Los siete fraudes inocentes capitales de la política económica que analiza Mosler con gran rigor y no sin sentido del humor, constituyen falsificaciones de dimensiones históricas que juegan un papel fundamental a favor de las clases dominantes. Estos fraudes inocentes están basados en sendos errores de teoría macroeconómica. Cubren un territorio muy amplio que va desde una visión equivocada sobre la naturaleza, estructura y dinámica de las finanzas públicas, hasta las distorsiones provocadas por la desatinada visión que se tiene sobre el funcionamiento del sistema bancario y la política monetaria.
De la aguda mirada de Mosler no escapa la percepción dominante sobre las causas y la lucha contra la inflación, ni las distorsiones existentes sobre los distintos componentes de la balanza de pagos. Su examen cubre todos los campos de la teoría y la política macroeconómica y contribuye a desmitificar siete de los mitos más destructores que marcan la política fiscal, monetaria, crediticia y cambiaria en la economía contemporánea.
Warren Mosler
Los siete fraudes inocentes capitales de la política económica
ePub r1.1
Titivillus 07.03.16
Título original: The 7 Deadly Innocent Frauds of Economic Policy
Warren Mosler, 2010
Traducción: Cristina Sánchez Asensi y Florian Tebar
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
WARREN MOSLER (EE.UU., 1949) es un economista norteamericano, nacido en una familia de clase media, formado en centros educativos públicos y que ha tenido una exitosa carrera fuera del ámbito académico: ha trabajado en la Banca y en Wall Street en los años 70, creó y presidió un fondo de inversión en los años 80, hasta que a mitad de los 90 vendió su participación en el negocio a sus socios por desacuerdos acerca de las inversiones del fondo. Para entonces, Mosler es lo bastante rico como para dedicarse a sus hobbies como profesión. Apasionado de la mecánica —antes de estudiar economía intentó estudiar ingeniería, pero los problemas económicos de sus padres le hicieron optar por una carrera más corta—, en 1985 fundó su propia empresa, dedicada a producir lujosos coches deportivos diseñados por él mismo. En los años 90 inició la producción de vehículos eléctricos y vehículos con estructuras ligeras en fibra de carbono, adaptándose a las inquietudes ecológicas de nuestros tiempos.
Habiendo llegado a la conclusión de que la Teoría Monetaria Moderna es el enfoque más cercano a la realidad que ha vivido en su carrera profesional, Mosler publica en 1996 el libro Soft Currency Economics, destinado a popularizar entre el público no académico dicho enfoque. En ese momento, Mosler inicia su carrera que le llevará a ser un arbitrista del siglo XXI, ya que como nuestros arbitristas del siglo XVI, dirige sus «memoriales» a quien se considera soberano en una democracia: a la gente corriente, es decir, al pueblo.
Con la llegada de la crisis global en 2007-2008, la actividad de Mosler en la difusión de la Teoría Monetaria Moderna se intensifica, con innumerables conferencias y apariciones en los media, en los que sostiene un punto de vista poskeynesiano, proponiendo que el estado debe estimular la demanda con el déficit público para recuperar el empleo.
En 2010, coincidiendo con su campaña como candidato al Senado por Connecticut, publica el libro Seven Deadly Innocent Frauds of Economic Policy, en el que con un lenguaje accesible derriba lo que considera mitos sin conexión con la realidad económica.
Notas
[1] Programa de televisión en Estados Unidos (N. de los T.)
[2] Sé que tiene esta pregunta en mente en estos momentos. La responderé un poco más adelante en este mismo libro, pero permítanme formular la pregunta y le doy una respuesta rápida para sacarle del apuro:
Pregunta: Si el gobierno no grava con impuestos, porque necesite dinero para gastar, ¿para qué gravar?
Respuesta: Los impuestos del gobierno federal sirven para regular lo que los economistas llaman la «demanda agregada», que es un término elegante para designar el poder adquisitivo. En pocas palabras, esto significa que si la economía está «recalentada», subir los impuestos ayuda a enfriarla, y si esta «demasiado fría» bajar los impuestos la reactivará. Los impuestos no son para conseguir dinero que gastar; son para regular nuestro poder adquisitivo asegurando que no tengamos demasiado y generamos inflación, o muy poco y eso cause desempleo y recesión.
[3] Para aquellos de ustedes que entienden como se contabilizan las reservas, tengan en cuenta que la Fed no puede hacer lo que se llama una salida de reservas sin hacer una entrada de reservas. Entonces, ¿qué hace la Fed el día de liquidación, cuando los saldos del Tesoro aumentan? Hace repos, para añadir los fondos al sistema bancario y lograr así que los bancos tengan después fondos para comprar los Valores del Tesoro. De lo contrario, no habría fondos disponibles para comprar los bonos del Tesoro y los bancos tendrían números rojos en sus cuentas de reserva. ¿Y cuáles son los descubiertos en la Fed? Operativamente, un descubierto es un préstamo del gobierno. Ergo, de una forma u otra, los fondos utilizados para comprar los bonos del Tesoro provienen del propio gobierno. Debido a que los fondos para pagar los impuestos o comprar títulos públicos provienen de los gastos del gobierno, el gobierno piensa que es mejor pagar primero, y luego recaudar impuestos o pedir prestado más tarde.
[4] Observen cómo funciona todo esto en el sistema bancario: Cuando usted paga impuestos emitiendo un cheque para el gobierno federal, la Fed debita la cantidad en la cuenta de reserva de su banco en la Fed Las reservas solo pueden venir del Banco de la Reserva Federal; el sector privado no puede generarlas. Si su banco no tiene ninguna, el cheque que usted emitió se convierte en un sobregiro en la cuenta de reserva de dicho banco. Un descubierto es un préstamo de la Reserva Federal. Así que, en todo caso, los fondos para hacer los pagos a los gobiernos federales solo puede venir del gobierno federal.
[5] Solo un recordatorio rápido de que nuestros gobiernos estatales y locales son los usuarios del dólar de EE.UU., y no los emisores, como lo es gobierno federal. De hecho, los estados de Estados Unidos están en una posición similar a la del resto de nosotros: ambos necesitamos conseguir fondos en nuestra cuenta bancaria antes de otorgar nuestros cheques o los cheques se emitirán sin fondos. En la analogía de padres e hijos, nosotros y los estados de EE.UU. estamos en la misma posición que los niños, que necesitan cobrar primero antes de que puedan gastar.
[6] Cita del presidente Barack Obama.
[7] En 1971, los EE.UU. abandonaron el patrón oro para las cuentas internacionales, terminando así formalmente la garantía del gobierno a la convertibilidad del dólar de EE.UU.
Prefacio a la edición en inglés
Warren Mosler es una rara avis: un economista autodidacta que no es un excéntrico, un inversor de éxito que no es un fanfarrón, un hombre de negocios con talento para la enseñanza, un banquero con un compromiso real con el bien público.