COLECCIÓN ANTROPOLOGÍA
POBLACIONES EN MOVIMIENTO: ETNIFICACIÓN DE LA CIUDAD, REDES E INTEGRACIÓN
POBLACIONES EN MOVIMIENTO
Etnificación de la ciudad, redes
e integración
Walter Imilan
Alejandro Garcés
Daisy Margarit
EDITORES
Poblaciones en movimiento
Etnificación de la ciudad, redes e integración
Walter Imilan
Alejandro Garcés
Daisy Margarit
Editores
Ediciones Universidad Alberto Hurtado
Alameda 1869 - Santiago de Chile
mgarciam@uahurtado.cl – 56-02-28897726
www.uahurtado.cl
ISBN libro impreso: 978-956-9320-69-9
ISBN libro digital: 978-956-9320-70-5
Registro de propiedad intelectual N o 236.156
Estos textos fueron sometidos al sistema de referato ciego
Dirección Colección Antropología
Koenraad de Munter
Dirección editorial
Alejandra Stevenson Valdés
Editora ejecutiva
Beatriz García-Huidobro
Diseño de colección y portada
Gabriel Valdés
Diagramación interior
Gloria Barrios
Imagen de portada: fotografía de Guillermo Lorca.
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
Con las debidas licencias. Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.
E l presente volumen ha sido posible en el marco del proyecto “Migraciones, capital social y desarrollo humano en América Latina. El papel del capital de los migrantes en el desarrollo humano de las sociedades latinoamericanas” (2010-2013), promovido y coordinado por el Centro Coordinador de la Investigación de la Federación Internacional de Universidades Católicas (CCI-FIUC) y que ha contado con la asesoría científica de la Dra. Aparicio Gómez del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset de Madrid (España).
En este proyecto ha participado la Universidad Alberto Hurtado (Chile), Pontificia Universidad Católica del Perú, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Fundación Universitaria Luis Amigo (FUNLAM) de Medellín (Colombia) y Universidad Rafael Landívar (Guatemala).
FIUC - IFCU
Fédération Internationale des Universités Catholiques
International Federation of Catholic Universities
Federación Internacional de Universidades Católicas
Índice general
Presentación
Movimiento de personas, movimiento de cosas
Juan C. Skewes
Introducción
Flujos migratorios, redes y etnificaciones urbanas
Walter Imilan, Alejandro Garcés H. y Daisy Margarit S.
Carolina Stefoni
Menara Lube Guizardi
Jorge Moraga R.
Daisy Margarit S.
Alejandro Garcés H.
Florencia Jensen
Mariana Beheran
Nicolás Gissi B.
Walter Imilan
Presentación
Movimiento de personas, movimiento de cosas
Juan C. Skewes
L as culturas se constituyen a partir de las demás culturas. Esta vieja constatación de la antropología culturalista de los mediados del siglo veinte plantea una mirada más modesta, menos gloriosa y más cotidiana de los procesos históricos a través de los que se ensamblan los repertorios que sirven a los seres humanos para reproducirse y sobrevivir. “Se vive de prestado”. La búsqueda de los orígenes y de la pureza de la cultura pierde su sentido: nada pertenece a donde ahora se encuentra, nada garantiza que lo que está ahí seguirá allí. Nada certifica el origen de las cosas salvo, quizás, cuando se trata de proclamar propiedad sobre ellas.
La vida de los pueblos encarna dos movimientos relativamente simples: por una parte, el de las cosas a través de las personas y el de las personas a través de las cosas, y, por la otra, el de la apropiación de las cosas por las personas y el de las personas por las cosas (como habitualmente lo hacen las bacterias y los virus). No obstante, los desplazamientos de personas y cosas y su heterogénea combinación en paisajes emergentes no siempre son inocuos. La esclavitud es la expresión más onerosa de tales desplazamientos: millones de personas fueron forzadas a atravesar el Atlántico, viendo amputados sus vínculos con sus semejantes y con la naturaleza tal como si fueran sus brazos y piernas.
Con el advenimiento del capitalismo y la formación de los mercados regionales y mundiales las amputaciones se multiplican, separando tanto a las materias primas de los paisajes a que pertenecen como a la fuerza de trabajo del ser humano que le da origen. Trabajo y naturaleza desaparecen de la vista de un consumidor. Y con ello también se extinguen los derechos de las personas y de la naturaleza que posibilitan la existencia de bienes etiquetados con los valores del mercado. En este contexto, para una parte importante de la población, la migración erosiona derechos.
Los estudios de los procesos migratorios, como los propuestos en este libro, entrañan no solo la constatación acerca de la existencia de flujos de personas y cosas entre lugares del mundo sino que también la visibilización de las urdiembres en que se inscriben aquellos procesos y los derechos y dignidades que en ello se ponen en juego.
La antropología permaneció algún tiempo apoltronada por efecto de la Guerra Fría. Los países existieron como si siempre hubiesen sido de esa manera. Los límites estaban claros y el posicionamiento recíproco de las personas era relativamente estable y previsible. La mirada etnográfica se constituyó en este período en espacios que fueron vistos como relativamente inmóviles: a cualquier investigador o investigadora de la época se pedía que delimitara geográficamente su territorio de estudio, presumiéndose que lo que allí ocurría era allí causado.
Pero las sociedades nunca permanecieron inmóviles. Aprisionadas por la costra institucional del Estado, las poblaciones no solo merodearon sino que masivamente trocaron sus rumbos ante la indiferencia pública. Irlanda se despobló, la euforia aurífera llevó a miles de personas al oeste norteamericano, arrebatando con ella la vida a las últimas sociedades recolectoras de lo que hoy es California, mientras que en las guaneras de Perú quedan atrapados como esclavos chinos y rapa nui. El cambio de siglo sorprendió a croatas en la Patagonia, italianos y españoles moviéndose al Nuevo Mundo, y a palestinos, sirios y libaneses procurando fortuna en el Brasil. A pesar de la divisoria intercontinental, el movimiento no cesó. El tránsito se hizo difícil para los sami y casi imposible para los inuit en las áreas circumpolares árticas pero no así para los trabajadores yugoeslavos que estacionalmente llegaban a Europa Central mientras los italianos lo hacían hacia los países nórdicos. La Patagonia siguió siendo testigo del movimiento circular de chilotes que, a lo largo del siglo, se movilizaron entre el archipiélago y las estancias ganaderas; en Neuquén se multiplicaban las y los chilenos y en las cordilleras trasandinas lo hacen los mapuche para quienes aquel vasto territorio era, como para los aymara en la triple frontera del norte del país, su territorio, mientras que los bolivianos buscaban alternativas en Sao Paulo y Buenos Aires. En fin, la historia de los seres humanos no ha cesado en sus movimientos. La tónica del período, empero, era la de una antropología sedentaria.
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