Si buscas algo que atesorar y que no pueda ser arrancado de ti bajo ninguna circunstancia: ATESORA SABIDURÍA.
Todo libro que se considera una obra, ya no digamos obra maestra, es digno de ser leído. ¿Por qué? Porque cada vez que lo vuelves a leer puedes comprender nuevos ángulos, tal vez entiendas otras cosas de las que en la primer lectura no te hayas percatado. Francesco no es la excepción, es un libro que se debe leer con sumo cuidado, contiene conocimientos mágicos y estrategias espirituales donde se sentirá totalmente identificado con el personaje. Podrá vivir una de la aventuras más bonitas de su vida, aprenderá a perdonarse y a perdonar, se dará cuenta de que esa gente linda que pasó por nuestra vida y que cruzó la línea del cielo antes que nosotros, los que amamos y ya partieron, tienen, como uno de los objetivos, poder comunicarse con quienes quedamos en este plano. Además podrá identificar cómo será el encuentro con su alma gemela.
Este libro es un bestseller gracias a todos los lectores que eligieron a Francesco. Mientras lo vaya leyendo, pensará a quienes se lo puede regalar.
Esta historia es real, quienes conocen la magia que produce este libro saben muy bien que Francesco será un nuevo compañero para la vida, que emprenderá después de conocerlo a través de las palabras de la autora.
No dude en que, en su mesita de noche, Francesco lo estará acompañando.
Si hubiera tenido que escribir este prólogo tan sólo habiendo leído el texto de Yohana García, ante la bella sorpresa de encontrar temas del alma expresados con profunda compasión, además de la fluidez y el encanto con que son narrados, éste no hubiese variado; yo me hubiera perdido lo que ahora sí puedo decir que tengo: la dicha inmensa de conocer a esta mujer sabia y noble, y de considerarme su amigo.
Entre los muchos seres luminosos que hemos descubierto en este último trayecto vital, gracias a la existencia de “Un mundo mejor”, Yohana ocupa un sitio altísimo, ganado a fuerza del amor incondicional y de la generosidad con que, siempre y en todo lugar, nos dio lo mejor de sí misma. Y eso fue ciertamente mucho, todo el tiempo.
Yohana habla y embellece cualquier tema sobre el que se le pregunte, sin descartar obviamente la gravedad de muchas de esas inquietudes. Tiene el don de hacer fácil la comunicación entre las personas y de darle a cada una lo que parece estar esperando como contención de afecto y valorización individual.
No hay lugar, que hayamos recorrido, donde no nos digan cuán honda emoción y profundo placer les causa el escuchar a esta mujer tan joven, que despliega un arco iris de elementos, para que todos puedan intuir que, en algún punto de esa exposición, estamos todos representados, y que la forma de aceptar hechos, de apartar sufrimientos y crecer, y de convertir la evolución en gozo es una bendita responsabilidad y derecho que debemos practicar, con absoluta convicción sobre nuestra naturaleza divina.
Yohana nos regala su libro que tiene un pie en la Tierra y otro en el Cielo. Un pie en las primeras gotas de lluvia y otro, en el océano abierto e infinito. Yohana nos habla de incertidumbres y revelaciones. De sufrimientos elegidos y de la posibilidad rápida de liberarse de ellos. Nos cuenta las maravillosas etapas de la liberación como único camino consciente de plenitud.
Yohana nos pinta un perfecto retrato de cielos y purgatorios; pero apuntando en cada línea, con la emoción más genuina e incluso con humor, a que sepamos que la gracia divina está viniendo vertiginosa, desbordada de retribuciones, para quien se entrega a ella con devoción y fe.
Yohana nos habla del tránsito de un alma. Del camino que conduce, una y otra vez, al aprendizaje, que se cierra cuando nos ganamos el éxtasis merecido.
Su libro nos enseña a no temerle a la muerte y a abrazar la existencia en plenitud, en concreto, a convertirnos en dueños de nuestras acciones, entendiendo hacia dónde van dirigidas y hacia dónde regresan, en instancia automática y final.
El texto del alma de Yohana nos permite escuchar la voz de la conciencia y expandir el corazón y la mente, para que la energía fluya en plenitud hacia lo mejor de nosotros mismos.
¡Qué dicha leer sus páginas y sentirnos parte de esa aventura, que ya tantas veces habremos vivido y a la que quizá debemos regresar, claro que cada vez con más elementos rotundos que nos permiten comprender la verdadera felicidad!
Ojalá disfruten la poesía que emana de cada idea y la coherencia del relato; seguramente inspiraron a Yohana seres de luz que, desde su plano evolutivo, asisten a otros que estamos dormidos, para que podamos recuperarnos de la amnesia y despertemos con rapidez, recordando que se trata de estar vivos.
CLAUDIO MARÍA DOMÍNGUEZ
En el transcurso y el tiempo de nacido que tiene este libro, no he podido dejar de sorprenderme de la cantidad de señales que he recibido del propio Francesco.
Todo lo que pueda contar tal vez llegue a sorprenderte. Quizá en alguna conversación podemos encontrarnos, contarnos qué nos ha pasado con este personaje. Porque estoy segura de que todos los que deseamos vivir en el amor y la paz, iremos construyendo un mundo mejor.
I
El regreso
Cuando el espíritu se desprende de la materia va en busca de su propia liberación.
Tu espíritu es como una lámpara que irradia luz; cuando está en contacto con el cuerpo, lo único que lo opaca es la mente.
Después de haber realizado un largo viaje, Francesco se encontró en un lugar desconocido.
Entonces se empezó a preguntar:
¿Dónde estoy? Huelo un aroma muy dulce parecido al de las rosas, y también el aire está impregnado de… no sé. Creo que es canela o miel. Siento una brisa casi imperceptible, que me hace sentir liviano. Totalmente liviano sin peso, sin cuerpo.
Es como si estuviera rodeado por suaves copos de algodones, mullidos, de color pastel.
Todo el fondo de lo que veo es rosa y celeste, pero tiene algo especial que nunca antes había visto.
El cielo, en algunos lugares, desprende destellos dorados. Escucho música… ¡es suave como un murmullo!
Parece música celta, semejante al canto gregoriano de voces armoniosas.
Una temperatura agradable me rodea y puedo sentir una sensación de plenitud como hacía años no sentía.
¿Dónde estoy, dónde está mi gente, mi familia o algún conocido?
Veo personas que pasan a mi lado, todas de blanco; sus ropas parecen de lino transparente. Esos colores tan particulares, ¿qué serán?
Y toda esta gente que pasa y me mira… todos me sonríen; algunos llevan en sus manos libros, y otros llevan cosas raras que no son fáciles de reconocer.
En todos estos minutos que llevo en este lugar me han aparecido ciertos pensamientos raros…
Tal vez esté soñando. Posiblemente sí. ¡Cuando me despierte, ya no los recordaré! Los sueños siempre se me olvidan al despertarme. ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué estoy esperando? Tal vez pueda preguntarle a alguna de estas personas tan particulares.
¿Cuánto tiempo hace que estoy? Bueno, después de todo no sé de qué me quejo.
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