Carlos Fisas - Historias de Reyes y Reinas
Aquí puedes leer online Carlos Fisas - Historias de Reyes y Reinas texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1992, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Historias de Reyes y Reinas
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:1992
- Índice:5 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Historias de Reyes y Reinas: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Historias de Reyes y Reinas" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Historias de Reyes y Reinas — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Historias de Reyes y Reinas " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Repetidas veces he escrito que un anecdotario histórico puede ser muchas cosas, pero lo que nunca podrá ser es original, y ello es lógico puesto que el anecdotista no puede inventar las anécdotas y atribuirlas sin ton ni son a personajes más o menos conocidos, y aun así se encuentran en los libros de historia anécdotas de un rey o de un personaje célebre que en otros libros se atribuyen a personajes diferentes.
Tal vez sea ello debido a la coincidencia de situaciones que a lo largo de los siglos se han ido produciendo, pero aun así nunca es correcto inventar rasgos de ingenio, frases afortunadas o situaciones curiosas a personajes célebres, por verosímiles que sean.
He procurado en este libro citar con escrupulosidad aquello que me ha parecido más curioso, entresacado de los libros de historia que figuran en la bibliografía, escritos por historiadores de solvencia y dignos de ser creídos.
Doy a la palabra «anécdota» el sentido más amplio que se le pueda dar.
Carlos Fisas
Las anécdotas de los Austrias
ePub r1.0
liete 20.06.14
Título original: Historias de Reyes y Reinas
Carlos Fisas, 1992
Editor digital: liete
ePub base r1.1
«De tal manera atormentaban al emperador Carlos I de España los progresos de la Reforma y los dolores reumáticos que sentía que más de una vez le oyeron lamentarse de esta manera:
—¡Qué bien dormiría yo sin Lutero y sin la gota!».
«A Felipe II se le proponía con gran empeño para su nombramiento de obispo a un eclesiástico de noble casa pero de vida deshonesta, ya que se comentaba que tenía varios hijos. El rey desechó la propuesta diciendo:
—Si le hiciéramos obispo, precisaríamos saber primero cuál de los hijos había de heredar el obispado del padre».
«Se cuenta que durante una corrida de toros en la que rejoneaba el conde de Villamediana (personaje guapo y rico al que se le atribuían amores con la reina), doña Isabel dijo a su esposo, Felipe IV:
—Qué bien pica el conde.
A lo que el rey respondió:
—Pica bien, pero muy alto».
«Un día, Carlos II el Hechizado anunció que había consumado el matrimonio y se permitió bromas sobre el hecho. Pero el heredero no llegaba. Se culpó a la reina María Luisa de estéril. Probaron entonces el remedio sobrenatural y llovieron estampas, novenas y reliquias. Pero, con muy buen sentido, la reina dijo a su amiga la embajadora de Francia:
—¿Creéis verdaderamente que esto es cuestión de rogativas?».
Anécdota: f. Relación breve de algún suceso curioso y notable.
Anecdotario: m. Colección de anécdotas.
Anecdótico, ca: adj. Perteneciente o relativo a la anécdota.
Anecdotista: com. Persona que escribe, refiere o gusta de contar anécdotas.
Repetidas veces he escrito que un anecdotario histórico puede ser muchas cosas, pero lo que nunca podrá ser es original, y ello es lógico puesto que el anecdotista no puede inventar las anécdotas y atribuirlas sin ton ni son a personajes más o menos conocidos, y aun así se encuentran en los libros de historia anécdotas de un rey o de un personaje célebre que en otros libros se atribuyen a personajes diferentes.
Tal vez sea ello debido a la coincidencia de situaciones que a lo largo de los siglos se han ido produciendo, pero aun así nunca es correcto inventar rasgos de ingenio, frases afortunadas o situaciones curiosas a personajes célebres, por verosímiles que sean.
He procurado en este libro citar con escrupulosidad aquello que me ha parecido más curioso, entresacado de los libros de historia que figuran en la bibliografía, escritos por historiadores de solvencia y dignos de ser creídos.
