Travesia - Lección 39 - Pedro y Juan
Por Marcel Gervais, arzobispo emérito de la diócesis de Ottawa, Canadá
Nihil Obstat: Michael T. Ryan, B.A., M.A., Ph.D.
Imprimatur: + John M. Sherlock, Obispo de Londres
Londres, 31 de marzo de 1980
Este contenido de este libro fue publicado por primera vez en 1977 como parte de la serie JOURNEY por Programas de Estudio Guiado en la Fe Católica y ahora está siendo republicado en Smashwords por Emaus Publications, 99 Fifth Avenue, Suite 103, Ottawa, ON, K1S 5P5, Canada. En Smashwords
Cubierta: "Cualquiera que diga "Amo a Dios" y odia a su hermano es un mentiroso. Como un m; un que no ama al hermano que puede ver, no puede amar a Dios, a quien nunca ha visto.” 1 Juan 4:20
COPYRIGHT © Programas de Estudio Guiado en la Fe Católica, una división del Centro Internacional de Educación Religiosa de la Palabra Divina 1977. La reproducción total o parcial está Prohibida.Lección 26
Traducción hecha por Frank A. Hegel, sfm y Julia Duarte Tapia
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Contenido
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Salmo 122
Un peregrino canta una canción gozosa al llegar a las puertas de la ciudad de Jerusalén. La Ciudad Santa, corazón del Pueblo, es símbolo de todos los favores de Dios - su presencia permanente, su amor expresado a través de la Alianza, la justicia, la unidad y la paz que ha establecido entre las Tribus. El peregrino reza con toda confianza por la paz final y la felicidad prometida por Dios a su Pueblo.
Esta oración podría ser la nuestra cuando estudiamos las cartas de Pedro y Juan. Estos autores grandes nos despiertan de nuevo al amor demostrado por Dios en el establecimiento de nuestro Jerusalén, la Iglesia, donde “hermanos y hermanas, amigos y amigas” gozan de la presencia del Señor resucitado. Sin embargo, la Iglesia es como un peregrino igual como el Salmista, con la diferencia que está caminando hacia un santuario más allá de los límites de la tierra. Todos sus miembros esperan con anticipación y confianza el día de la llegada cuando el Señor perfeccionará en el Jerusalén del cielo lo que ha comenzado hacer tan magníficamente en la Iglesia.
Objetivo de esta leccion
Describir lo que hace de la Iglesia algo distinto de toda nación, toda raza, todo grupo, según la primera carta de Pedro y describir la enseñanza de Juan sobre las condiciones necesarias para una comunión con Dios como están expuestas en su primera carta
Objetivo de esta seccion : Describir lo que hace de la Iglesia algo distinto de toda nación, toda agrupación de gente, todo grupo, según la primera carta de Pedro.
Introducción:
La Iglesia es distinta a cualquier otro grupo de gente. Tanta es la diferencia que ella está como un extranjero, un foráneo, un exiliado disperso entre las naciones de la tierra (1P 1,17; 1P 2,11). Ella es, y está llamada a llegar a ser con una claridad siempre más nítida, el Pueblo de Dios, un Pueblo elegido para cumplir los propósitos de Dios (1P 2,9s). Esta convicción subyace en todo la Primera Carta de Pedro. La Iglesia se hace distinta por las verdades que enseña y por el estilo de vida que vive. La carta enseña sus doctrinas únicas y los criterios excepcionales que está llamada a vivir. Este pequeño libro es una presentación concisa y equilibrada de la fe y la moral de un pueblo cristiano.
Contenido de la carta:
Muchas de las cartas del Nuevo Testamento fueron escritas como respuesta a una crisis en la Iglesia. (Un problema de división en la comunidad, o la inmoralidad, o la herejía). Dichas cartas proporcionan una lectura interesante, pero de naturaleza tienen la tendencia de tratar a la fe de una manera desnivelada. La Primera Carta de Pedro, no obstante, es increíble por su balance y equilibrio en el tratamiento de los elementos, tanto doctrinales como morales, de la cristiandad. Nos da un sentido de la totalidad del Evangelio. ¿Cuándo se hace este tipo de presentación de la fe? ¿Qué ocurrió para que dicha presentación fuera necesaria? La carta en sí sugiere la respuesta.
