NOTAS
PRIMERA PARTE: EL CEREBRO EMOCIONAL
Capítulo 1: ¿PARA QUE SON LAS EMOCIONES?
. Associated Press, 15 de septiembre de 1993.
. La atemporalidad de este tema del amor desinteresado queda sugerida por la forma en que impregna los mitos del mundo entero: los relatos de Jataka, difundidos en casi toda Asia durante milenios, hacen referencia a distintas variaciones de parábolas semejantes de autosacrificio.
. Amor altruista y supervivencia humana: las teorías de la evolución que plantean las ventajas adaptativas del altruismo están bien resumidas en Malcolm Slavin y Daniel Kriegman, The Adaptive Design of the Human Psyche (Nueva York, Guilford Press, 1992).
. Gran parte de esta discusión se basa en el ensayo clave de Paul Ekman: "An Argument for Basic Emotions", Cognition and Emotion, 6, 1992, págs. 169-200. Este punto corresponde al ensayo de P. N. Johnson-Laird y K. Oatley, aparecido en el mismo número del periódico.
. El asesinato de Matilda Crabtree: The New York Times, 11 de noviembre de 1994.
. Sólo en adultos: Una observación hecha por Paul Ekman, Universidad de California en San Francisco.
. Cambios orgánicos en las emociones y sus razones evolutivas: algunos de los cambios están documentados en Robert W. Levenson, Paul Ekman y Wallace V. Friesen: "La acción facial voluntaria genera una actividad autónoma del sistema nervioso específica de las emociones", Psychophysiology,27, 1990. Esta lista está confeccionada a partir de ahí y de otras fuentes. En este punto una lista de ese tipo es en cierto modo especulativa; existe un debate científico acerca de la sintonía biológica precisa de cada emoción, y en el mismo algunos investigadores adoptan la postura de que entre las emociones hay mucha más superposición que diferencia, y que nuestra actual capacidad de medir las correlaciones biológicas de la emoción es demasiado inmadura para distinguir entre ellas de forma confiable. Con respecto a este debate, véase: Paul Ekman y Richard Davidson, eds., Fundamental Questions About Emotions (Nueva York, Oxford University Press, 1994).
. Como señala Paul Ekman: "La ira es la emoción más peligrosa; algunos de los principales problemas que destruyen a la sociedad en nuestros días incluyen la ira que todo lo destruye. Hoy en día es la emoción que menos adaptación permite porque nos impulsa a pelear. Nuestras emociones evolucionaron cuando no teníamos la tecnología adecuada para actuar tan poderosamente sobre ellas. En la prehistoria, cuando alguien sentía una furia momentánea y durante un segundo quería matar a alguien, no podía hacerlo tan fácilmente… pero ahora puede".
. Erasmo de Rotterdam: Elogio de la locura, Londres, Pengu in, 1971, pág. 87.
. Estas respuestas básicas definían lo que podría considerarse "vida emocional" —más adecuadamente, una "vida instintiva"— de estas especies. Y lo que es más importante en términos evolutivos, estas son las decisiones cruciales para la supervivencia; aquellos animales que podían tomarlas correctamente, o lo suficientemente bien, sobrevivían para transmitir sus genes. En esos primeros tiempos, la vida mental era bestial: los sentidos y un simple repertorio de reacciones a los estímulos que recibían hacían que un lagarto, una rana, un pájaro o un pez —y tal vez un brontosaurio— pasaran el día. Pero este cerebro diminuto aún no dejaba margen para lo que nosotros consideramos emociones.
. El sistema límbico y las emociones: R. Joseph, "The Naked Neuron: Evolution and the Languages of the Brain and Body", Nueva York, Plenum Publishing, 1993; Paul D. MacLean, The Triune Brain in Evolution, Nueva York, Plenum, 1990.
. Crías de macacos y adaptabilidad: "Aspects of emotion conserved across species", Ned Kalin, M.D., Departments of Psychology and Psychiatry, University of Wisconsin, preparado para la MacArthur Affective Neuroscience Meeting, noviembre de 1992.
