Apéndice I
PERSONAS SENTENCIADAS POR DELITOS CONTRARREVOLUCIONARIOS Y ESPECIALMENTE PELIGROSOS Y TIPOS DE PENAS IMPUESTAS, ENTRE 1921 Y 1953
Año | Total de personas sentenciadas | Penas de muerte | Campos, colonias, prisiones | Exiliados, desterrados | Otras medidas |
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1921 | 35.829 | 9.701 | 21.724 | 1.817 | 2.587 |
1922 | 6.003 | 1.962 | 2.656 | | 1.219 |
1923 | 4.794 | | 2.336 | 2.044 |
1924 | 12.425 | 2.550 | 4.151 | 5.724 |
1925 | 15.995 | 2.433 | 6.851 | 6.274 | |
1926 | 17.804 | | 7.547 | 8.571 | |
1927 | 26.036 | 2.363 | 12.267 | 11.235 | |
1928 | 33.757 | | 16.211 | 15.640 | 1.037 |
1929 | 56.220 | 2.109 | 25.853 | 24.517 | 3.741 |
1930 | 208.069 | 20.201 | 114.443 | 58.816 | 14.609 |
1931 | 180.696 | 10.651 | 105.683 | 63.269 | 1.093 |
1932 | 141.919 | 22.728 | 73.946 | 36.017 | 29.228 |
1933 | 239.664 | 2.154 | 138.903 | 54.262 | 44.345 |
1934 | 78.999 | 2.056 | 59.451 | 5.994 | 11.498 |
1935 | 267.076 | 1.229 | 185.846 | 33.601 | 46.400 |
1936 | 274.670 | 1.118 | 219.418 | 23.719 | 30.415 |
1937 | 790.671 | 353.074 | 429.311 | 1.366 | 6.914 |
1938 | 554.258 | 328.618 | 205.509 | 16.342 | 3.289 |
1939 | 63.889 | 2.552 | 54.666 | 3.783 | 2.888 |
1940 | 71.806 | 1.649 | 65.727 | 2.142 | 2.288 |
1941 | 75.411 | 8.011 | 65.000 | 1.200 | 1.210 |
1942 | 124.406 | 23.278 | 88.809 | 7.070 | 5.249 |
1943 | 78.441 | 3.579 | 68.887 | 4.787 | 1.188 |
1944 | 75.109 | 3.029 | 70.610 | | |
1945 | 123.248 | 4.252 | 116.681 | 1.647 | |
1946 | 123.294 | 2.896 | 117.943 | 1.498 | |
1947 | 78.810 | 1.105 | 76.581 | | |
1948 | 73.263 | 72.552 | | |
1949 | 75.125 | 64.509 | 10.316 | |
1950 | 60.641 | | 54.466 | 5.225 | |
1951 | 54.775 | 1.609 | 49.142 | 3.425 | |
1952 | 28.800 | 1.612 | 25.824 | | |
1953 | 8.403 | | 7.894 | | |
(primer semestre) |
Total | 4.060.306 | 799.455 | 2.634.397 | 423.512 | 215.942 |
Fuente: B. P. Kurashvili, Istoricheskaia Logika Stalinizma (Moscú, 1996, pp. 159-160).
Apéndice 2
Cabría añadir algunos datos de una de las fuentes usadas por Kurashvili, y V. N. Zemskov, un reputado estudioso de Moscú que se hizo un nombre a raíz de ser el primero en dar unas cifras fiables sobre los campos y las purgas. Doy aquí tan sólo algunos ejemplos de la extendida práctica de presentar unas cifras infladas de la represión de Stalin.
Zemskov enlaza en su artículo «Gulag – istoriko-sotsiologicheskii aspekt» (Sotsiologicheskie Issledovaniia, n.º 6, 1991, pp. 12-13) con las tesis de Roy Medvedev y Olga Shatunovskaya. Medveved afirmó que la población de los gulag aumentó en varios millones de personas durante las purgas de 1937 y 1938 y que entre 5 y 7 millones fueron víctimas de la represión. La población del campo pasó de 1.196.369 personas el 1 de enero de 1937 a 1.881.570 en enero de 1938, y se redujo hasta 1.672.438 en enero de 1939. Es innegable que hubo un aumento en los números en el período comprendido entre 1937 y 1938, pero fue en realidad de centenares de miles, no de millones. La declaración de Vladimir Kriuchkov (responsable del KGB durante la presidencia de Gorbachov) de que, en los años 1937 y 1938, «no hubo más de un millón arrestos» se corresponde con las estadísticas de los gulag. Zemskov insiste en que, según el documento oficial que hemos reproducido en el Apéndice I, aproximadamente unas 700.000 personas arrestadas por motivos políticos entre 1921 y 1953 fueron ejecutadas. Shatunovskaya, víctima de la represión y participante activa posteriormente en la campaña de rehabilitación en tiempos de Jrushchov, sostiene que, tan sólo entre 1935 y 1941, fueron detenidas más de 19 millones de personas, que 7 millones fueron ajusticiadas —una cifra que Occidente ha abrazado entusiásticamente— y que el resto perecieron en los campos. Según Zemskov, Shatunovskaya ha multiplicado por diez los números. ¡Menuda exageración! Disponemos de estadísticas fiables para el período comprendido entre el 1 de enero de 1934 y el 31 de diciembre de 1947 que indican que en el conjunto de campos del gulag murieron 963.766 prisioneros. Esta cifra incluye, además de los «enemigos del pueblo», a los presos comunes, y podemos añadirla, junto con la de los muertos durante la deportación de los kulaks (raskulachivanie), al «precio terrible» que hubo que pagar.
UN MILLÓN Y MEDIO DE TRAIDORES SOVIÉTICOS DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En su Novyi Sotsializm (Moscú, 1997, pp. 22-27), B. P. Kurashvili hace una suerte de apología del régimen, recordando a los lectores que existían enemigos e insinuando que, durante la guerra, aproximadamente un millón y medio de personas colaboraron con los nazis. No cita ninguna fuente que apoye esta estimación, que, sin embargo, y no le falta razón en este sentido, englobaba a un 1 por 100 de la población activa. Sin embargo, la existencia de esta colaboración demuestra que las purgas desatadas contra los «enemigos del pueblo» golpearon indiscriminadamente a la población inocente y que no afectaron a algunos de los traidores reales o potenciales. La mayoría de los que lucharon del lado de los alemanes fueron capturados, pero no ejecutados. En palabras de Kurashvili, y como atestiguan algunos documentos que poseo, muchos de los que sirvieron en las filas nazis —el ejército de Vlasov, las unidades cosacas o unidades formadas por individuos no rusos— no fueron acusados en el momento de su arresto de ningún crimen en concreto, sino que fueron asignados durante un período de cinco años a «batallones de trabajo». Lo mismo sucedió con los partisanos ucranianos y de los estados bálticos que se enfrentaron al régimen después de la guerra, en un conflicto con algunas batallas cruentas y no pocas bajas. Con todo, la mayoría de los partisanos que fueron capturados fueron condenados al exilio y, posteriormente, amnistiados, y se les autorizó el regreso a la patria a partir de 1960. Es posible que semejante indulgencia comparativa tuviera como objetivo calmar los ánimos de los círculos nacionalistas de Ucrania y de los países bálticos.