Sapiens Editorial - Inteligencia Emocional: Por Que Es Mas Importante Que El Cociente Intelectual (Emotional Intelligence)--Resumen Del Libro De Daniel Goleman

POR QUÉ ES MÁS IMPORTANTE QUE EL COCIENTE INTELECTUAL

RESUMEN COMPLETO DEL LIBRO DE DANIEL GOLEMAN

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RESUMEN ESCRITO POR SAPIENS EDITORIAL

La inteligencia emocional es uno de los libros más vendidos en estos tiempos. En él, el autor describe la naturaleza de la inteligencia emocional, un concepto revolucionario y una de las ideas que más impacto ha tenido en diversos ámbitos en las últimas décadas. La tesis que Goleman presenta en este libro, intenta explicar qué factores determinan las marcadas diferencias que existen entre un empleado modelo y otro mediocre, o entre un individuo casi anónimo y un líder carismático. Expone claramente cómo evolucionan esas habilidades que conforman la inteligencia emocional y qué debemos hacer para impulsarlas y perfeccionarlas.

Las ideas de Daniel Goleman representan una alternativa hacia los enfoques demasiado centrados en la cognición y en la mente humana, al ofrecer nuevas perspectivas sobre la relación entre el éxito y las capacidades, que hace pensar en las verdaderas posibilidades de mejorar la vida.

Es una creencia muy difundida, la idea de que las emociones juegan un rol importante sólo en situaciones románticas, de incidentes familiares o en el calor de una pelea, por ejemplo. Pero la función de las emociones no se limita a esos ámbitos. Las emociones están en todos los momentos que vivimos, forman parte de cada decisión que tomamos, nos ayudan a comprender el mundo y son fundamentales en cualquier vínculo con los demás.

Este libro te permitirá entender el impacto que tienen las emociones en tu vida diaria. Te darás cuenta de que pueden ayudarte, pero también pueden hundirte. Aprenderás a usar la inteligencia emocional para crear resultados positivos y evitar situaciones que puedan perjudicarte. Sabrás que puedes lograr equilibrar tu cerebro racional y tu cerebro emocional. Y, te será útil en la medida en que te enseñará cómo favorecer y desarrollar esta herramienta constituida por tus emociones.

Este libro es un viaje que te llevará por las visiones científicas sobre la emoción, con base en los avances neurobiológicos. Una vez que comprendas estos conceptos claves, descubrirás la importancia de la inteligencia emocional para remediar la crisis emocional colectiva de la que somos testigos.

Cuando los sociobiólogos buscan una explicación al relevante papel que la evolución le ha asignado a las emociones en el psiquismo humano, no dudan en destacar la preponderancia del corazón sobre la cabeza en los momentos realmente cruciales. Todos sabemos que nuestras decisiones y nuestras acciones dependen tanto de nuestros sentimientos como de nuestros pensamientos. Hay ocasiones en que son las emociones las que nos permiten afrontar las situaciones más complejas, que el cerebro intelectual no resuelve.

Cada emoción nos mueve a la acción de un modo diferente. Por esto, el caudal emocional que traemos en nuestra naturaleza humana tiene una gran importancia para la supervivencia. De allí que sea imposible concebir al ser humano sin involucrar a las emociones.

Las emociones generan recuerdos de experiencias ya vividas. Es así que cuando nuestro cerebro registra experiencias, no sólo recopila datos. También almacena sentimientos que esas experiencias han provocado. Por ejemplo, si un niño toca una estufa caliente, experimentará dolor intenso. Será esa emoción la que aflorará en el futuro ante la idea de volver a tocar otra estufa, y evitará hacerlo.

Además, observar la manifestación de emociones en los demás, nos ayudará a predecir sus acciones. Por su lenguaje corporal, sabremos si una persona está enojada, triste, alegre, y actuaremos en consecuencia.

El coeficiente intelectual y la inteligencia emocional no son conceptos contrapuestos, sino tan solo diferentes. Cada persona representa una combinación particular entre el intelecto y la emoción.

Todos tenemos dos mentes: una que piensa y otra que siente, y ellas interactúan para construir nuestra vida mental. La mente racional genera conocimiento basado en el análisis reflexivo y racional. La mente emocional, en cambio, promueve conocimiento impulsivo, en ocasiones más poderoso.

Esta distinción entre lo emocional y lo racional es la que nosotros habitualmente nombramos como la diferencia entre el “corazón” y la “cabeza”.

Hay momentos en los que nos volvemos demasiado emocionales y no pensamos con claridad. Las emociones anulan nuestro pensamiento racional y nuestro juicio se nubla. En esas ocasiones, esas mismas emociones nos impulsan a reaccionar antes de analizar y valorar la situación. Cuando la información entra en nuestro cerebro, una parte no pasa por la región responsable del pensamiento racional, el neocórtex, y entra directamente en el cerebro emocional. Si éste la percibe como amenaza, actúa repentinamente, sin esperar al cerebro pensante. En esas situaciones, te dejas llevar pos las emociones, y, posiblemente, te arriesgues a resultados negativos.

La mayor parte del tiempo, estas dos mentes actúan juntas, combinadas y en equilibrio para guiarnos adecuadamente. Pero cuando aparecen las pasiones, el equilibrio se rompe, la mente emocional se desborda y anula a la racional.

Las emociones han sido sabias referencias a lo largo del proceso evolutivo humano y han servido para garantizar la vida. Sin embargo, las realidades que nos presentan los tiempos actuales nos muestran un estallido del sistema emocional humano que ha planteado el desafío de contener los excesos emocionales que brotan del interior del individuo.

Las primeras leyes y códigos éticos, el código de Hammurabi, los Diez Mandamientos del Antiguo Testamento o los edictos del emperador Ashoka, han sido intentos de refrenar la vida emocional para garantizar la convivencia.

Nuestros circuitos emocionales innatos llevan ciento cincuenta mil generaciones demostrando su eficacia. Nuestras reacciones ante una situación que vivimos con otros, se arraigan en nuestro remoto pasado ancestral que hace que a veces, afrontemos los desafíos de este mundo con recursos emocionales adaptados de las necesidades de la prehistoria. Y en ese pasado lejano, frecuentemente dominaba la pasión.

El fortalecimiento de la inteligencia emocional supone el desarrollo de cinco competencias.

1. El conocimiento de las propias emociones, que implica el conocimiento de uno mismo, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece. Es uno de los pilares en los que se apoya la inteligencia emocional.

2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo nos permitirá controlar nuestros sentimientos de acuerdo a las circunstancias: tranquilizarnos, calmar la ansiedad, revertir la tristeza.

3. La capacidad de motivarse uno mismo. El autocontrol emocional es fundamental para valorar los propios logros. Las personas que logran esta habilidad, suelen ser más eficaces y exitosas en todas las tareas que asumen.

4. El reconocimiento de las emociones ajenas. Se trata de la empatía, de esa habilidad para “ponerte en los zapatos del otro”. Las personas empáticas perciben con facilidad qué necesitan los demás. Actúan en consecuencia y logran fortalecer los vínculos.

5. El control de las relaciones. Los vínculos con los demás tienen su base en la capacidad para relacionarnos con las emociones de los demás. Esta es la habilidad que determina la popularidad, el liderazgo, la eficacia con los otros. Las personas que sobresalen en esta competencia, suelen ser “estrellas” que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a las relaciones interpersonales.