EL LEGADO DE 500 AÑOS QUE DIO FORMA A UNA NACIÓN
RAY SUAREZ
A CELEBRA BOOK
Celebra
Published by the Penguin Group
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First published by Celebra,
a division of Penguin Group (USA)
First Printing (Spanish Edition), September 2013
Copyright © Ray Suarez, 2013
Translation copyright © Penguin Group (USA) Inc., 2013
Translation by Santiago Ochoa
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CELEBRA SPANISH-EDITION ISBN: 978-1-101-62698-6 (EPUB)
THE LIBRARY OF CONGRESS HAS CATALOGED THE ENGLISH-LANGUAGE EDITION OF THIS TITLE AS FOLLOWS:
Suarez, Ray, 1957
Latino Americans / Ray Suarez.
p. cm.
ISBN 978-0-451-23814-6
1. Hispanic Americans—History. I. Title.
E184.S75S83 2013
973’.0468—dc23 2013015502
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Para mis hijos
Rafael, Eva e Isabel
Tres de las alegrías más grandes de mi vida
ÍNDICE
Estudiantes en una «escuela mexicana» en Texas durante la década de 1950.
CRÉDITO: THE DOLPH BRISCOE CENTER FOR AMERICAN HISTORY, THE UNIVERSITY OF TEXAS AT AUSTIN
CONTANDO NUESTRA HISTORIA:
UNA INTRODUCCIÓN
ESTA HISTORIA es diferente de otras historias convencionales que tal vez hayas leído. Contar de nuevo la historia de un pueblo en un lugar y en un momento determinado ya es suficientemente difícil para un escritor, pero este libro se propone contar la forma en la que numerosos pueblos, procedentes de regiones y continentes de todo el mundo, se unieron para convertirse en uno solo.
Los latino-americanos provienen de Europa, África, Asia y de las antiguas naciones de este hemisferio. Son los descendientes del Imperio del Nuevo Mundo de España. Llegaron esta mañana a los Estados Unidos a bordo de un avión; cruzaron un tramo de algún desierto polvoriento y despoblado el día de ayer; o, muchos años después de haber venido a trabajar a este país, han levantado la mano derecha frente a un juez federal y jurado renunciar a toda lealtad a cualquier otro país. Y lo más importante: al lado de aquellos que tienen una historia estadounidense reciente, están las generaciones de latinos cuyas familias llevan mucho más tiempo en este país de lo que ha existido un lugar llamado Estados Unidos, una estadía más antigua incluso que las inmigraciones desde las islas británicas que contribuirían a la creación de los Estados Unidos.
Ellos... Nosotros... Somos todas esas cosas al mismo tiempo. Somos a la vez un pueblo nuevo en el paisaje americano y una parte antigua y profundamente arraigada en la historia de este país y de este continente. Los nombres españoles de santos, héroes, capitanes y reyes salpican el paisaje de gran parte del país, desde la Florida —el «lugar de flores»— en el extremo sureste, hasta las islas de San Juan, junto a la frontera con Canadá, visibles desde el estado de Columbia Británica. Dado que los estadounidenses han emigrado constantemente al Sur y al Oeste desde la Segunda Guerra Mundial, llevando a la población lejos del Noreste y de los Grandes Lagos, más millones de estadounidenses hablan español todos los días de manera involuntaria, mientras se dirigen a un restaurante Luby’s en El Paso, esperan en el tráfico en San Diego, o toman esa tercera carta con la esperanza de sacar 21 puntos en Nevada, ese «lugar cubierto de nieve».
En su apogeo, a comienzos del siglo XIX, el Imperio Español se extendía desde las islas dispersas en la desembocadura del Caribe hasta el extremo austral de Suramérica, a través de los Andes y de la Amazonía occidental hasta la costa norte del continente, pasando por el delgado brazo de Centroamérica hacia la gran masa de tierra de México y de Norteamérica, incluyendo en varias épocas la totalidad o parte del territorio de 23 estados de los Estados Unidos. La primera lengua europea que se escuchó en estos vastos territorios fue el español, las primeras oraciones cristianas siguieron el rito católico, y los primeros estudios y títulos de propiedad fueron otorgados a familias españolas.
México en los primeros años de independencia de España; su mapa de 1837 muestra la gran extensión del territorio nacional, incluida la totalidad de lo que es hoy en día el suroeste de los Estados Unidos desde Luisiana y Arkansas y al oeste hasta el Océano Pacífico. Arriba de lo que hoy es California yacía el gran territorio de Oregón bajo la ocupación conjunta de los Estados Unidos y el Imperio Británico durante la década de 1830s.
CRÉDITO: LIBRARY OF CONGRESS
Al igual que el Imperio Británico, el Imperio Español tuvo una relación cambiante, muchas veces cruel y explotadora, con los cientos de naciones y pueblos que habitaban el continente. Sin embargo, durante varios siglos la historia de la América británica fue diferente a la de la América española. Esto no pretende minimizar o subestimar los horripilantes relatos de genocidio, expropiación y esclavitud forzosa que tuvo lugar en el enorme imperio de la corona española, sino destacar que las dos historias son distintas. Desde los tiempos en que el Imperio Británico y los gobiernos posteriores de los Estados Unidos presionaron a los nativos americanos hacia el Oeste desde la Costa Atlántica hasta que no quedó más espacio para confinarlos, los descendientes de los mayas, aztecas e incas siguen teniendo una gran presencia en sus países de origen, y están ampliamente representados en el acervo genético de las personas que han venido a Estados Unidos desde el resto del hemisferio en los dos últimos siglos.