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Ilyá Ehrenburg - Gente, años, vida

Aquí puedes leer online Ilyá Ehrenburg - Gente, años, vida texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1990, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Ilyá Ehrenburg Gente, años, vida
  • Libro:
    Gente, años, vida
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1990
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Gente, años, vida: resumen, descripción y anotación

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Abreviaturas

AJRR Assotsiatsia Judózhnikov Revoliutsionnoi Rossí (Asociación de Artistas de la Rusia Revolucionaria).

CHEKÁ Chrezvicháinaia Komíssia (Comisión Extraordinaria: primera organización política y militar de inteligencia, creada en 1917).

DOMKOM Domovi Komitet (Comité del Inmueble).

EDA Eniaia Demokratike Aristera (Unión Democrática de Izquierdas).

GPU Gosudárstvennoie Politícheskoie Upravlénie (Directorio Político Unificado del Estado: policía secreta en la urss hasta el año 1934).

GUM Glavni Universalni Magazín (Grandes Almacenes del Estado).

JLAM Judózhniki, Literatori, Artisti, Muzikanti (Asociación de Pintores, Escritores, Actores y Músicos).

KLAK Kievski Literaturno-Artisticheski Klub (Club Literario y Artístico de Kiev).

LEF Levi Front Iskusstv (Revista Frente de Izquierda de las Artes).

LIKBEZ Likvidatsia Bezgramotnosti (Comité de Erradicación del Analfabetismo).

LITO Literaturno-izdatelski otdel Narkomprosa (Sección de Literatura del Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública).

MJAT Moskovski Judózhestvenni Akademícheski Teatr (Teatro de Arte de Moscú).

MPO Moskovskoie Potrebitelskoie Obschestvo (Cooperativa Moscovita de Consumidores).

NKVD Narodni Komissariat Vnútrennij Del (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos).

NEP Nóvaia Ekonomícheskaia Polítika (Nueva Política Económica).

NOT Naúchnaia Organizatsia Truda (Organización Científica del Trabajo).

OSO Osóboie Soveschanie (Comisión Deliberativa Especial, tribunal del NKVD).

PUR Politícheskoie Upravlenie Revoensoviet (Dirección Política del Soviet Militar Revolucionario).

RABIS Rabotnik Iskusstva (Trabajador del Arte Obrero: por extensión, se utilizaba para referirse al Comité Central de la Unión de Trabajadores del Arte).

RABKRIN Raboche-krestiánskaia Inspektsia (Inspección de Obreros y Campesinos).

RAPP Rossiyskaia Assotsiatsia Proletarskij Pisatelei (Asociación Rusa de Escritores Proletarios).

REF Revoliutsionni Front Iskusstv (Frente Revolucionario de las Artes, publicación que sustituyó a LEF).

RSDRP Rossiskaia Sotsial-Demokratíchieskaia Rabóchaia Partija (Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia).

RSFR Rossiskaia Soviétskaia Federatívnaia Socialistícheskaia Respúblika (República Socialista Federativa Soviética de Rusia).

TASS Telegrafnoie agentstvo Soviétskogo Sojuza (Agencia de Telégrafos de la Unión Soviética).

TEO Teatralni Otdel (Sección de Teatro del Comisariado de Instrucción Pública).

VOKS Vsesoiuznoie Obschestvo Kulturnoi Sviazi s Zagranitsei (Sociedad Rusa de Relaciones Culturales con el Extranjero).

ILIÁ EHRENBURG Kiev 1891-Moscú 1967 activista novelista poeta y - photo 1

ILIÁ EHRENBURG (Kiev, 1891-Moscú, 1967), activista, novelista, poeta y periodista, dedicó su vida a la propaganda. Como corresponsal soviético en París, frecuentó a los artistas e intelectuales más destacados del siglo pasado. Sus memorias, Gente, años, vida, son un documento de primer orden, fundamental para entender momentos decisivos del siglo XX.

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H ace tiempo que me apetece escribir sobre varias personas con quienes me he encontrado a lo largo de la vida, sobre algunos acontecimientos de los que he sido partícipe o testigo, pero más de una vez he aplazado el trabajo, bien porque me lo impedían las circunstancias, o porque me asaltaba la duda de si lograría reconstruir la imagen de una persona, de un cuadro desteñido por el paso de los años, de si podía confiar en mi memoria. Ahora, con todo, emprendo la escritura de este libro: es imposible demorarlo por más tiempo.

