• Quejarse

Sandro Palazzo - Heráclito y Parménides

Aquí puedes leer online Sandro Palazzo - Heráclito y Parménides texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2015, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Sandro Palazzo Heráclito y Parménides
  • Libro:
    Heráclito y Parménides
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    2015
  • Índice:
    3 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 60
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Heráclito y Parménides: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Heráclito y Parménides" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Sandro Palazzo: otros libros del autor


¿Quién escribió Heráclito y Parménides? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Heráclito y Parménides — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Heráclito y Parménides " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Introducción
Los albores de la filosofía: la doxa y el logos

Acercarse al pensamiento de Heráclito y Parménides significa aproximarse al origen de la filosofía, a aquellos que hablaron del lenguaje, hace unos veinticinco siglos; acercarse a los albores de la filosofía a partir de lo que nosotros, hombres del pleno día o quizá del ocaso de Occidente, entendemos habitualmente con ese término.

El sentido común considera la filosofía una visión particular, personal o colectiva, del mundo, o de un aspecto del mundo, como cuando se habla de la filosofía de vida de fulano o mengano, de la filosofía de tal partido o de tal casa de moda o de un equipo de fútbol. O, incluso, se dice «filosofar» en alusión a un uso abusivo de razonamientos abstractos y oscuros que no llevan a ningún resultado y poco tienen que ver con la «realidad»; o se concibe la filosofía como una disciplina cuyo objeto es confuso y, a buen seguro, menos determinado y útil en comparación con el de la economía, la física, la biología o la medicina. Siendo benévolos, la filosofía se considera una forma de sabiduría, una suerte de terapia, más económica, sin duda, que el psicoanálisis, en la que podemos buscar serenidad o consuelo en los espacios de tiempo robados a las horas de trabajo y a los demás quehaceres de la vida cotidiana. Asimismo, el filósofo, como no podía ser de otra manera, se desentiende de estas definiciones «vulgares» y, sin embargo, desea estar a la última y está preparado para ofrecer una imagen de sí y de su «trabajo», reivindicando para la filosofía —él que todo lo sabe, él cuyo pensamiento es tan profundo, casi abisal, que se envuelve en discursos misteriosos— el sagrado derecho a hablar de cualquier tema, a expresar su opinión sobre cualquier asunto. Y helo ahí, el filósofo, dispuesto a disertar sobre economía con mayor finura que el más sagaz economista, de política con mayor clarividencia que el político más avezado, de física con más cientificidad que el científico más genial; helo ahí, dispuesto a decirle al enamorado qué debe amar y al deprimido cómo reencontrar la felicidad, y a señalar al mundo su destino, desde los sillones de un programa de televisión de debates o, más recientemente, desde las plazas de los festivales o de las virtuales que ofrecen las redes sociales.

Supuesto retrato de Heráclito en el fresco de la Escuela de Atenas - photo 1

Su­pues­to re­tra­to de He­rá­cli­to en el fres­co de la Es­cue­la de Ate­nas de Ra­fa­el. Sa­la de la Sig­na­tu­ra, Pa­la­cio Apos­tó­lico, Ciu­dad del Va­ti­ca­no.

Sin embargo, este conjunto de modos de entender la filosofía es justamente el espacio del que Heráclito y Parménides, en los primeros rayos de luz de la filosofía, nos invitan a alejarnos para regresar a la «realidad» de las cosas. Diógenes Laercio, filósofo que vivió en la primera mitad del siglo III d. C., cuenta una anécdota sobre Heráclito, de dudosa credibilidad, pero que a nosotros nos interesa, no ya con vistas a una reconstrucción biográfica, sino porque, sea verdadera o falsa, indica algo esencial sobre «qué es la filosofía»:

Él se había retirado al templo de Artemisa para jugar a dados con los niños; a los efesios (habitantes de Éfeso, conciudadanos de Heráclito) que lo rodeaban, les dijo: «¿Por qué os sorprendéis, sinvergüenzas? ¿Acaso no es mejor hacer esto que cuidar de la ciudad con vosotros?».

