PRIMERA PARTE
VISTAS (GRAN BRETAÑA)
SEGUNDA PARTE
ESCONDITES (EUROPA)
TERCERA PARTE
ESCALOFRIANTE (EL NORTE)
AGRADECIMIENTOS DEL AUTOR
En primer lugar deseo dar las gracias a quienes han dado forma a este libro, sobre todo como compañeros, guías y maestros, porque me han ayudado a aprender a ver en la oscuridad: John Beatty, Hein Bjerck, Sean y Jane Borodale, Bill Carslake, Lucian y María Carmen Comoy, Sergio Dambrosi, Steve Dilworth, Bradley Garrett, Meriel Harrison, Lina y Jay, Helen Mort, Robert Mulvaney, Bjørnar Nicolaisen, Þóra Pétursdóttir, Neil Rowley, Merlin Sheldrake, Richard Skelton, Helen y Matt Spenceley, Christopher Toth y Pasi Tuohimaa.
A Garnette Cadogan, Walter Donohue, Henry Hitchings, Julith Jedamus, Simon McBurney, Garry Martin, Rob Newton y Jedediah Purdy por leer toda la obra o parte de ella mientras la escribía; sus aportaciones han sido impagables. Espero haber manifestado claramente el profundo agradecimiento que siento por todos y cada uno de vosotros. Varias personas aportaron sus conocimientos especializados en partes específicas del libro y corrigieron y aclararon mi trabajo con sabiduría y generosidad. Doy las gracias especialmente a Carolin Crawford (estrellas), a John MacLennan (rocas) y a Ruth Mottram (hielo). Tanja Trček tuvo la gentileza y la valentía de traducirme el texto de la foiba. Rob Newton ha sido, en los últimos meses de la confección del libro, el mejor ayudante de investigación que podía desear, por la tranquilidad y los consejos que me prodigó y su perspicacia en todo momento.
Simon Prosser, mi editor, y Jessica Woollard, mi agente, han sido unos lectores y amigos sobresalientes a lo largo de los seis años y medio que he tardado en escribir Bajotierra. En Hamish Hamilton/Penguin he tenido la inmensa suerte de trabajar con Richard Bravery, Dave Cradduck, Caroline Pretty, Anna Ridley, Ellie Smith y Hermione Thompson. En W. W. Norton, en Estados Unidos, me he beneficiado enormemente de la agudeza, el apoyo y la paciencia de mi editor, Matt Weiland, así como de los ánimos que me ha dado Jim Rutman.
He aprendido muchísimo de mis alumnos —y he pensado mucho con ellos—, principalmente de Jei Degenhardt, Louis Klee, Aron Penczu, Kryštof Vosatka y Lewis Wynn. Muchas gracias a mis amigos más íntimos por todo lo que han hecho por el libro y por mí: Julie Brook, Peter Davidson, Gareth Evans, Nick Hayes, Michael Hrebeniak, Michael Hurley, Raphael Lyne, Finlay Macleod, Leo Mellor, Jackie Morris, Clair Quentin, Corinna Russell, Jan y Chris Schramm, David Trotter, James Wade y Simon Williams. Por encima de todo y para siempre, cuentan con todo mi amor y mi agradecimiento: Julia, Lily, Tom y Will, y mis padres, Rosamund y John.
También, por toda la ayuda, la información y la inspiración que me han proporcionado en estos años, estoy en deuda con: Glenn Albrecht, Alice y Chris Allan, Tim Allen, Antti Apunen, Marina Ballard, Ariane Bankes, Mattias Bärmann, Ginny Battson, Sharon Blackie, Miguel Ángel Blanco, Adam Bobbette, Edward-John Bottomley, James Bradley, Michael Bravo, Julia Brigdale, Julie Brook, Rob Bushby, Jonathan y Keggie Carew, Steve Casimiro, Silvia Ceramicola, Christopher Chippendale, Václav Cílek, Horatio Clare, Erlend Clouston, Michela Coletta, Ray Collins, Adrian Cooper, Holly Corfield-Carr, Nicola Dahrendorf, John Dale, William Dalrymple, Jane Davidson, Jeremy Davies, Tim Dee, Thomas Demarchi, Aly Derby, Hildegard Diemberger, Hunter Dukes, Cody Duncan, Minna Moore Ede, Chris Evans, Garry Fabian-Miller, David Farrier, Kitty Fedorec, Rose Ferraby, Toby Ferris, Johnny Flynn, Xesús Fraga, Robin Friend, Rebecca Giggs, Antony Gormley, Simon Grant, Susan Greaney, Pino Guidi, Beatrice Harding, Kateřina Havlíková, M. John Harrison, Harriet Hawkins, Caspar Henderson, Julia Hoffman, Cymene Howe, Robert Hyde, Bob Jellicoe, Martin Johnson, Stuart Kelly, Michael Kerr, Patrick Kingsley, Andrew Kötting, Paul Laity, Szabolcs Leél-Őssy, Angela Leighton, Emily