Capítulo 2: ANATOMÍA DE UN ASALTO EMOCIONAL
. El caso del hombre sin sentimientos fue descrito por R. Joseph, op. cit., pág. 83. Por otra parte, pueden existir algunos vestigios de sentimiento en personas que carecen de amígdala (véase Paul Ekman y Richard Davidson, eds., Questions About Emotion, Nueva York, Oxford University Press, 1994). Los diferentes descubrimientos pueden depender exactamente de las partes de la amígdala y los circuitos relacionados que faltaban; aún no se ha dicho la última palabra en la neurología detallada de la emoción.
. Como muchos neurocientíficos, LeDoux trabaja en varios niveles, por ejemplo estudiando de qué manera las lesiones específicas del cerebro de una rata modifican su conducta; rastreando cuidadosamente la trayectoria de las neuronas individuales; emprendiendo complejos experimentos para condicionar el temor en ratas cuyo cerebro ha sido quirúrgicamente alterado. Sus descubrimientos, y otros revisados aquí, están en la frontera de la exploración en neurociencia, y por eso siguen siendo en cierto modo algo especulativo, sobre todo en las implicaciones que parecen fluir entre los datos puros y una comprensión de nuestra vida emocional. Pero la obra de LeDoux está sustentada por un cuerpo en desarrollo de pruebas convergentes de una variedad de neurocientíficos que constantemente están poniendo al descubierto los apuntalamientos nerviosos de las emociones. Véase, por ejemplo, Joseph LeDoux: "Sensory Systems and Emotion", Integrative Psychiatry, 4, 1986; Joseph LeDoux: "Emotion and the Limbic System Concept", Concepts in Neuroscience, 2, 1992.
. La idea del sistema límbico como el centro emocional del cerebro fue introducida por el neurólogo Paul MacLean hace más de cuarenta años. En los últimos años, descubrimientos como los de LeDoux han perfeccionado el concepto de sistema límbico, mostrando que algunas de sus estructuras centrales como el hipocampo están menos directamente implicadas en las emociones, mientras circuitos que vinculan otras partes del cerebro —sobre todo los lóbulos prefrontales— con la amígdala son más centrales. Aparte de eso, cada vez se acepta más el hecho de que cada emoción puede recurrir a distintas partes del cerebro. La creencia más corriente es que no existe un único "cerebro emocional" claramente definido, sino más bien varios sistemas de circuitos que dispersan la regulación de una emoción determinada a partes remotas pero coordinadas del cerebro. Los neurocientíficos suponen que cuando quede concluido el mapa cerebral de las emociones, cada emoción principal tendrá su propia topografía, un mapa definido de senderos nerviosos que determinarán sus cualidades singulares, aunque muchos de estos circuitos, o la mayoría de ellos, están probablemente interconectados en uniones clave del sistema límbico, como la amígdala y la corteza prefrontal. Véase Joseph LeDoux, "Emotional Memory Systems in the Brain", Behavioral and Brain Research, 58, 1993.
. Circuito cerebral de diferentes niveles de temor: este análisis está basado en la excelente síntesis de Jerome Kagan: Galen's Prophecy, Nueva York, Basic Books, 1994.
. Escribí sobre la investigación de Joseph LeDoux en The New York Times del 15 de agosto de 1989. La discusión en este capítulo se basa en entrevistas mantenidas con él y en varios de sus artículos, entre otros: "Emotional Memory Systems in the Brain", Behavioral Brain Research, 58, 1993; "Emotion, Memory and the Brain", Scientific American, junio de 1994, y "Emotion and the Limbic System Concept", Concepts in Neuroscience, 2, 1992.
. Preferencias inconscientes: William Raft Kunst-Wilson y R. B. Zajonc: "Affective Discrimination of Stimuli That Cannot Be Recognized", Science, 1° de febrero de 1980.
. Opinión inconsciente: John A. Bargh: "First Second: The Preconscious in Social Interactions", presentado en la reunión de la American Psychological Society, Washington, DC Uunio de 1994).