«Je n'aime dans l'histoire que les anecdotes, et parmi les anecdotes, je préfère celles où j'imagine trouver une peinture vraie des moeurs et des caractères à une epoque donnée. Ce goût n 'est pas très noble; mais je l'avoue à ma honte, je donnerais volontiers Thucydide pour des mémoires authentiques d'Aspasie ou d'un esclave de Périclès; car les mémoires, que sont des causeries familières de l'auteur avec son lecteur, fournissent seuls ces portraits de l"homme qui m'amusent et qui m'intéréssent».
P ROSPER M ÉRIMÉE , Chronique du Règne de Charles IX, préface
¿Quién Inventó el sostén? ¿Quién fue Juliano el Apóstata? ¿Cómo y qué recetaban los médicos en pasados tiempos? ¿El general Pavía entró en el Congreso a caballo? ¿Existió un papa que era mujer? ¿Cómo y qué comían los reyes de España? ¿Cómo terminó la Casa de Austria? ¿Cuándo se inventó el purgatorio? ¿Quién fue María Luisa de Orleans, primera esposa de Carlos II? ¿Cómo es posible que santa Teresa de Jesús muriese un 4 de octubre y fuese enterrada al día siguiente, 15 del mismo mes?…
En este libro se contestan estas y otras preguntas que se le han formulado al autor a lo largo de ocho años de actividad radiofónica. Completan la obra una serie de epigramas, anécdotas, historias curiosas, etimologías, etc. El lector sabrá, por ejemplo, que la célebre frase «Ya no hay Pirineos» no fue pronunciada nunca, que el conde Drácula existió realmente, que los gays no son cosa de ahora, así como otras muchas curiosidades históricas que le harán pasar un rato divertido, sin olvidar, como dice Chesterton, que divertido es lo contrario de aburrido, no de serio.
Carlos Fisas
Historias de la Historia
Primera serie
ePub r1.4
Arnaut26.04.15
Carlos Fisas, 1983
Diseño de portada: Redna G. sobre detalle de «Carlos V» de Tiziano
Editor digital: Arnaut
ePub base r1.0
CARLOS FISAS (Barcelona 1919-2010). Desde niño se dedicó ávidamente a la lectura hasta convertirla en vicio. Apasionado por la Historia, desarrolló una brillante carrera de conferenciante por universidades y centros culturales de toda Europa, y se especializó en el estudio de las manifestaciones amorosas, religiosas e ideológicas del occidente europeo a lo largo de la Historia.
Entró en el mundo de la radio de la mano de Luis del Olmo, con quien trabajó en RNE, entre muchas otras emisoras, siempre bajo la rúbrica de «Historias de la Historia», que dio título a sus libros. Todos ellos han encabezado regularmente listas de bestsellers y se han reeditado en multitud de ocasiones.
Notas
[6] Así trasladó esta fábula Salvá a su Gramática española, en la edición de París de 1830, y de allí, sin duda, la copiaron cuantas antologías y colecciones de trozos escogidos la han publicado después, viniendo al cabo la moraleja del apólogo a convertirse en frase proverbial. Veintitrés años después, recogió Mora las poesías que su paternal amor juzgó dignas de llevar su nombre y precedidas de una advertencia preliminar y dedicadas al conde de San Luis diolas a luz en Madrid y París el año 1853. En esta edición definitiva y ne varíetur, el cuarto verso de la fábula se lee así:
A ser un Cesalpino entre los gatos,
y el final va corregido del siguiente modo:
Las uñas, dijo el gato, bueno es esto
qué hace sin uñas un letrado ignoro.
¿No vemos que en el Foro
trabajan más las uñas que el Digesto?
León Medina: R.H. XVIII. 21.
[15] Esta anécdota, que he copiado de un libro del siglo pasado, es falsa. Tiene su origen en unos versos de una obra de Calderón de la Barca que dicen:
Habla en una ciudad
un loco; aqueste tenía
tan gran tema, que decía
ser toda ¡a Trinidad.
Un hidalgo que gustaba
dél un vestido le dio;
pero en dos días quedó
tan roto como se estaba.
El hidalgo le riñó
diciendo: «¿Cómo has rompido
tan apriesa ese vestido?».
Y el loco le respondió:
«¿Cómo durar puede ser
en mí vestido ninguno,
si el vestido es sólo uno
y somos tres a romper?».
Como se ve, se ha de ir con mucho cuidado y no fiarse en demasía de los anecdotarios.
Este incluido.
AMIGO LECTOR
Un buen día —y de ello hace ya ocho años— mi amigo Luis del Olmo me llamó para intervenir como colaborador en un programa de radio. A su lado he permanecido todo este tiempo y pienso permanecer mucho más. Con él he recorrido Radio Nacional de España, Radio Peninsular, Radio Cadena y ahora Radio Miramar de Barcelona y Cadena de Ondas Populares de España-COPE.
Mi afición es la historia y por ello, tal vez por casualidad, empecé hablando de algo tan alejado de nuestra sociedad como es la urbanidad, la cortesía y las buenas maneras, cosas, todas ésas, que para muchos de nuestros jóvenes son tan lejanas como la guerra de las Termópilas o las guerras púnicas.
Poco a poco fui ampliando mis intervenciones que, dicho sea sin falsa modestia, han tenido un cierto éxito. Varios oyentes me han dicho y me han escrito pidiendo que las recogiese en un libro. Y ahí van, no todas, por supuesto, sino aquellas que por una causa u otra he tenido más a mano.
Este libro es un cajón de sastre. Aquí encontrarás anécdotas, curiosidades, aspectos del vivir cotidiano, etc., y huelga decir que no he inventado nada. Una anécdota que me place contar a menudo es la siguiente:
Terminaba un día mi intervención en Radio Nacional de España cuando del auditorio —en Radio Nacional las emisiones eran públicas como lo son ahora en Radio Miramar— se levantó un señor que vino a mi encuentro.
—Quería saludarle —me dijo— porque encuentro maravillosas sus intervenciones, son extraordinarias…
Aquí pongan todos los adjetivos elogiosos que quieran.
—… pero me gustaría saber algo. ¿De dónde saca usted todas esas cosas?
—De los libros —respondí.
Y él, desilusionado, contestó:
—Así, cualquiera.
Y tenía razón el buen hombre. Así, cualquiera, cualquiera que tenga, como yo, el vicio de leer. Está al alcance de todo el mundo. Lo difícil para mí sería no poder leer, pasar un día sin lectura. Leer y releer es mi mayor distracción, mi mayor afición. Puedo decir que casi la única. Por ello lo que hago, digo y escribo no tiene más valor que el de haber escogido, y así lo deseo, algo que interese, al oyente primero y ahora a ti, lector amigo.
Libros, libros, muchos libros. De ello se deduce que, excepto algún comentario, éste que tienes en las manos es fruto de otros y no mío. He bebido en muchas fuentes y si en algo he errado cúlpeseme a mí por no haber sabido escoger el manantial.
Por lógica honradez he procurado citar siempre el volumen del que he entresacado algún hecho, algún episodio. Al final una pequeña página bibliográfica dará cuenta de los mejores libros en que tú, lector, puedes ampliar detalles si así lo deseas.