La Purruncheta
Rebeca F. Schmid
La Purruncheta
Rebeca F. Schmid
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© Rebeca Fabiola Schmid, 2022
Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras
Imagen de cubierta: © Sara Radstake
www.universodeletras.com
Primera edición: 2022
ISBN: 9788418854088
ISBN eBook: 9788418856105
¿Dónde van los niños que muere n, que no han nacido ? ¿Al mismo cielo que aquellos que tuvieron el derecho de nacer?
Lo encontré delante de mis ojos, allí solo, sin su propietaria, que ya había partido. Me habló en silencio y me recordó lo prometido. Con tu lapicero en mis manos empecé lo pactado, sin usarlo. Comencé seriamente a contar algo de lo vivido. Tu presencia había protegido siempre a nuestra Purruncheta. Y, como tú dirías, ella nació por culpa de la Cuchufleta.
BESO TUS PIES, MI REINA,
PORQUE EL MUNDO LOS BESARÁ UN DÍA...
BESO TUS PIES, MI REINA.
TU MADRE TE LOS BESA HOY DÍA.
La memoria es corta y los recuerdos que quedan grabados en tinta nos recuerdan la existencia de lo vivido como real.
Siendo pequeña se pueden confundir los sueños y las vivencias. Gracias por recordarme que existo. ¿Cuáles son los sueños? ¿Cuáles las vivencias? Cuando la vida pasa como un sueño, no olvidemos a nuestros vivos ni a nuestros muertos queridos: Manuela, Maya, Ma Bertha, Willy, Feliza, Vero, Bruno y dos almas m á s que nunca llegaron. Sus espíritus, sus fuerzas, estarán para siempre con nosotros y aquí se quedan con la Purruncheta.
Me llaman Purruncheta. Es lo justo. ¡Yo nunca me llamo! Y, aunque no es mi verdadero nombre, no me molesta, es la consecuencia de ser hija de mi madre.
Soy una representante de la nueva raza, aquella que se mezcla, aquella que viaja, aquella que se adapta y respeta sus nuevas tierras, aquella que siente el olor y el color de estas, sus tierras, aquella que crecerá respetando la diferencia de cada una, aquella que tiene el derecho de existir en el mundo, y existe. Aquella que lleva en sus venas muchas sangres, aunque lleve el color miel clara en la piel y en sus ojos casi redondos, dormilones, su reflejo, miel clara.
Soy aquella que tiene sueños y que los cumplirá, aquella que se reconoce como dueña del mundo, como ciudadana, que lo agradece, lo comparte, aquella que defiende su derecho a existir desde el primer instante, aquella que tiene la suerte de no encontrar fronteras en su camino.
Soy de la nueva raza, aquella que tiene de indígena peruana, de español de Castilla y Aragón, y del País Vasco; aquella que vino al mundo en vientre peruano, ya mestizo, y también español, por el derecho de la sangre; aquella que descubrió en su sangre su parte colombiana, una misteriosa presencia rumana y, para más riqueza, un muy antiguo origen sefardí por más de una línea en su historia.
Soy aquella que se concibió en Suiza, en Lausana, que trae, además, la sangre sin mezcla, de la Suiza alemana de Lucerna, de Wiillisau y Buttisholz, allí donde está el castillo, con Bruno y sus más de 700 años en aquella región, mezclado también con el cantón de Vaud, allá donde las suaves colinas encuentran la comuna de la Chaux, con Jane, mi abuela. Por eso soy como muchos de hoy, soy de la nueva raza, la que vive sin fronteras, la que derriba muros con la mirada, la sonrisa y, quizás un día, con la razón.
Mama me dice: “El mundo es tuyo”. Y yo la creo.
Todos tenemos un camino a seguir. El mío comenzó antes de mi nacimiento, me dice mi mama. No es fatalismo, como dirían algunos, es quizás el hecho de aceptar nuestro lugar en el mundo. ¿Adónde voy? ¿Cómo voy? ¿Por qué voy? ¿Cuándo voy?
