Isaac Asimov - Luces en el cielo
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- Libro:Luces en el cielo
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:1978
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Luces en el cielo: resumen, descripción y anotación
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Diecisiete ensayos en los cuales el sorprendente Isaac Asimov hace una vez más revelaciones insospechadas. Aquí encontramos explicaciones acerca de las Edades del Hielo (y anuncios en cuanto a la proximidad de la que reinará en el mundo); teorías acerca de la inclinación del eje de la Tierra; hipótesis acerca de las propiedades de elementos aún no descubiertos. Todo ello, y además la explicación acerca de cómo las aguas antárticas fertilizan la Tierra; conjeturas sobre el planeta situado más allá de Plutón (y predicciones en cuanto a su descubrimiento); una mirada a los objetos más brillantes del Universo: los quasars; y hasta una vehemente defensa del rincón preferido de Asimov en el Universo, la ciudad de Nueva York. Una nueva, admirable muestra del saber, la inteligencia y el brillo de Isaac Asimov.
Isaac Asimov
ePub r1.1
FLeCos 08.10.2016
Título original: Quasar, Quasar, Burning Bright
Isaac Asimov, 1978
Traducción: Arturo Casals
Editor digital: FLeCos
ePub base r1.2
Dedicado a la memoria de Edmond Hamilton (1904-1977)
[1] Curiosamente, hoy en día sigo teniendo poco más de treinta.
[2] La historia está contada con cierto detalle en «Bridging the Gaps» y «The Nobel Price that Wasn’t», en mi libro «The Stars in their Courses» (Doubleday, 1971).
[3] Véase «Welcome, Stranger», en «Of Time and Space and Other Things» (Doubleday, 1965).
[4] Véase «The Third Liquid», en «The Planet that Wasn’t» (Doubleday, 1976).
[5] Véase «The Multiplying Elements», en «The Stars in their Courses» (Doubleday, 1971).
[6] Véase «The Uneternal Atoms», en «Of Matter, Great and Small» (Doubleday, 1975).
[7] Un punto de fundición, cuando la temperatura se eleva, equivale a un punto de congelación cuando la temperatura desciende. Creí conveniente mencionarlo.
[8] Nunca he dejado de agradecer al profesor Dawson ésta y muchas otras amabilidades.
[9] Véase «The Uneternal Atoms», en «Of Matter Great and Small» (Doubleday, 1975).
[10] El nucleido de hidrógeno más simple, el hidrógeno-1, tiene un núcleo conformado solamente por un protón. Un núcleo de una sola partícula tiene que ser más estable que cualquier combinación de partículas, así que no es sorprendente que un 90 por ciento de los átomos del Universo sean de hidrógeno-1 y que el porcentaje fuera mayor aun en los días tempranos del Universo. En este artículo hablamos sólo de núcleos compuestos y es indudable que en ciertos aspectos ciertos núcleos compuestos son más estables que el hidrógeno-1.
[11] «The Evens Have It», en «View from a Height» (Doubleday, 1963).
[12] Para los curiosos, los nucleidos estables de 50 neutrones son el criptón-86, el rubidio-87 (que es ligeramente inestable), el estroncio-88, el itrio-89, el circonio-90 y el molibdeno-92.
[13] Aquí tendría que utilizar kilómetros cuadrados, pero los almanaques norteamericanos todavía usan millas cuadradas y el pueblo norteamericano todavía piensa en millas cuadradas. Odio hacer todas las conversiones, pero pueden hacerlo ustedes si lo desean. Multipliquen el número de millas cuadradas por 2,59 y obtendrán kilómetros cuadrados. La superficie de Nueva York es de 299,7 x 2,59 = 776,2 kilómetros cuadrados.
[14] Si dividen las cifras de densidad por 2,59 obtendrán el número de habitantes por kilómetro cuadrado. Así, la densidad de población de Jacksonville es de 600/2,59 = 266 habitantes por kilómetro cuadrado.
