Michelle Lewin - La dieta del cuerpazo: Plan para transformar tu cuerpo radicalmente en 28 días

L a vida nunca dejará de sorprendernos. Dios coloca en nuestro camino personas y situaciones que vienen a mejorar nuestra vida para bien, aunque no lo sepamos reconocer en el momento. Hay cosas que suceden cuando menos nos las esperamos, que nos revuelven las ideas previas y nos cambian la forma de pensar, transformando nuestras vidas radicalmente. Y quien escribe estas líneas puede dar testimonio de esto en dos casos bien distintos: la vida de Michelle Lewin y mi propia vida.

Soy médico, especialista en salud pública y medicina de obesidad, graduada como Health Coach en los Estados Unidos, locutora, escritora y conferencista. En mi carrera profesional tuve la oportunidad de ver cientos de casos de pacientes con obesidad y enfermedades asociadas al sobrepeso. Como médico comprendí que la obesidad es un arma de destrucción masiva, una epidemia que debemos enfrentar. Por eso inicié, en estos últimos seis años, un camino de educación y prevención a través de mi cuenta de redes sociales @soysaludable.

Con esta plataforma multimedia, logré motivar y cambiar la vida de miles de personas, inspirándolos para lograr un peso saludable, comer bien, hacer ejercicios y vencer sus barreras mentales. Mientras educaba y enseñaba a comer sano y tener hábitos saludables, seguía atendiendo pacientes en mi consulta física y online. El resultado era casi siempre el mismo: mis pacientes lograban cambios impresionantes en su peso y hábitos de vida.

Y aunque parezca imposible de creer, a pesar de haber ayudado a tantas personas, compartiendo consejos de salud, nutrición, recetas saludables, yo misma no había podido cambiarme radicalmente, ni adelgazar todos los kilos que tenía de exceso, ni lograr controlar del todo la ansiedad que boicoteaba mis esfuerzos por tener un peso saludable. Era una pesadilla: la doctora que ayudaba a otros a adelgazar no podía cumplir con sus propias metas de peso, control metabólico y hormonal. Algo iba mal. Sí, ni yo misma podía creerlo.

Vengo del mundo de la obesidad, que comenzó a instalarse poco a poco en mi vida luego de tener mi primer hijo. En algún momento llegué a pesar más de 220 libras, con consecuencias terribles para mi salud física y autoestima. Fue justo en ese momento, en el que decidí especializarme en Medicina de Obesidad para salvarme a mí misma de esta terrible condición. Con mucho esfuerzo logré adelgazar unas 40 libras en varios años, pero luego caí en una zona de resistencia, donde perdía unas pocas libras y las volvía a recuperar. Mi proceso de pérdida de peso se detuvo en el tiempo, e igual que muchas chicas que leen estas palabras, estaba ansiosa por resolver mi problema para siempre.

Hace dos años salí de Venezuela a vivir a Miami, y conocí a Michelle para regalarle mi primer libro de recetas saludables. La encontré a través de las redes sociales y quedé impactada con su transformación. Sí, porque Michelle no nació con ese cuerpo que todos admiramos tanto. Para nada. Ese cuerpo es producto de mucho esfuerzo, disciplina y sacrificio. Desde que la conocí, quedé encantada con su humildad y buena energía, y puedo decirte que desde el primer día, nos hicimos amigas. Luego conocí a Jimmy, su esposo, un empresario fanático del fitness con un sentido del humor impresionante y una cabeza que no deja de crear. Una pareja encantadora dedicada al fitness y la promoción de un estilo de vida saludable.

En un par de oportunidades durante estos dos años, Michelle y Jimmy me motivaron a perder el peso que me faltaba para llegar a mi meta ideal. Me daban consejos y hasta me invitaban a entrenar con ellos, pero yo seguía enfocada en cualquier cosa (trabajo, ansiedad, dinero, relaciones, búsqueda de seguridad) menos en mi transformación. Me quedaban 40 libras de exceso por perder y me encontraba inundada de ansiedad con las situaciones que tenía que afrontar al salir de Venezuela para comenzar una nueva vida en Estados Unidos. Mi mente era una fábrica de miedos y excusas tontas.

Un buen día, conversando con Jimmy y Michelle, ellos me dijeron: “Hagamos un reto público: te apoyaremos para adelgazar, entrenando con Michelle y siguiendo un plan de alimentación”. Me asusté mucho con la idea, pero igual comenzamos y logré perder casi 14 libras en los primeros 45 días. Me sentía feliz, aferrada a la motivación que ellos me daban. Luego Michelle y Jimmy se fueron de viaje por un buen tiempo, y me quedé sola, sin la suficiente fuerza de voluntad para mantenerme en el camino. No seguí perdiendo peso, incluso, al mes siguiente, en Navidad, gané algunas libras, lo que me hizo sentir muy decaída en los siguientes meses, pues odio fracasar y además sentía que estaba defraudando la confianza de mis motivadores. Y con eso no podía tener paz.