SOLO IR.
Es la magia, que es la vida misma, aquella que nos lleva, que nos trae de un lugar al otro. Pídele al cielo. Si no te responde, pídele al sol. Si no te responde, te quedan la luna y, siempre, las estrellas…
La magia de la vida nos envuelve en aquello que se llama vida. Quizás, ya hemos vivido muchas vidas, quizás, empezamos la primera. ¿Quién lo puede decir? A veces la cosa que llamamos vida nos envuelve en ella y nos enfrenta a lo contrario, a lo que llamamos muerte. O, a veces, no entendemos. Quizás es para recomenzar la nueva vida, ¿quién sabe?
Mama perdió muy joven dos de los amores más grandes que existen, pero por cada pérdida recibió algo en compensación. Una de ellas es mi hermana, la otra soy yo. Mama dice que no supo sonreír desde que el primer amor se fue. Fue ella, mi hermana, quien le devolvió la sonrisa cuando vino a este mundo desde el mismo lugar que yo. La segunda compensación llegó para equilibrar el universo en sus pérdidas. Ahí llegué yo.
Contagiarnos de esta magia que nos envuelve en todo momento no es fácil. Aun cuando no hemos nacido, existimos. Mama a veces llama a aquello energía. Quizás somos también aquello, la concentración de energía encerrada en un cuerpo, un cuerpo que nace, crece, muchas veces se reproduce y después muere. Pero aquella energía que mueve el cuerpo, ¿de dónde vino y a dónde va?
Dice mama que la energía no se crea ni se destruye, simplemente se transforma.
Pero aquello se lo dijeron a ella, y lo dijo alguien, o varios personajes que quedarán siempre en las leyes e historias de las ciencias, hace mucho tiempo, aquella frase científica. Aunque aún no sé mucho lo que significa, me gusta y me interesa entender. Se relaciona con los pensamientos de mama, pues ella piensa que quizás existe una relación con nuestra energía vital, en la vida misma, que no tenemos todas las respuestas, solo algunas.
Siendo así, el equilibrio de la vida existe. Y cuando perdemos algo, algo después lo tendremos. Vendrá, quizás, para el equilibrio de la vida, quizás solo se transformó, quizás regresó, quizás mi hermana y yo regresamos. Eso dirán los hinduistas, dice mama; quizás regresamos o quizás empezamos un nuevo ciclo. De todas maneras, no es un problema. Quizás lo importante es más bien darle un sentido a la vida, a la tuya, a la nuestra, desde el momento en que sentimos que estamos vivos, dice mama.
Yo existo. Es la fuerza del amor de mama lo que me hizo existir. Pero yo tomé mi lugar en el mundo aun antes de mi nacimiento, eso lo sé. Aunque soy pequeña, decidí venir en su vientre, escuché su pedido una vez y decidí llegar.
Mama me contó otra historia, aquella de un hombre sabio en la India que se reconoció como la reencarnación de otro hombre sabio del pasado y la gente le creyó. Hoy sigue haciendo muchas obras de bien, la gente lo venera y aunque no creamos lo que él siente, se ve que bueno es. Si no creemos, qué más da si se reencarnó o no; con todo lo bueno que él hace por su pueblo, no es un problema. Seguro que me gustaría que me llevasen un día a conocer a gente así, al menos creen, al menos viven y te dejan vivir.
Mama dice que el amor se demuestra con actos, que los métodos son lo de menos.
Y mama me contó otras historias también, muchas, cargadas de tradición, de cultura, de verdad, de amor.
Fui concebida entre olores de los mejores inciensos del mundo, entre figuras y dioses extraños, entre tés de orígenes exóticos y conocidos por aquellos que cuidan su salud, que son curiosos y respetuosos con las culturas diferentes; entre perfumes concentrados al 100 %, aquellos que encontramos solo en el nacimiento de sus historias, o como lo decimos en francés: la source . Como el nombre de la clínica que me recibió cuando nací: La Source.
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