A Chiqui, quien me ha regalado lo mejor de su vida y que me ha enseñado a amar Venezuela.
A cada uno de los venezolanos, dentro y fuera de Venezuela, que luchan por liberar a su patria de la dictadura.
JORGE RAMOS
Jorge Ramos es periodista, escritor, columnista sindicado e inmigrante en Estados Unidos. La revista Time lo consideró como una de las “100 personas más influyentes del mundo”. Ramos es el conductor del Noticiero Univision desde 1986, donde también es responsable del programa de entrevistas Al Punto y del sitio digital Real America. Es colaborador de la página de opinión de The New York Times y de más de 40 diarios en Estados Unidos y América Latina. Este es su libro número 14. Ha entrevistado a los líderes más importantes de nuestra época (Joe Biden, Barack Obama, Hugo Chávez, Fidel Castro, AMLO, Álvaro Uribe...) y ha recibido algunos de los principales premios de periodismo, incluyendo el Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, el Gabriel García Márquez a la “excelencia en el ámbito periodístico” y varios Emmys. Nació en la Ciudad de México, vive en Miami, tiene una maestría en relaciones internacionales, es defensor de los inmigrantes y aboga por el periodismo como contrapoder.
Primera edición: mayo de 2021
© 2021, Jorge Ramos
© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial USA, LLC
8950 SW 74th Court, Suite 2010
Miami, FL 33156
Diseño de cubierta: Penguin Random House
Foto de cubierta: Cortesía de Univision
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ISBN 978-1-64473-415-5
Conversión a formato digital: Libresque
Ser periodista significa ser desobediente. Y ser desobediente significa, entre otras cosas, estar en la oposición. Para estar en la oposición hay que decir la verdad. Y la verdad es siempre lo contrario de lo que se nos dice.
O RIANA F ALLACI *
* Cristina de Stefano, La corresponsal, Madrid, Aguilar, 2015, p. 410.
El camión de basura no fue un montaje
La objetividad es ver el mundo como es, no como quisiéramos que fuera.
M ICHAEL B UGEJA , Universidad Estatal de Iowa
No lo habíamos planeado.
Una mañana estaba recorriendo, junto a un equipo de Univision, las calles de Caracas en el barrio del Chacao cuando pasamos al lado de un camión de basura. Entonces vi a tres hombres que se empinaban en la parte trasera del camión tratando de rescatar un poco de comida entre la basura. Movían, desesperados, los plásticos que encontraban para identificar algo comestible mientras el camión amenazaba con arrancar. Un empleado de limpieza, que acompañaba al chofer del camión, los veía sin ninguna emoción.
Paramos la camioneta en que nos transportábamos y bajé corriendo. Saqué mi celular y me puse a grabar.
“Tenemos hambre”, me dijo un adolescente con una camiseta negra y gorra beige, al momento de abalanzarse al camión por más comida. Luchaba por los desperdicios junto a otras dos personas.
Un joven de camiseta negra y gorro blanco se chupaba los dedos de su mano derecha, llenos de lo que alguna vez fue un
pastel, o torta, como le dicen en Venezuela. “Hay que cambiar de presidente porque no podemos vivir así”, me comentó sin que yo le preguntara nada. Y siguió: “Somos gente de la calle pero queremos sacar al presidente. Lo queremos sacar; no podemos vivir más así, comiendo la basura. Voy a 36 años y es la primera vez en mi vida que yo hago esto por mis hijos y por mí”. “¿Cada cuánto tienen que hacer esto?”, le pregunté. “Todos los días”, me dijo, “porque ahora un sueldo ya no alcanza pa’ nada”.
El camión se fue por la calle, pero él seguía hablando. “Como la basura por primera vez en mi vida. Mi nombre es Jesús pa’ que lo manden a YouTube, pa’ Instagram, pa’ donde sea. Pero no podemos seguir más en esto”. “¿Qué le quisiera decir a Maduro?” “Cónchale Maduro, acuérdate que Venezuela es bonita y que Venezuela somos todos. Presidente, me disculpa, pero usted como presidente no sirve… Somos de la calle pero usted como presidente no sirve. Quiero que se vaya del país… Son 20 años que tenemos de pobreza”.
La elocuencia y claridad de Jesús me impactó. Su hambre y su dolor eran reales. También era innegable la humillación que sentía al tener que comer basura.
Ahí supe que ese era un video que le quería mostrar al dictador Nicolás Maduro al día siguiente durante nuestra entrevista. Estábamos a unos 20 minutos del Palacio de Miraflores y la calle exhibía el terrible fracaso de la revolución bolivariana. Su promesa de ayudar a los más desamparados se había esfumado, frente a mí, en ese camión de basura.
Inmediatamente envié el video a uno de nuestros productores en Miami para que lo tuvieran listo al transmitir la entrevista al día siguiente. Pero jamás me imaginé que el régimen de Maduro nos censuraría la entrevista, confiscaría nuestras cámaras y detendría a todo el equipo de Univision.
Fue precisamente después de ver ese video que Maduro se levantó y dio por terminada la entrevista. Nos quedamos sin nada. Sin embargo, como ese video ya lo habíamos enviado a Univision en Miami, sí pudimos mostrarlo públicamente como el detonante que dio fin al encuentro en el Palacio de Miraflores.
Las acusaciones de Jesús eran gravísimas. Culpaba a Maduro de la hambruna que vivía el país y le pedía que dejara el poder. La entrevista no se podía ver pero el video del camión de basura sí. Y se hizo viral.
Desde luego, en la jungla donde las redes sociales se cruzan con el chavismo, hubo quienes sospecharon del origen de nuestro video y hasta sugirieron que se trataba de un montaje. Pero todo había sido cierto.
El reportero Daniel Lozano del periódico español El Mundo fue a buscar a Jesús en las calles de Caracas, unos días después de la entrevista, y lo encontró, a pesar de que hay días en que no tiene donde dormir. Se llama Robert Jesús Guerrero y se gana la vida reciclando basura para darles de comer a sus dos hijos, Arantxa y Shubirut. Incluso, se dejó fotografiar con su pareja.
“Lo primero que me encontré fue al camión de la basura sacando las bolsas de la panadería, me atreví a curiosear y saqué unos dulces, con tanta hambre que me los comí”, le explicó Jesús al reportero de El Mundo sobre el día en que lo grabé con mi celular. “Llegaron unos señores a entrevistarme y les di el voto de confianza para contarles lo que yo siento sobre este país”.