Lethbridge, Huw Lewis-Jones, Tim de Lisle, Thelma y Bill Lovell, Borut Lozej, Richard Mabey, Helen Macdonald, Jim Macfarlane, Duncan Mackay, Finlay Macleod, Andrew McNeillie, Geoff Manaugh, Kevan Manwaring, Philip Marsden, Jana Martinčič, Rod Mengham, China Miéville, Alex Moss, Helen Murphy, Victoria Nelson, Kate Norbury, Annie O’Garra Worsley, Bjørnar Olsen, Jay Owens, Francesco Panetta, Fabio Pasini, Donald y Lucy Peck, Sibylle Pein, Borut Peric, Pirhuk, Jonathan Power, Andrew Ray, Lara Reid, Fiona Reynolds, Dan Richards, Autumn Richardson, Darmon Richter, Tim Robinson, David Rose, Giuliana Rossi, Corinna Russell, Stanley Schtinter, Adam Scovell, Geoff Shipp, Robbie Shone, Philip Sidney, Iain Sinclair, Ingrid Skjoldvær, Paul Slovak, Jos Smith, Rebecca Solnit, Emily Stokes, John y Katja Stubbs, Kier Swaffield, Sarah Thomas, Louis Torelli, Michaela Vieser, Marina Warner, Jim Warren, Julianne Warren, Giles Watson, Stephen Watts, Samantha Weinberg, Andy Weir, Deb Wilenski, Christopher Woodward, Geoff Yeadon, Benjamin Zidarich y muchas personas que me escriben en Twitter.
Muchas gracias a los fotógrafos y derechohabientes que, con su generosidad, me han permitido utilizar sus imágenes aquí. La fotografía que abre la «Primera sala» (p. 12) es la imagen estarcida de una mano de la cueva de El Castillo, en Cantabria (España); los estarcidos más antiguos de El Castillo datan de unos treinta y siete mil trescientos años y, por tanto, es posible que se deba a un artista neandertal. La hemos reproducido con permiso de la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria (SRECD). La que abre el capítulo 1, «El descenso» (p. 20), es de Ivana Cajina (@von_co) y es de uso público bajo licencia de @unsplash. La del túmulo de Priddy Nine Barrows que abre el capítulo 2, «Enterramientos» (p. 34), es de © Richard Scott-Robinson. La que abre el capítulo 3, «La materia oscura» (p. 64), es de Alexander Andrews (@alex_andrews) y la hemos usado bajo licencia de @unsplash. La que abre el capítulo 4, «El sotobosque» (p. 96), es de Johannes Plenio (@jplenio), y es de dominio público bajo licencia de @ pixabay/CCo Creative Commons. La que abre el capítulo 5, «Ciudades invisibles» (p. 138), Le Passe-Muraille, es propiedad de © Laura Brown (fuschiaphoto.com). La que abre el capítulo 6, «Ríos sin estrellas» (p. 184), representa el fondo del abismo de Trebiciano, por el que corre el río Timavo. Se trata de un grabado de Giuseppe Rieger de mediados del siglo XIX, y agradezco a la Biblioteca Civica Attilio Hortis de Trieste y a E. Hapulca el permiso concedido para reproducirla aquí. La que abre el capítulo 9, «El Borde» (p. 296), es la ilustración de Harry Clarke que acompaña al cuento de Edgar Allan Poe «Un descenso al Maelstrom», en la reimpresión de una edición de 1919 de Cuentos de imaginación y misterio; es de uso público. Las que abren los capítulos 10 y 11, «El azul del tiempo» (p. 332) y «Agua de deshielo» (p. 376) son de cuando estuvimos en el este de Groenlandia, y son de © Helen Spenceley. La que abre el capítulo 12, «El Escondite» (p. 404), es en Onkalo y es de © Posiva. La que abre el capítulo 13, «Salida a la superficie» (p. 430), es en la cueva de las Manos, en la Patagonia, en 2005; estos estarcidos se hicieron soplando polvo de ocre por un tubito de hueso y son de hace nueve mil trescientos años, aproximadamente. La imagen es propiedad de © Mariano Cecowski, que nos la cedió generosamente. Las demás fotografías son mías.
En cuanto a la reproducción de textos, agradezco a James Maynard y al patrimonio de Helen Adam el permiso para citar «Down There in the Dark». Es propiedad de © the Poetry Collection of the University Libraries, Universidad de Buffalo, Universidad Estatal de Nueva York. Agradezco a Alexéi Molchánov el permiso para publicar íntegramente el poema «The Depth», de Natalia, su madre. El único fragmento de este libro publicado previamente es «Secrets of the Wood Wide Web», en