En 1 P3, 21ss Pedro se inspira en la ceremonia del bautismo en la Iglesia primitiva, haciendo referencia a la muerte y resurrección del Señor. Parece que la carta, en su mayor parte, es una instrucción del estilo usado cuando se bautizaba a la gente durante la Vigilia Pascual, incluyendo himnos y una homilía sobre el rito y sobre la vida Cristiana. Esto explicaría la insistencia en la diferencia entre el estilo de vida pagano y e estilo de vida cristiano frecuente en la carta.
El autor:
La primera línea de la carta nos dice que la carta viene de la mano de “Pedro, apóstol de Cristo” (1P 1,1). No obstante, la carta contiene un uso de la lengua griega tan sofisticado que es difícil imaginar que viene directamente del pescador de Galilea, pues Pedro no tenía el genio ni el mismo talento literario de Pablo. En las últimas líneas (1P 5,12), nos dice que la carta fue escrita por medio de un hombre llamado Silvano. Es muy probable que Silvano es responsable por la lengua elegante de la carta.
Cuando fue escrita:
Puede ser que la carta fue escrita durante la década de los años 60. Sin embargo, algunas de las ideas encontradas en las cartas de Pablo también se encuentran en la Primera Carta de Pedro. Por esta razón, algunos expertos en la Biblia creen que la carta fue escrita mucho más tarde cuando el pensamiento de Pedro hubría tenido tiempo para fusionar con el de Pablo. Pero esta teoría no nos obliga a cambiar la fecha, puesto que la mayoría de las cartas de Pablo fueron escritas entre la década 50 y los primeros años de la década 60. Así, es aceptable pensar que la Primera Carta de Pedro es, en realidad, la obra de Pedro, redactada por Silvano, y que lleva la influencia de Pablo. Fue escrita antes del martirio de Pedro que ocurrió alrededor del año 64 d.C.
¿dónde fue escrita?
La carta fue escrita desde “Babilonia” (1P 5,13). Esta es Roma. Durante la persecución, los cristianos frecuentemente utilizaban el nombre de la capital del antiguo enemigo del Pueblo de Dios para el capital de su enemigo nuevo (véase Ap 14,8). Así, desde Roma, Pedro escribe “a los judíos que viven fuera de su patria, dispersos en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia” (1P1,1). Esta es el área que corresponde hoy en día a Turquía. El apóstol usa la palabra “dispersos” que fue originalmente aplicado a los judíos viviendo fuera de su patria. Aquí, se refiere a los cristianos “dispersos” por el mundo pagano, viviendo como si fueran exiliados lejos de su patria en el cielo. Por supuesto, entre ellos se encuentran también unos judíos convertidos en cristianos.
La coyuntura de la carta:
Si la carta fue escrita en los primeros años de la década del 60, el fondo de ella sería la persecución del emperador Nerón contra los cristianos. Fue durante esta persecución que Pedro “dio gloria a Dios” por su muerte (véase Jn 21,19). ¿Sufrieron una persecución oficial aquellos a quienes fue dirigida la carta? Mientras hay referencias en la carta del sufrimiento de sus lectores en manos de los paganos, y mientras hay indicaciones de que sus lectores deben esperar violencia de manos de sus enemigos, no hay evidencias directas de que actualmente fueran víctimas de una persecución violenta cuando Pedro les escribió.
Lectura: 1 Pedro 1, 1 – 2
El saludo tiene una referencia a la Trinidad – el Padre, el Espíritu y Jesucristo. El Padre los escogió, el Espíritu los santificó, Cristo los ha purificado de sus pecados por su sangre. Tenemos aquí los dos elementos doctrinales que corren por toda la carta – la Trinidad y la muerte y resurrección de Jesús. Esta es la base para toda creencia cristiana, y como consecuencia, para su manera de vivir. En lo que queda de este primer capítulo, Pedro nos dará un bosquejo de la acción del Padre y de Cristo. Nos instruirá acerca de la respuesta esperada de los creyentes a la luz de lo que ha hecho el Padre por Jesús. La próxima lectura es un resumen del mensaje de la carta entera.