• Quejarse

La Shatunga - Historia de una mujer plantada

Aquí puedes leer online La Shatunga - Historia de una mujer plantada texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2018, Editor: Editorial Planeta, S. A., Género: Niños. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

No cover
  • Libro:
    Historia de una mujer plantada
  • Autor:
  • Editor:
    Editorial Planeta, S. A.
  • Genre:
  • Año:
    2018
  • Índice:
    4 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 80
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Historia de una mujer plantada: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Historia de una mujer plantada" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Carmen acaba de cumplir 29 y en su propia fiesta de cumpleaños un chico la deja plantada… por enésima vez en su vida. Al día siguiente, cuando se despierta en la cama junto a su mejor amigo tras una borrachera, toma la decisió de cambiar su vida y, para conseguirlo, su propia terapia va a ser recordar todas las historias que ha vivido con los hombres: desde el estudiante de medicina que desaparece después de haberse sacado el MIR o el cuarentó que busca a una mamá para sus hijos, hasta el príncipe azul, romántico y siempre pendiente de ella, que acaba siendo un auténtico pelmazo.

La Shatunga: otros libros del autor


¿Quién escribió Historia de una mujer plantada? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Historia de una mujer plantada — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Historia de una mujer plantada " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Índice Gracias por adquirir este EBOOK Visita Planetadelibroscom y descubre - photo 1
Índice

Gracias por adquirir este EBOOK

Visita Planetadelibros.com y descubre una
nueva forma de disfrutar de la lectura

¡Regístrate y accede a contenidos exclusivos!

Primeros capítulos

Fragmentos de próximas publicaciones

Clubs de lectura con los autores

Concursos, sorteos y promociones

Participa en presentaciones de libros

Comparte tu opinión en la ficha del libro y en nuestras redes sociales - photo 2

Comparte tu opinión en la ficha del libro
y en nuestras redes sociales:

Picture 3Picture 4Picture 5Picture 6Explora Descubre Comparte L A S HATUNGA H ISTORIA DE UNA MUJER PLANTADA - photo 7Explora Descubre Comparte L A S HATUNGA H ISTORIA DE UNA MUJER PLANTADA - photo 8

Explora Descubre Comparte

L A S HATUNGA

H ISTORIA DE UNA MUJER PLANTADA

Carmen acaba de cumplir 29 y en su propia fiesta de cumpleaños un chico la deja - photo 9

Carmen acaba de cumplir 29 y en su propia fiesta de cumpleaños un chico la deja plantada… por enésima vez en su vida. Al día siguiente, cuando se despierta en la cama junto a su mejor amigo tras una borrachera, toma la decisión de cambiar su vida y, para conseguirlo, su propia terapia va a ser recordar todas las historias que ha vivido con los hombres: desde el estudiante de medicina que desaparece después de haberse sacado el MIR o el cuarentón que busca a una mamá para sus hijos, hasta el príncipe azul, romántico y siempre pendiente de ella, que acaba siendo un auténtico pelmazo.

Dedicado a todas aquellas personas a las que plantaron alguna vez
pero que nunca perdieron la esperanza ni la sonrisa.

También a mis amigas Isa y Alia por dejarme escuchar sus risas cada vez que pasaban páginas y páginas de este libro.

Y por supuestísimo, gracias a todos y cada uno
de los chicos que conformaron este libro, porque sin ellos
nada de esto hubiera sido posible.

«Las lágrimas del pasado son las sonrisas
del presente y los euros del futuro».

CAPÍTULO I
Yo tenía una granja en África

H oy es mi cumpleaños: cumplo mis últimos veintinueve y, estando ya al borde del abismo, sigo soltera. Parece mentira que aquello que me dijeron cuando era aún una niña inocente e ilusa fuera a tomar casi la misma forma en la realidad:

Muchos perros, muchos hijos, mucha retención de líquidos, muchos hombres, pero, eso sí, todos con el ex delante.

Así fue como una inocente tarde de 1999 mis hermanas, mi padre y yo jugábamos a imaginar cómo sería nuestro futuro una vez pasada la inmortalidad de la niñez. Recuerdo perfectamente cómo mi padre describió y escudriñó mi futuro. Por si os lo preguntáis, mi padre no es adivino, ni mago, ni tiene un sexto sentido estratosférico ni nada de eso, pero lo que sí que tiene es el poder más valioso de todos: el poder de la mente. Con el uso de la lógica y la todología, es capaz de saberlo todo, y por mucho que me hiciera rabiar con sus opiniones e imposiciones, siempre acababa teniendo razón. Y hoy por hoy no va mal encaminada la cosa.

