Jean Scrocco ha sido mi guía y mi inspiración durante veinte años, no sólo en el arte sino en todos los aspectos de mi vida. Sin ella, este libro nunca se habría realizado. Es sólo gracias a su entrega, su amor, su dedicación y su perseverancia que ha visto la luz. Le dedico este libro con amor, respeto y una admiración que no conoce límites. — Greg
A mi esposa Rita, que hizo posible que yo ilustrase los calendarios de Tolkien. Me regaló el calendario de 1975 por Navidad. En el reverso se invitaba a ponerse en contacto con el editor a aquellos dibujantes interesados en ilustrar El Señor de los Anilllos. Si no hubiese recibido ese regalo, nunca habría llamado. — Tim
Queremos dar las gracias a las siguientes personas por su ayuda y apoyo para hacer de este libro de arte una realidad:
Jean Scrocco
Candace Raney
Sharon Kaplan
Jacqueline Ching
Ellen Greene
Gregory Hildebrandt, Jr.
Glenn Herdling
Ian Summers
Kevin Dobler
Keith Garletts
Mark Ramanoski
Bob Petillo
Alex Horley
Jack Fassnacht, esq.
— y a todos de los que nos olvidamos.
E ra un día de nieve de febrero de 1975. Yo estaba dando los últimos retoques a las cubiertas de los libros de junio cuando Renée, la recepcionista, me llamó:
—Ian, hay unos señores que quieren verte.
Como sabía que no tenía ninguna cita para ese día, le pedí que les dijera que volvieran en otro momento.
—Ian, tienes que ver esto.
Confié en Renée y salí de mi despacho, al que algunos llaman «la pajarería», por la jaula llena de periquitos que un diseñador me regaló una Navidad. En la recepción había una pareja de gemelos idénticos, barbudos, mojados, vestidos con vaqueros manchados de pintura, gafas gruesas, y con una actitud encantadora. Busqué con la mirada sus portafolios. Sólo había dos bolsas de basura de color verdinegro en una esquina, seguramente olvidadas por el turno de noche.
Les sugerí que volvieran cuando llevaran sus portafolios y que concertaran una cita. Uno de ellos dijo (o quizá fue al unísono, ya que más adelante sabría que acostumbraban a hacerlo):
—Hombre, dibujos. Dibujos de Tolkien. Nosotros los hacemos.
Cada uno de ellos cogió una de las bolsas de basura, y las vaciaron sobre el suelo de la recepción. Greg estaba de rodillas, alisando trozos arrugados de vitela adornados con unos dibujos exquisitos basados en El Señor de los Anillos. Quedé cautivado. Se diría que quedé boquiabierto. Había estado buscando dibujantes especiales para hacer los calendarios de Tolkien. Los había encontrado.
Llevé rápidamente a los hermanos a «la pajarería» y llamé a Judy-Lynn y a Lester del Rey, los editores de fantasía y ciencia ficción de Ballantine Books, y al editor Ron Busch. En una semana ya habíamos firmado los contratos y había encargado a los hermanos que realizaran las catorce pinturas para el Calendario Tolkien de 1976.
El departamento artístico al completo se alegraba cada vez que Tim y Greg traían sus fantásticas ilustraciones (normalmente los viernes por la tarde, ya que los gemelos sabían que, al final de la semana, ofrecíamos vino tinto y pizza). La entrega de cada pintura era todo un acontecimiento. El arte estaba realizado en largas láminas de conglomerado, con una técnica acrílica refinada por los gemelos. Acababan una pieza entera cada dos o tres semanas.
«Ian Summers era uno de los mejores directores de arte con los que jamás he trabajado. Les daba a las dibujantes libertad de expresarse sin dirigir demasiado su obra.» — Greg
Adiós a Lothlórien, 2000
«Durante la época en que pintamos los calendarios de Tolkien, trabajamos con Ian en cubiertas para libros de ciencia ficción y fantasía. Era único en no obligarnos a estancarnos en un solo género.» — Tim
Entre sus visitas a Nueva York, yo les visitaba en el granero de Greg, en West Orange, New Jersey. Era siempre algo especial. Había disfraces, niños, música, a veces gente tocando la guitarra o la flauta. También tenían Polaroids de amigos y vecinos vestidos con trajes diseñados por Greg y Tim y confeccionados por Rita, la esposa de Tim. Había algunas obras de referencia, como trabajos de Maxfield Parrísh, N. C. Wyeth, Howard Pyle y los grandes animadores de Disney, los héroes de los gemelos. Los hermanos conjuraban imágenes de otros mundos, y en verdad el estudio parecía de otro mundo.
El calendario se entregó a imprenta en agosto y las pruebas, a principios de septiembre. Para celebrarlo, comimos en La Maganette, un elegante restaurante italiano situado junto a Random House, en la calle Quince del Este. El local tenía una cafetería en la calle. Había un gran revuelo y, cuando miré, allí estaban Greg y Tim vestidos con capas y sombreros de copa con plumas. Le daban las pruebas de imprenta a la gente que pasaba por allí y les decían, con un gesto teatral: «¿Qué tal? ¿Qué tal?». Todo el mundo cantaba una especie de versión de los Hildebrandt de El Mesías de Handel. Nos reímos durante horas. La risa y el escándalo eran lo que caracterizaba nuestra relación.
El Calendario de Tolkien de 1976 tuvo más publicidad de lo que nunca hubiéramos imaginado. Enseguida se convirtió en el más vendido del mundo. Rápidamente encargamos a los hermanos dos calendarios más. Cada uno fue mejor que el anterior, y el primero ya era una obra maestra. Preparé una exposición con las creaciones de los hermanos en el Cornell Club y en la Asociación de Ilustradores. La gente todavía recuerda las obras más de veinticinco años después, y son artículos muy apreciados entre los ilustradores y los fans.
Llegó un montón de cartas de los admiradores. Estaban llenas de alabanzas, pero también había extensos escritos con críticas. Para algunos, las versiones de los Hildebrandt no se parecían a su propia visualización de los textos de Tolkien. Eso es porque cada lector puede imaginar cómo es cada personaje y cada lugar. Los Hildebrandt removieron la sopa de los fans, y a todos nos encantaba ver cómo salían las burbujas a la superficie.
En 1978 dejé Random House y fundé Summers Books. Judy-Lynn del Rey me encargó que escribiera y diseñara The Art of the Brothers Hildebrandt, una recopilación de sus pinturas de ciencia ficción y fantasía. Era una oportunidad de contribuir a la leyenda que se estaba formando alrededor de Tim y Greg.