Tomás Borges - El pequeño dictador que llevamos dentro

Qué pequeño piensan los hombres pequeños

ADOLFO HITLER

E l sociólogo Zygmunt Bauman nos dice: «El mal está ampliamente disperso y habita en cada humano sano y normal», sin embargo, estudiar y hablar sobre el lado oscuro que habita en cada ser humano siempre será polémico, quizá prohibido desde la moral, que no desde la ética.

Dentro de esta exploración, es casi una obligación referirnos a los grandes personajes que han modificado la historia del mundo, uno de ellos es Adolfo Hitler, un hombre al que referirse siempre será controversial por ser quien porte —o quien cuente con el copyright— del índice más alto de maldad en la historia de la humanidad. Escribir sobre él o con referencias a él es prácticamente un acto temerario.

Estudiar la vida, obra, campañas políticas o actos específicos de hombres como Donald Trump, Hitler, Benito Mussolini, entre muchos otros, nos hace descubrir dotes extraordinarios sobre el liderazgo, y nos lleva a cuestionarnos cómo hombres cuya vida fue común y vulgar lograron llegar al pináculo del poder gracias al arte de la manipulación, arte que aún continúan utilizando muchos de nuestros líderes políticos en la actualidad. Incluso, pareciera que esa es la receta legada por estos seres.

Lo ha dicho muy bien el escritor Milan Kundera: «Vivimos en un mundo donde la imagología —vender imágenes, conceptos ideologías como mercancías— es la moneda de cambio», armas completamente orquestadas por hombres como Joseph Goebbels, en relación con la construcción del mito del «Führer», creando un aura a un sujeto que supo aprovechar los recursos de su época, tal como lo hacen desde empresarios como Donald Trump hasta líderes políticos como Silvio Berlusconi con tal de ganar la presidencia de sus países, o funcionarios como Taro Aso, ex ministro de Salud de Japón, por citar algunos.

Es hasta una verdad de Perogrullo decir que vivimos en mundo lleno de hipocresía en los pináculos del poder, pero así es. Es en esas posiciones de altos grados de control, donde gente «honesta» emula y admira seres como Hitler, ser tan despreciable que moldeó el orbe y pudo sacar lo peor de la humanidad con sus actos de genocidio y barbarie.

¿Pruebas? Recordemos cómo en julio del 2014, militantes del Partido Acción Nacional (PAN) en Chihuahua fueron retratados caracterizados como Adolfo Hitler y su esposa, Eva Braun. En la polémica gráfica posaron un asesor de la bancada del PAN del congreso estatal, Manuel Escobedo Ceballos, y la diputada suplente panista, Karla de la Rosa; imágenes difundidas por grupos del albiazul ante la «moda» impuesta por los neonazis de Jalisco, también militantes de ese partido. De acuerdo con medios nacionales, Escobedo Ceballos es el exdirigente de Acción Juvenil del PAN, quien buscó la reelección en el cargo, mientras que De la Rosa es militante del grupo de jóvenes panistas, nombrada legisladora suplente de Ana Gómez Licón, la diputada titular del Distrito 19, con cabecera en la capital del estado. Según el portal de noticias Animal Político: «El pasado 20 de abril (…) Barrera Espinosa fue el encargado de convocar a sus “camaradas”, a través de redes sociales, a celebrar el 125 aniversario del natalicio de Adolfo Hitler, en un mensaje en el que el joven panista destacó un mensaje del Führer: “Yo sólo puse en práctica la política que la Iglesia católica tuvo hacia los judíos durante siglos…”». Como éste, podríamos enumerar cientos de casos, algunos han sucedido con funcionarios de Tecamachalco, en el estado de México. En Japón, por mencionar otro ejemplo, el entonces ministro de Economía nipón, Taro Aso, de 72 años, el 22 de enero de 2013 hizo un llamado a los ancianos de su país «a morir» para así quitarle la presión al Estado de estar obligado a pagar por los cuidados médicos, una acción completamente hitleriana o dictatorial, que lo último en lo que se piensa es en la vida, en suma, no se piensa realmente en el otro.

