Yohali Reséndiz - Violar desde el poder: Abuso Sexual, acoso y pederastia de politicos mexicanos

Introducción

Con este trabajo de investigación busco llamar la atención del lector para denunciar el abuso sexual cometido desde el poder político. El más aberrante y oscuro delito en nuestra sociedad que ve la luz en estas páginas con los testimonios desgarradores de las víctimas y sus familias, quienes se niegan a habitar un mundo paralelo de silencio y dolor. Las víctimas incluidas en este libro llevan meses—incluso años—defendiéndose de las constantes acciones canallas de servidores públicos sordos y ciegos que todos los días las obligan a hincarse y clamar por justicia. Violar desde el poder retrata la falta de aplicación de protocolos y de impartición de justicia y, también, el peregrinar de las víctimas para que los agresores tengan una sanción real y efectiva.

Es necesario leer los casos con un juicio crítico y una mirada objetiva para que al conocer otras denuncias de abuso sexual infantil, abuso sexual, pederastia o violación equiparada, podamos ser solidarios y respetuosos de los procesos de las víctimas, unirnos como ciudadanos a la exigencia de justicia y rechazar la impunidad. Si continuamos siendo indiferentes, las injusticias seguirán: no es sólo el agresor el que viola, sino una larga cadena de servidores públicos y políticos quienes solapan este delito pocas veces castigado con severidad. Por ello, desde hace tiempo los violadores se saben impunes; por esto, tenemos el primer lugar a nivel mundial en la comisión de este degradante delito. Los agresores cada vez tienen más confianza en las autoridades por el arropamiento que les da el poder, contando incluso con un amparo presidencial.

No se debe dejar de denunciar cuando se sabe que un agresor aspira o está en el poder. Se tiene que seguir señalando a quienes violan, lastiman, violentan, agreden. Se debe y tiene que escribir el nombre y apellido de quienes corrompen las leyes e invisibilizan a las víctimas. No debemos claudicar ante esta lucha, así como las familias lastimadas no ceden a las circunstancias adversas que enfrentan. Si hay que cuestionar el orden establecido, hagámoslo. Necesitamos tomar conciencia de que cuando el estado viola a través de estos hombres, tenemos que hacerle frente; callarlo es mutilar el espíritu de quien lo vive y sufre.

Contrario a lo que se cree, este tipo de delito sin castigo no es exclusivo de los sectores más deprimidos de la sociedad; se da en todos los niveles y, en muchos casos, la riqueza y el poder de los agresores sirve para comprar conciencias y libertad. Las causas de estos delitos son tan incomprensibles como el espíritu de la violencia que prolifera en nuestra sociedad, al igual que la falta de acceso a la justicia, donde médicos legistas, legisladores, ministerios públicos, jueces, psicólogos, abogados y profesionales que deberían velar por los derechos de las víctimas se convierten en un adorno y aliados de los victimarios.

El acceso a la justicia depende de la incapacidad o capacidad de quienes la imparten: si son incapaces de dar justicia a quienes denuncian también lo serán con quienes aún no deciden hacerlo. De nada nos ha servido la incredulidad, la burla, el escepticismo y hostilidad cuando conocemos un caso así. Seguiré insistiendo en que el abuso sexual es uno de los problemas que requieren una acción masiva inmediata para su solución. Nuestra sociedad no puede ser saludable en tanto existan miles de familias enfermas del alma clamando justicia.

Junio de 2022