Doy a la palabra «anécdota» el sentido más amplio que se le pueda dar.
No sólo es anécdota para mí una determinada respuesta o una determinada frase que demuestren el ingenio de quien las pronunció. Considero anécdota también curiosidades históricas tales como la receta de la olla podrida, plato favorito de Carlos I, los menús de la corte de Felipe IV o descripciones de vestidos, comitivas o saraos que ilustren, a mi modo de ver, las costumbres y el talante de tal o cual rey y su corte.
Al pie de cada anécdota encontrará el lector el nombre del autor en cuya fuente he bebido. Si alguna vez lo he olvidado ruego al perjudicado que me lo indique para subsanar el error en próximas ediciones, si las hay como deseo. Únicamente carecen de nombre de autor aquellas anécdotas procedentes de otros libros míos publicados por esta misma editorial.
De todos modos considero que mi libro no puede ser otra cosa más que un simple aperitivo que abra las ganas de leer los libros que cito en la bibliografía y otros muchos cuya importancia quiero subrayar, escritos no por un simple anecdotista como yo sino por historiadores serios y eruditos que merecen la compra y lectura de sus obras.
Una cosa más. He empezado este anecdotario con Juana la Loca porque los Reyes Católicos, pese a lo que se ha dicho con patrioterismo antihistórico, no fueron nunca reyes de España o de las Españas, como sería más correcto decir. Isabel era reina de Castilla; Fernando, de Aragón.
Hasta el punto que cuando murió la Reina Católica, su esposo no fue nombrado rey de Castilla sino sólo regente. Más aún, a la muerte de Isabel, Fernando casó en segundas nupcias con Germana de Foix para tener hijos a los que ceder el reino de Aragón: Cataluña, Valencia, Mallorca y los reinos italianos. Al no tener descendencia, su corona pasó a su hija Juana, que fue en realidad la primera reina de las Españas y de las Indias, así, en plural, tal como firmaron durante siglos nuestros reyes.
Doña Juana nació el 6 de noviembre de 1479 en el viejo Alcázar de Toledo. Se le impuso el nombre de Juana en recuerdo de su abuela Juana Enríquez, madre del rey católico don Fernando, a la que llegó a parecerse tanto que, en broma, la reina Isabel la llamaba «suegra» y don Fernando «madre».
No era hermosa, pero, según los retratos de Juan de Flandes, tenía un rostro ovalado muy fino, ojos bonitos y un poco rasgados; el cabello fino y castaño, lo que la hacía muy atractiva. Se conservan dos retratos hechos por el mismo pintor, uno en la colección del barón Thyssen-Bornemisza, en que aparece vestida muy pacatamente, tal como correspondía al ambiente de la corte española. El otro, actualmente en el Museo de Viena, la muestra ya provista de un generoso escote, tal como correspondía al ambiente más liberal de la corte borgoñona. Este último fue realizado, naturalmente, cuando doña Juana ya estaba en Flandes, después de su casamiento.
De que Juana estaba loca no hay duda, aunque algunos historiadores opinen lo contrario. Su abuela Isabel, madre de Isabel la Católica y que reinó en Castilla desde 1447 hasta 1454, acabó sus días en total locura. También por otros antepasados la enajenación mental pudo recurrir en Juana.
Desde pequeña dio muestras de tener un carácter muy extremado. Educada piadosamente, a veces dormía en el suelo o se flagelaba siguiendo las historias de los santos que le contaban. Como es lógico, sus padres y sus educadores procuraban frenar estas tendencias. Por otra parte aprendió no sólo a leer y a escribir, sino que tuvo una educación esmerada, y a los quince años leía y hablaba correctamente en francés y en latín: no en balde había tenido como maestra en esta última lengua a la conocida Beatriz Galindo, llamada «la Latina», fundadora del convento que después dio su nombre a un conocido barrio de Madrid.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Historias de Reyes y Reinas»
Mira libros similares a Historias de Reyes y Reinas. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Historias de Reyes y Reinas y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.