Los Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (1857-1858) constituyen la primera síntesis de las investigaciones que Marx iniciara en noviembre de 1850, en Londres, cuando después de la derrota de la revolución de 1848 se retira de la escena pública para reanudar sus anteriores estudios de economía. A pesar de su estado fragmentario, de ser sólo el borrador de una obra que Marx no llegó a terminar, constituyen textos de fundamental importancia para comprender el proceso de elaboración de la crítica marxista de la economía política.
Lenin decía que para comprender El capital era necesario estudiar y comprender la lógica dialéctica de Hegel. Esto es especialmente aplicable al Capítulo Primero y la «Teoría del Valor», piedra angular sobre la que se basan el resto de descubrimientos de Marx, incluida la plusvalía. Quien no ha comprendido este capítulo difícilmente entenderá el conjunto de su obra. Pero desde la aparición de los Grundrisse, dice Rosdolsky, «ya no es necesario apurar ese trago amargo», pues «se puede lograr el mismo objetivo por la vía directa mediante el estudio de los Grundrisse». Más todavía, sin la más amplia asimilación de las nociones contenidas en esta obra, ya no es posible ningún progreso en el terreno de la economía marxista.
«En los Grundrisse Marx muestra el máximo de conciencia sobre el pasaje político de la fuerza de trabajo a la clase obrera. Y ello por una simple razón formal: no se sentía obligado ni por una férrea disposición lógica de los argumentos, ni por una particular reserva lingüística en su exposición. En una fase de trabajo totalmente suyo, que se colocaba mucho más acá de una aparición pública, Marx avanza más libremente en sus descubrimientos fundamentales y revela así mucho más cosas nuevas de cuantas aparecen en las obras acabadas, comenzando por la Contribución a la Crítica de la economía política y por el libro I de El capital. Es por ello que, políticamente, los Grundrisse este monólogo interior que Marx instituye consigo mismo y con su tiempo resulta un libro más avanzado que los otros dos, un texto que conduce más directamente, a través de imprevistas páginas prácticas, a conclusiones políticas de tipo nuevo» (Mario Tronti).
Karl Marx
Elementos fundamentales para la crítica de la Economía Política (Grundrisse) 1857-1858 Vol. 1
ePub r1.0
Titivillus 31.07.15
Título original: Grundrisse der Kritik der Politischen Ökonomie (Rohentwurt) 1857-1858
Karl Marx, 1939
Traducción: Pedro Scaron
Edición a cargo de José Aricó, Miguel Murmis y Pedro Scaron
Ilustraciones de páginas tomadas de la edición MEW tomo 42 (1983)
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
PRESENTACIÓN
[VII]
Los dos volúmenes que el Instituto Marx-Engels-Lenin (IMEL) de Moscú publicó en 1939-41 bajo el título de Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie (Rohentwurf) 1857-1858, recogen un grupo de manuscritos hasta ese entonces inéditos en su casi totalidad, redactados por Marx en la década del 50. Constituyen la primera síntesis de las investigaciones iniciadas por Marx en noviembre de 1850, en Londres, cuando después de la derrota de la revolución de 1848 se retira de la escena pública para reanudar sus anteriores estudios de economía política. El título de la obra pertenece a los editores del IMEL, quienes a su vez lo toman de las referencias explícitas a esta obra que hace el autor en diversos pasajes de su correspondencia. En una carta a Engels del 8 de diciembre de 1857, por ejemplo, le dice: «Trabajo como un loco las noches enteras en coordinar mis estudios económicos, para poner en claro al menos los elementos fundamentales antes del diluvio». El «diluvio», metáfora con la que Marx hacía referencia a la agudización de la crisis económica de 1857 y a las probables conmociones sociales de ella derivadas, impone a su actividad teórica un ritmo febril, del que surgen estos vastos manuscritos redactados, en lo fundamental, en menos de seis meses de trabajo. Los «elementos fundamentales» fueron concebidos por el autor como «un conjunto de monografías escritas con grandes intervalos en distintos períodos para el esclarecimiento de mis propias ideas y no para su publicación». Sin embargo, a pesar de su estado fragmentario, de su condición de borradores de una obra que Marx nunca llegó a terminar, constituyen indudablemente textos de fundamental importancia para comprender el proceso de elaboración de la crítica marxista de la economía política. Entre otras cosas, porque nos permiten presenciar la propia gestación de las categorías analíticas con las que Marx develó la naturaleza mistificatoria de la economía política burguesa y creó las bases de una nueva ciencia crítica de la sociedad. Como alguien señalara, los Grundrisse nos abren la posibilidad de introducirnos en el laboratorio económico de Marx y ante nuestra mirada aparecen nítidamente recortados todos los refinamientos, todos los sinuosos caminos de su metodología. Estos escritos, al igual que los de 1861-63 que aún esperan ser exhumados, constituyen el eslabón perdido que nos permite reconstruir de una manera más acertada el itinerario intelectual de un Marx que aparece hoy bajo una nueva luz, de un Marx «desconocido», como lo señala Martin Nicolaus en la introducción a la presente edición en español de los Grundrisse.
La aparición de esta obra trascendental, producida en plena guerra mundial, pasó inadvertida hasta para los especialistas y durante mucho [VIII] tiempo el libro constituyó una rareza bibliográfica. Recién en 1953, la Dietz Verlag de Berlín Este, la reprodujo en una edición facsimilar en un solo volumen. Sin embargo, tampoco esta última edición atrajo demasiado la curiosidad de los investigadores. Podríamos decir que hasta 1960 las discusiones entre los marxistas no la mencionaban ni tampoco se pensó en traducirla a otros idiomas. Hubo que esperar otros diez años más para que casi simultáneamente aparecieran las versiones francesa e italiana, y más recientemente la rusa y la inglesa.
*
La traducción al español de los Grundrisse presenta serias dificultades que esperamos haber sorteado felizmente. La primera de ellas deriva del carácter fragmentario del texto y del nivel particularmente elevado de abstracción en que se coloca Marx para la primera redacción de sus Principles de economía política. Hasta para Engels resulta extremadamente difícil su lectura, como lo señala en una carta a Marx del 9 de abril de 1858: «El estudio de tu resumen… me ha llevado mucho tiempo; es, en verdad, un resumen muy abstracto… muchas veces me veo obligado a tomarme mucho tiempo para buscar las transiciones dialécticas, porque he perdido totalmente el hábito del razonamiento abstracto.»
Otra dificultad reside en que el uso personal que Marx da a su borrador acentúa las características del lenguaje en que habitualmente redactaba sus notas. Aquí, «el estilo desaliñado, las expresiones .y giros familiares…, la terminología francesa e inglesa, a menudo con frases enteras y hasta páginas en inglés», complica infernalmente la tarea de obtener un texto en español que respetando el carácter de borrador no se torne absolutamente ininteligible. Ajustándonos al criterio seguido en la traducción de los