Diseño de la portada: el autor.
en cuyo caso se especifica el hecho y la fuente de la que se ha obtenido la imagen.
Ni falta que me hacía.
A ellas dos les debo todo.
contar mi irrelevante historia a los cuatro vientos.
Prefacio
Cuando Pedro Gómez-Esteban, el dueño y editor del blog www.eltamiz.com , me pidió tiempo ha que escribiera algún artículo para publicar en Elcedazo, pensé que se había vuelto loco.
Elcedazo ( www.eltamiz.com/elcedazo ) es un blog comunitario que, dentro de eltamiz (uno de los mejores blogs de ciencia en español), ofrece un lugar idóneo para que personas que, como yo, no queremos complicarnos la vida creando y administrando un blog pudieran publicar artículos o trabajos interesantes que quisieran dar a conocer a la comunidad.
No creía yo que la historia, o mejor, las vivencias de un informático de los tiempos del cólera tuvieran mucho interés para los seguidores del blog, pero luego algunos otros asiduos también me pidieron lo mismo… así que por fin me decidí a escribir algunos artículos, no sólo contando mi irrelevante historia sino, además, divulgando parte de mis conocimientos y experiencias a lo largo de treinta y cinco años de profesión, cosa que sí me pareció que pudiera resultar interesante para algunos.
Y eso es lo que hice. Entre enero y julio de 2009 se publicaron veintitantas entradas de la “Historia de un Viejo Informático” en elcedazo, bastantes más de las que preveía al principio, y me ha sorprendido sinceramente la cálida acogida que los lectores tuvieron para tanta historia obsoleta. Así que seguí escribiendo más y más artículos…
…Y de esta manera hemos llegado hasta aquí.
Ésta es una recopilación, corregida y aumentada, pero sobre todo corregida, de los artículos publicados en elcedazo. Una parte de la estructura de la serie permanece en los capítulos, pero he decidido mantenerla así para facilitar, en su caso, la consulta del artículo correspondiente de la serie, dado que allí aparecen, además del texto, un montón de enlaces a páginas muy interesantes que, por motivos obvios, no es posible trasladar aquí.
Decidir el tono que deberían mantener los artículos me llevó alguna reflexión. Pensé que si usaba un tono académico y formal, teniendo en cuenta lo largos y densos que iban a ser todos y cada uno de los artículos, probablemente conseguiría que los lectores se aburrieran y dejaran la lectura.
Como mi objetivo era, por encima de todas las cosas, divulgar temas muy técnicos para los no iniciados, decidí que los artículos deberían mantener un tono cercano y desenfadado, divertido en ocasiones, que intentara precisamente dar una idea de lo divertida que es (o, al menos, ha sido) mi profesión y de lo bien que yo, personalmente, lo he pasado trabajando quince horas diarias y deseando volver al día siguiente a seguir trabajando un poco más… Y ese mismo tono desenfadado es el que he decidido mantener aquí, en realidad por las mismas razones: se pueden contar cosas muy interesantes de forma amena y sin necesidad de aburrir hasta a las ovejas… lo que no quiere decir que yo lo haya conseguido, claro.
Ahora bien, ese estilo desenfadado y lenguaraz no debe ocultar que la información contenida en cada capítulo es, hasta donde he podido, rigurosa, cierta y, espero, de utilidad para colegas que están empezando o atacando problemas que quizá otros hayan ya atacado.
No sólo anécdotas, chismorreos, curiosidades e historias varias encontraréis aquí, que también; hay mucha información sobre experiencias, métodos, técnicas y herramientas, muchas de ellas hoy en día obsoletas y prácticamente desconocidas, pero otras quizá igual de desconocidas, pero de una utilidad fuera de toda duda. Toda esta información que he ido atesorando con los años me gustaría que otros la pudieran aprovechar, una vez que se acerca el final de mi vida laboral y mi jubilación… ¡si es que el Gobierno de turno me deja jubilarme!
De las mucha tecnologías posibles que en la informática han sido desde mis comienzos, en los primeros años setenta, sólo hablaré aquí de aquellas en las que he estado personalmente involucrado en algún momento (o en muchos) de mi vida profesional… pero es que veréis que son bastantes.
Debido a una serie de circunstancias, entre las que no es la menor el que yo sea un culo de mal asiento, he tenido la oportunidad de estar presente en muchas de las movidas tecnológicas que han tenido lugar a lo largo de los años, así que igual hablaré de características de máquinas, como de métodos de desarrollo, herramientas software, problemática comercial… Pero no esperéis que hable en profundidad de algunas tecnologías, como AS/400, o Java, o Linux… no tengo conocimiento suficiente para poder hilvanar más de cuatro frases coherentes sobre cada una, que es incluso menos de lo que se puede encontrar en cualquier obra de referencia, como la Wikipedia, por ejemplo.
Aunque he buscado información en diversas fuentes para documentar de la mejor manera posible cada episodio, he de decir aquí que la principal fuente de la que he sacado la información es mi memoria, mi vieja, cansada y selectiva memoria, que, si hemos de creer a los neurólogos, con el transcurso del tiempo desecha, por inútil, lo superfluo y se queda sólo con lo que de verdad es importante… si en mi caso es así o no, lo podréis comprobar leyendo las páginas siguientes.
Algún lector bienintencionado solicitó en alguna ocasión que sería conveniente que diera referencias externas, quizá de la Wikipedia… pero es que en realidad estas Memorias de un Viejo Informático son una “fuente primaria”, casi como las memorias de un político o un deportista. En efecto, casi todo lo que aquí se puede leer ha sido extraído directamente de mi memoria o, en algún caso, de mis papeles amorosamente guardados a lo largo de los años, y como tal deben tomarse: como las memorias de un informático de los tiempos gloriosos, nada más.
En cualquier caso, nunca he tratado de escribir una “Historia Oficial” de nada. Es mi historia, y en ella prevalecen siempre mis recuerdos sobre cualquier otra información que haya podido encontrar en la Red o en cualquier otro sitio sobre los artilugios y acontecimientos que narran estas líneas; es posible que en ocasiones mis viejos recuerdos discrepen de lo normalmente aceptado, pero al fin y al cabo, repito, estoy escribiendo mi historia, tal como yo la recuerdo… y con la máxima honradez que me es posible. Eso es lo único que os garantizo: Que contaré las cosas honradamente, tal y como yo las viví en su momento y sin adornos florales de ningún tipo.
Pero tened indulgencia, mi vieja memoria va y viene… así que igual os cuento las mismas cosas en varios puntos diferentes del relato, mientras que otras más importantes me las dejaré en el tintero. ¡Qué se le va a hacer! Esto es lo que hay y, por más que me empeñe, nunca volveré a tener treinta años, así que pido perdón de antemano por los inevitables lapsus que cometeré.
Disfrutad, pues, de estas “