[15] Sin embargo, sí. Este ensayo fue escrito en noviembre de 1975. Un año más tarde, en noviembre de 1976, el Presidente Gerald Ford se presentó como candidato para ser reelegido. En la ciudad de Nueva York obtuvo pocos votos. El margen de Jimmy Carter en la ciudad de Nueva York le dio el Estado de Nueva York, y la votación electoral del Estado de Nueva York derrotó a Ford.
[16] Ver nota al final de este capítulo.
[17] Véase «The Fateful Lightning», en «The Stars in their Courses» (Doubleday, 1971)
[18] Lejos de mí querer criticar a nadie. Escribí una docena de libros de historia en los que hablo extensamente de la política y la guerra y muy brevemente de economía, precisamente porque las primeras son cautivantes y la segunda aburrida, de modo que no culpo a otros por hacer lo mismo. Simplemente señalo el hecho, es todo.
[19] Hasta la ofensiva Tet había sido para ellos una derrota táctica.
[20] Después de la Batalla de Fredericksburg, el 13 de diciembre de 1862, la más desastrosa de todas las derrotas de la Unión, causada absolutamente por la incapacidad de los Generales, Lincoln dijo: «Si hay un lugar peor que el infierno, estoy allí».
[21] Este artículo fue escrito en enero de 1976. Más tarde, ese año, los cristianos fueron rescatados, ¡pero por los musulmanes sirios!
[22] La palabra puede aplicarse a cualquier serie de objetos similares puestos en fila.
[23] Carroll murió el 14 de noviembre de 1832, a la edad de noventa y cinco años y dos meses.
[24] No, no estaba de vacaciones. Di dos charlas en el barco y una tercera en la Isla de Barbados, y escribí dos cuentos a mano.
[25] Estas son, en mi opinión, las mejores que se escribieron jamás, y yo deliberada y conscientemente las imito cuando escribo mis propias narraciones de misterio, aunque desde luego introduzco mis propias mejoras, como verán si leen mi «Murder at the ABA», publicado recientemente (Doubleday, 1976).
[26] Véase «The Fateful Lightning», en «The Stars in Their Courses» (Doubleday, 1971).
[27] El efecto de la refracción atmosférica en realidad lo elevaría apenas por encima del horizonte.
[28] Llamar solsticio de verano al 21 de junio es puro chauvinismo del hemisferio septentrional.
[29] Es mi cumpleaños, pero supongo que no tiene nada que ver.
[30] La atracción del Sol también juega un papel, pero menor.
[31] No se dejen desorientar por la palabra. Es simplemente una forma griega de decir «provocado por el hombre», y los científicos la emplean sólo para irritar a los tipógrafos.
[32] Véase «No More Ice Ages?», en «Fact and Fancy» (Doubleday, 1962) y «El gran cambio climático», en «El principio y el fin» (Sudamericana, 1979).
[33] «The Ugly Little Boy», por ejemplo, que encontrarán en mi libro «Nine Tomorrows» (Doubleday, 1959).
[34] «The Last Question», también en «Nine Tomorrows».
[35] Fue este cambio de posición lo que originó el término «planeta», que proviene de la palabra griega que significa «vagabundear».
[36] Véase «The Stars in Their Courses», en el libro del mismo nombre (Doubleday, 1971).
[37] Véase «Moon over Babylon» en «The Tragedy of the Moon» (Doubleday, 1973).
[38] Eventualmente realizó observaciones astronómicas propias con un telescopio que le hizo William. Descubrió ocho cometas, fue la primera astrónoma de importancia, y murió diez semanas antes de cumplir los noventa y ocho años.
[39] En 1789 descubrió dos satélites más de Saturno, con lo cual los de ese planeta sumaban siete y el total catorce.
[40] Véase «The Wrong Turning», en «The Planet That Wasn’t» (Doubleday, 1976).
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