Lo cierto es que, en su historia imaginaria pero factible, mi futuro escondía grandes y rocambolescas historias que dejaban un auténtico legado a mis pies: casada una y otra vez, divorciada dos y tres y una más… había conseguido en parte mis objetivos casamenteros y, aunque fuera de forma momentánea, los había hecho míos por lo menos unos minutos. Quien me conozca sabe que soy una enamorada del amor, y eso me hace llevar el cartel de tonta y estúpida en la frente como quien lleva una camiseta de los Ramones sin saber realmente de qué va la vaina. Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra y creo firmemente que soy la presidenta de dicha comunidad, no porque lo pretenda, sino porque quiero creer tanto en lo que me cuentan que, a veces, construyo mis propias fantasías con lo que nunca me dijeron y, por lo tanto, hago de la nada lo que quiero.

Pero volvamos al tema de mi futuro aparentemente distópico…

A mi alrededor correteaban mis cachorrines, mis niños, mis bebotes… Eran los perros que siempre había deseado. Por ahí detrás, entre el fango y la hierba seca, unos cuantos niños, que resulta que venían cada uno de una historia diferente, jugaban llenos de barro y con los pelos rubios encaracolados y enmarañados. No alcanzaba a ver cuántos de ellos había porque la retención de líquidos me oprimía los tobillos y el simple hecho de ponerme en pie para tener una mejor vista sobre lo que hacían mis queridos y apestosos querubines me hacía perder el poco equilibrio que me quedaba después de haberme convertido en una especie de Homer Simpson en femenino, con su vestidito de flores y su boina de gordi gordi. La cosa es que mis cachorrillos y mis descendientes corrían aparentemente felices por mi granja, heredada, por supuestísimo, porque yo jamás podría permitirme algo así. Seamos francos, la granja estaba en ruinas y bastante mugrienta, algo que pegaba perfectamente con ese halo de decadencia y abandono que me rodeaba a mí, a los míos y a mi propia voluntad. Debió de ser una de las pocas ventajas de casarse con un hombre con tierras.

Mira, Carmen, toda la tierra que baña la luz es nuestro reino. El tiempo que dura el reinado de un rey asciende y desciende como el sol. Algún día el sol se pondrá en mi reinado y ascenderá siendo tú la nueva reina.

Olé, claro que sí, pa mí pa siempre… Aunque, ya que estaba, me podría haber leído la letra pequeña y haber comentado la precariedad y el estado en el que me dejaba el reino. En fin, qué más quería yo, si desde mi mecedora podía controlarlo todo a golpe de abanico en el pechito. Estaba creando mi propio ejército, pero ¿para qué? No sé, eso se lo tendréis que preguntar a mi padre.

Cuando escuchábamos todas las peripecias que mi padre espetaba, recuerdo que nos reíamos, ya fuese por complicidad, por exageración o por la simple, remota, pero plausible posibilidad de creer que todo lo que decía podía convertirse perfectamente en una realidad palpable. Eso hoy en día da auténtico miedo, pero por aquel entonces éramos unas niñas y nos divertía chincharnos las unas a las otras con estos futuros alternativos que se «inventaba» mi padre. Futuros y sinos que rozaban el patetismo, pero que ante todo eran muy divertidos. Y, curiosamente, esa diversión patética fue lo que pocos años después se convertiría en el nexo de unión de todas y cada una de mis historias.

Pero no nos adelantemos. Todavía tengo veintinueve años, aún no se me han hinchado los tobillos, y eso significa que todavía puedo cambiar las cosas. Será mejor entonces que deje mi cerveza a un lado y me ponga un vasito de agua mientras empiezo el relato de mi vida.

CAPÍTULO II
Salto al vacío

M e levanto de mi cama de matrimonio no practicante, recorro los dos metros de mi estudio hasta el ala norte de la habitación y me meto en el baño. No puedo evitar no mirarme en el espejo y siento de repente un gran y profundo alivio al ver que todo sigue en el mismo y descolocado sitio que el día anterior, y eso me calma. Parece que mi cuerpo y mi reloj biológico aún no se han dado cuenta de mis casi treinta y, por ende, de mi cercanía a la premonición paternal. Intento hacerme algo nuevo en el pelo, pero estoy en modo Leónidas y, como todo el mundo sabe, un pelo rizado al despertar es algo indomable que es mejor no intentar cambiar, no vayas a hacerte daño. Así que trato de hacerme un moño más o menos simpaticón en lo alto de mi quijotera, recordando, eso sí, la cantidad de veces que los hombres me han dicho que los moños no son bonitos. Pero me da igual: si un moño va a cambiar la percepción o el sentimiento que tienes hacia mí no mereces la pena. Y así me ha ido. Nunca un moño creó tantas distancias y desavenencias en el terreno del amor, pero, jobar, ¿el amor es tan inestable y variable que un simple y fruncido moño puede acabar con él?, ¿de verdad el problema era el moño?, ¿mi moño? Será mejor que me lo quite y me meta en la ducha. Tengo que hacer tábula rasa en este día que comienza.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Historia de una mujer plantada»

Mira libros similares a Historia de una mujer plantada. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Historia de una mujer plantada»

Discusión, reseñas del libro Historia de una mujer plantada y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.