Como es fácil comprobar, la doble moral de nuestros hombres en el poder es evidente, mientras —incluso— se prohíbe mencionar la palabra «Hitler».

Por todo lo anterior, es importante eliminar sentimentalismos para comprender desde una mirada histórica y práctica la mente de los grandes dictadores en el mundo, específicamente la de Hitler.

Para seguir con los ejemplos, está el caso del flamante panista Jorge Romero, dirigente de la delegación Benito Juárez, en la Ciudad de México, quien influyó para que Salomón Achar, presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México no fuera designado consejero honorario de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), ya que el político panista dijo a sus correligionarios: «Quién trajo a este pinche judío».

Fiel emulo de Hitler, el político en cuestión se hace llamar “el Führer” por sus allegados, destacando que otro compañero de partido, el entonces candidato a senador y actual presidente del PAN en el Estado de México; Oscar Sánchez, quien en el 2012 se ufanó de ser admirador de Adolfo Hitler.

Como podemos ver, querido lector, hay gente que sigue emulando a Hitler pese a no ser políticamente correcto sentir admiración por dicho ser que tanto mal causó. «Las ideas —decía Carl Jung— son como los virus, ¡letales!». Y mientras exista maldad y su sutil pero rígida prohibición, existirán muchos seres que buscarán seguir sus pasos para sembrar el odio y el rencor, pero, ¿por qué no volteamos la moneda y revisamos los pasos y la inteligencia que ha llevado a tantos hombres a tomar el poder? Ésta es la intención del libro que ahora tiene en sus manos.

Parecería que Hitler fue un ente anormal surgido de las cenizas de la Primera Guerra Mundial, y que tras su muerte (junto con la de Stalin) la maldad llegó a su pináculo y que el mundo, a partir de entonces, llegaría a un estado de paz perpetua, pero como se verá a lo largo de estas páginas, hay muchos dictadores escondidos tras las cámaras de los medios de comunicación.

Sirva, pues, este libro para que usted tome las riendas de su destino pese a todas las limitantes que sus contrincantes le quieran endilgar, ya que recuerde, el éxito de uno está basado en el fracaso de otros.

Lea el libro con mente abierta y aprenda de los puntos más interesantes que estos entes nos legaron, sin dejar de recordar dos cosas muy importantes: conserve su memoria histórica y el poder tiene un costo muy alto.

Achtung!

Si quieres que tu vida siga igual…por favor, ¡no leas este libro!

E l presente trabajo no es un libro cualquiera sobre liderazgo, es más bien un libro diferente, ya que la mayoría de los libros escritos actualmente sobre liderazgo nos hablan de cómo ejercerlo —o como actúan los grandes dirigentes— cuando se está en la cima, pero muy pocos escriben sobre el verdadero camino para obtenerlo, para llegar al poder desde que se es un «don nadie», y tener ese poder de transformar los defectos en virtudes.

Este libro tiene como finalidad exponer las características y herramientas utilizadas por uno de los líderes prominentes del siglo XX, tan aclamado y tan vituperado: Adolfo Hitler, y de cómo todos (algunos de manera consiente) tenemos un hitlercito dentro, que hace que hagamos cosas políticamente incorrectas con el único fin de satisfacer nuestros instintos y gustos.

Cabe destacar que el presente libro no pretende ser una apología a dicho hombre, sino mostrar las técnicas y herramientas utilizadas por este sujeto de la historia, así como las de algunos de sus émulos (llámense Donald Trump, Benito Mussolini, Silvio Berlusconi y un largo etcétera), quienes las han puesto en práctica para dejar de ser unos fantasmas sociales y llegar a la cima, a la cúspide donde sólo se llega con astucia y escuchando esa pequeña voz (llámenle