y mujeres, santos y pecadores, buenos y malos, paradójicos e incoherentes, héroes y villanos, exagerados y desmedidos, bondadosos y crueles, en muchas ocasiones dentro de una misma vida. También hay personas con conocimientos o aptitudes adelantados a su época, seres con una intuición especial para visionar el futuro, agentes globalizadores que en su corta vida pertenecieron a distintos mundos y que supieron unir lo viejo y lo nuevo en una síntesis diferente, vidas inesperadas que se tornaron fascinantes, heroicas o trágicas, simples oficiales o aprendices cuyo mérito fue hacer lo único que sabían hacer, y otros muchos cuyo valor fue simplemente estar allí.
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