Hace treinta y cinco años, en unos apuntes de viaje, escribí: «Este verano, en Abrámtsevo, miraba los arces del jardín, los cómodos sillones. Aksákov sí que tuvo tiempo para reflexionar acerca de todo. Su correspondencia con Gógol es la descripción pausada de un alma y de una época. Y nosotros, ¿qué dejaremos? Acuses de recibo: “Percibí 100 rublos (cien rublos)”. Nosotros no tenemos arces ni sillones, reposamos del devastador ajetreo de las redacciones y de las antesalas en el compartimento de un vagón o en la cubierta de un barco. Esto, sin duda, tiene una lógica. El tiempo se ha provisto de un motor de gran cilindrada. Y a un automóvil no se le puede gritar: “¡Detente, quiero verte con todo detalle!”. Sólo es posible hablar de la luz fugaz de sus faros. O bien —es otra posibilidad— ir a parar bajo sus ruedas».

Muchos de mis coetáneos han acabado bajo las ruedas del tiempo. Si yo he sobrevivido no ha sido por ser más fuerte o más sagaz que ellos, sino porque hay épocas en que el destino del hombre se asemeja más a una lotería que a una partida de ajedrez jugada conforme a todas las reglas.

No me faltaba razón al decir, hace ya mucho tiempo, que nuestra época dejaría pocos testimonios vivos. Eran contadas las personas que llevaban un diario. Las cartas se distinguían por su brevedad, su carácter práctico: «Estoy vivo, ando bien de salud». Escaseaban también los libros de memorias. Esto obedece a muchas razones. Me detendré en una de ellas, de la cual tal vez no todo el mundo haya tomado conciencia: hemos estado en desacuerdo demasiado a menudo con nuestro pasado para poder pensar en él como es debido. En medio siglo han cambiado multitud de veces nuestras valoraciones sobre las personas y los acontecimientos; las frases quedaban a medias; las ideas y los sentimientos sucumbían a la influencia de las circunstancias. El camino discurría por tierras vírgenes y la gente caía por los precipicios, resbalaba, se aferraba a las ramas espinosas de un bosque muerto. En ocasiones, la falta de memoria la dictaba el instinto de conservación: no se podía avanzar con los recuerdos del pasado, pues ataban los pies. De niño, oí un proverbio que dice así: «La vida es dura para quien lo recuerda todo», y luego me convencí de que nuestra época ha sido demasiado difícil para cargar con todo el peso de los recuerdos. Incluso acontecimientos que conmovieron tanto a los pueblos como las dos guerras mundiales no tardaron en convertirse en historia. Los editores de todos los países dicen ahora: «Los libros de temática bélica no se venden». Hay quien ya no recuerda el pasado, hay quien no quiere saber nada de él. Todos miran hacia delante y eso, por supuesto, es bueno; pero los antiguos romanos no adoraban a Jano por capricho. Jano tenía dos caras no porque fuese un hipócrita, como se suele decir, sino porque era sabio: una de sus caras se hallaba vuelta hacia el pasado, la otra hacia el futuro. El templo de Jano se cerraba únicamente durante los años de paz y, en un milenio, eso sólo sucedió nueve veces: la paz, en Roma, era un acontecimiento de lo más insólito. Mi generación no se parece a la de los romanos, pero también nosotros podemos contar con los dedos de una mano los años más o menos tranquilos. No obstante, y en esto nos diferenciamos de los romanos, nosotros consideramos que sólo hay que pensar en el pasado en épocas de paz consolidada…

Cuando los testigos callan, nacen las leyendas. A veces hablamos de «asaltar Bastillas», si bien nadie tomó al asalto la Bastilla. El 14 de julio de 1789 no fue más que uno de los episodios de la Revolución francesa; los parisinos penetraron con facilidad en la prisión, donde resultó que había muy pocos reclusos. Sin embargo, el día de la toma de la Bastilla se convirtió para los franceses en la fiesta nacional de la República.

Las imágenes que llegan de los escritores a las generaciones siguientes son convencionales y, a veces, se hallan en total contradicción con la realidad. Hasta hace poco Stendhal era considerado por los lectores un ser egoísta, un hombre absorto en sus propias vivencias, cuando en verdad era sociable y aborrecía el egoísmo. Se da por hecho que Turguéniev amaba Francia, pues vivió allí un largo período de su vida e hizo amistad con Flaubert; en realidad, no comprendía a los franceses y no le caían muy simpáticos. Otros dan por sentado que Zola fue un hombre conocedor de todo tipo de tentaciones, sólo ven en él al autor de Naná; otros, acordándose del papel que desempeñó en la defensa de Dreyfus, ven en él al hombre público, al tribuno apasionado; pero Zola, un orondo cabeza de familia, tenía un pudor fuera de lo común y, salvo en los últimos años de su vida, se mantuvo alejado de las tormentas sociales que se abatieron sobre Francia.

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