Juan, Isabel, María, Juana y Catalina, los cinco hijos y herederos directos de los Reyes Católicos, murieron de forma prematura. Sus muertes tuvieron numerosas consecuencias para el futuro político de nuestro país, la última de las cuales fue la llegada al trono español de un representante de la dinastía de los Austrias procedente de Europa central: Carlos V de Alemania y I de España.
El destino que se asigna a los hijos de los reyes no siempre es dichoso. La mayoría de las veces implica un matrimonio no deseado, la condena a vivir en un país extranjero, a sufrir en primera persona la soledad o el desencanto e incluso la humillación. En otras ocasiones la fatalidad impera sobre los llamados a ocupar el trono, la muerte imprime un sello trágico al devenir de sus días y la ley de la guadaña se alza esta vez sobre los designios de los monarcas. Los infantes fueron víctimas de los caprichos del azar: doña Juana quedó inmersa en la locura de una pasión no correspondida, doña Catalina acató la voluntad paterna y fue condenada a compartir lecho con un hombre autoritario que la aborrecía, don Juan se llevó a la tumba el amor, la felicidad y la esperanza de todo un pueblo, doña Isabel se casó con el rey de Portugal para asegurar la unión de ambos reinos. Después de su muerte su hermana la infanta doña María se vio obligada a casarse con su cuñado y procurar continuidad a la estirpe lusitana. Éste fue el trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos.
La historiadora Vicenta Márquez, especializada en la Edad Media, examina el destino trágico que sufrió cada uno de los descendientes de Isabel y Fernando y analiza la forma en que la extinción de su estirpe cambió el rumbo de la historia de España y también de Europa.
Vicenta María Márquez de la Plata
El trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos
ePub r1.0
liete07.10.13
Título original: El trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos
Vicenta María Márquez de la Plata, 2007
Editor digital: liete
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VICENTA MARÍA MÁRQUEZ DE LA PLATA Y FERRÁNDIZ, nació en Madrid y ha realizado sus estudios tanto en España como en el extranjero. Sus estudios elementales y el bachillerato los realizó en Sudamérica, lugar en donde vivió desde los cinco hasta los dieciocho años, pues su padre estaba adscrito a la Embajada de España. Más tarde siguió sus estudios en distintas ciudades europeas (Madrid, York, Londres, Hannover y Viena)
Es historiadora y especialista en temas medievales. Es diplomada superior en Genealogía y Heráldica por el Instituto Salazar y Castro (CSIC), profesora de Nobiliaria en la Escuela Marqués de Avilés y en la Escuela de Salazar y Castro, y profesora invitada de la Universidad Moderna de Lisboa.
Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas, ha impartido conferencias y ha escrito diversos libros sobre temas históricos como: Nobiliaria española: origen, evolución e instituciones, 1991; El libro de oro de los duques, 1995; Los españoles hace 900 años, 1997; Reinas medievales españolas, 2000; Los validos de los reyes de España, 2004; Bastardos, ilegítimos e incluseros en la historia de España, 2004; Mujeres renacentistas en la corte de Isabel la Católica, 2004; El trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos, 2007; así como las novelas históricas El eunuco del Rey, 2007; La concubina del rey-emperador, 2008 y La valida, 2009.
Notas
[58] Don Antonio de la Torre en su «Maestros de los hijos de los Reyes Católicos» (op. cit), nos dice que de la infanta doña Juana fue maestro el doctor fray Andrés de Miranda. Se le cita como tal por primera vez en una cédula de 15 de diciembre de 1485 (la Infanta había nacido el 6 de noviembre de 1479), por la que se dieron 20 000 maravedís para ayuda de su costa. Pero aunque la Princesa sólo tenía 6 años recién cumplidos, hay otros asientos anteriores: uno de 20 de septiembre de 1484, de 4130 maravedís para el doctor fray Andrés, maestro de latyn, y otro de 1484, sin concretar ni el día ni el mes, de 10 000 maravedís de merced para fray Andrés Miranda. ¿Significa esto que daba clases a doña Juana desde que ésta tenía 5 años? ¿Fue acaso durante ese año maestro de latyn del príncipe don Juan, que era un año mayor que ella? La nota de pago no lo especifica. Fray Andrés de Miranda siguió recibiendo 50 000 maravedís durante los años 1486 a 1494, como maestro de la ynfanta doña Juana, y 80 000 maravedís desde 1495 a 1496 como maestro de la archiduquesa.
Durante los años 1487 y 1496 recibió, además, otras cantidades varias por distintos conceptos. En 1488 se le dieron 517 maravedís al maestro de la ynfanta doña Juana para comprar un Dotrinal en que lea (según las Cuentas de Gonzalo de Baeza, op. cit., pág. 198). El 16 de mayo de 1492, 8000 maravedís para ayuda a comprar una hazémila por otra que se le murió (Cuentas de Gonzalo de Baeza, op. cit., pliego 50-2). En 1490, 10 000 maravedís de merced. El 22 de enero de 1489, 4000 sin indicar para qué. Para su vestir y vestuario, una vez 7000 y 10 000 en otras cuatro. Como se ve por estas breves notas el pago era generoso, y además, se le ayudaba con otras entregas en numerosas ocasiones: para reemplazar a su mula muerta, para vestidos, libros, etcétera. Fray Andrés de Miranda se retiró a su monasterio de Burgos el 30 de noviembre de 1498. Desde esa fecha la Reina mandó dar 50 000 maravedís cada año a ese monasterio en tanto en cuanto estoviese en dicho monesterio Fray Andrés, maestro de la archiduquesa. Así se cumplió, y cuando se entregaba el dinero se hacía constar por los seruiçios que el maestro fray Andres de Miranda hiso a su Alteza.
[86] Este matrimonio que hizo tal mal efecto en casi toda Europa, como en Castilla, fue muy bien recibido, y aun celebrado, en Aragón, donde todavía no se llevaba a gusto la unión con Castilla y donde se deseaba tener un príncipe que sólo heredara aquel Reino con sus pertenencias naturales y sus acaptos (Modesto Lafuente, op. cit., pág. 233).
Otro testimonio en contra de la boda nos viene de Pedro Mártir de Anglería: A todos les resulta duro contemplar tan de repente unas nuevas nupcias, principalmente en Castilla, reinos de aquella que no tuvo igual durante su vida.
Preámbulo
La muerte prematura de todos y cada uno de los herederos de los Reyes Católicos, hasta llegar a doña Juana, tuvo como consecuencia inmediata la entrega de Castilla, León, Galicia, Aragón y todas las tierras de Ultramar en manos de una dinastía proveniente de Centroeuropa, dinastía, por otra parte, ajena a todos los avatares históricos de la península Ibérica.
En este sentido la tragedia de los Trastámaras fue la tragedia de España que abortó como nación vertebrada bajo una Corona autóctona, una Monarquía que entendiese a los españoles y que concentrase sus esfuerzos y enorme potencial en asuntos domésticos.