Así, Heráclito se había alejado de la plaza de Éfeso en la que, imaginamos, bullían los asuntos, los debates políticos, la palabrería de todos los días, para retirarse al templo; pero aquí, en lugar de dedicarse a quién sabe qué pensamientos sagrados, se había puesto a jugar con los niños. El filósofo, de quien cabría esperar seriedad y profundidad, se entrega a una ocupación lúdica; no solo ello, sino que se permite tildar a sus conciudadanos de sinvergüenzas, afirmando a voces que la futilidad, al menos aparente, del juego es más sensata que atender los asuntos políticos de la ciudad. Aún no tenemos los instrumentos para comprender cabalmente el significado filosófico del episodio (si es que se produjo alguna vez), pero podemos dejar aflorar algunas preguntas: ¿de quién o de qué se alejó el filósofo?; ¿la anécdota ilustra solo algo del carácter austero de Heráclito o indica, de forma enigmática, la esencia de la filosofía?; ¿Diógenes solo quiere decirnos que el filósofo no debe ocuparse de cuestiones políticas?; ¿por qué juega Heráclito en el espacio sagrado del templo y, además, con niños?, ¿y si la filosofía tuviera una relación esencial con el juego?

Los presocráticos: testimonios y fragmentos

Estatua de Sócrates situada frente a la Academia Nacional de - photo 2

Es­ta­tua de Só­cra­tes si­tua­da fren­te a la Aca­de­mia Na­cio­nal de Ate­nas.

Heráclito y Parménides se adscriben tradicionalmente a los filósofos «presocráticos», es decir, aquel conjunto, por lo demás sumamente heterogéneo, de pensadores cuya filosofía «precede» a la de Sócrates. A los presocráticos pertenecen también en verdad filósofos contemporáneos de Sócrates o incluso más jóvenes que él.

Así pues, la distinción no es tanto cronológica como temática: con Sócrates (pero ya con los sofistas) la filosofía aborda el problema del hombre, mientras que el objeto de investigación de los presocráticos es la naturaleza, aunque se trata de un concepto de naturaleza, como veremos más adelante, muy distinto del que tenemos hoy en día. La denominación presocráticos es muy discutible; nosotros la asumimos porque ha sido canonizada, pero sin atribuirle ningún significado valorativo. Sin duda Sócrates introdujo importantes novedades en el modo de comprender la filosofía, pero esto no significa, a nuestro modo de ver, que la filosofía a partir de Sócrates sea «mejor» o «más auténtica» que la de los primeros filósofos. Es más, algunos filósofos de finales de siglo XIX o del XX, como Nietzsche, Heidegger y Severino, consideran la filosofía de los orígenes como más próxima a una verdad que luego, durante un largo tiempo, Occidente olvidó.

Por nuestra parte, nos parece que no es posible comprender la historia de la filosofía como un avance lineal en el que los pensadores sucesivos hayan «superado» a los precedentes. Sin duda, el recorrido histórico ha afilado las armas conceptuales de la filosofía, pero creemos que queda un largo camino en el que hay problemas, líneas quebradas, conceptos olvidados y, por desgracia, también modas.

Un problema que se plantea con los pensadores «presocráticos» es el de las fuentes. No disponemos de las obras completas de ningún filósofo anterior a Platón (el gran filósofo ateniense que vivió entre el 427 y el 347 a. C.). De los presocráticos y, por lo tanto, también de Heráclito y de Parménides, solo tenemos testimonios indirectos del propio Platón, de Aristóteles (que en el primer libro de su Metafísica elaboró una auténtica historia de la filosofía), o de pensadores también muy posteriores, y fragmentos interpolados como citas en obras de otros autores. La primera recopilación sistemática de los testimonios y de los fragmentos de los presocráticos fue realizada a principios del siglo XX por el alemán Hermann Diels, y posteriormente, a partir de los años treinta, se encargó de mejorarla Walter Kranz.

La obra de ambos estudiosos está subdividida en secciones numeradas, cada una correspondiente a un pensador; cada sección, a su vez, está subdividida en dos partes, marcadas con la letra «A» para los testimonios, y la «B» para los fragmentos. En este libro hemos mantenido la referencia a la obra canónica de Diels y Kranz, y, por lo tanto, nuestras citas seguirán el siguiente patrón: número de la sección, seguido de la sigla DK (abreviación de Diels-Kranz), seguida de la letra «A» o «B», seguida del número del testimonio o del fragmento. También se ha aplicado esta regla cuando se ha recurrido a ediciones que siguen un orden distinto al de Diels y Kranz. En cuanto a las traducciones (que pueden consultarse en la bibliografía final): en el caso de Heráclito y Parménides hemos consultado la edición a cargo de Alberto Bernabé, publicada por Alianza Editorial.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Heráclito y Parménides»

Mira libros similares a Heráclito y Parménides. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Heráclito y Parménides»

Discusión, reseñas del libro Heráclito y Parménides y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.