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Jorge Valdano nació en Las Parejas, provincia de Santa Fe (Argentina), y casi lo hizo con un balón en los pies. Ha sido jugador y entrenador de élite en equipos de dos continentes, como el Newell’s Old Boys de Rosario, con el que ganó un campeonato argentino, o el Real Madrid, con el que consiguió dos ligas (otra más como entrenador) y dos Copas de la UEFA. Con la Selección Argentina, además, ganó el Mundial de México de 1986.
En el Real Madrid ha ocupado el cargo de director deportivo y el de director general. También ha dirigido la Escuela de Estudios Universitarios Real Madrid en la Universidad Europea, especializada en educación superior. Además, ha sido socio fundador de la empresa Makeateam y colabora con diversos medios de comunicación, como la cadena SER y Bein Sports (España), y TV Azteca y el diario Récord (México). También imparte conferencias a nivel internacional.
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Edición en formato digital: mayo de 2016
© 2016, Jorge Valdano
© 2016, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
Diseño de portada: Penguin Random House Grupo Editorial
Fotografía de portada: © Getty Images
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ISBN: 978-84-16029-79-2
Composición digital: M.I. Maquetación, S.L.
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Fútbol: El juego infinito
El nuevo fútbol como símbolo de la globalización
J ORGE V ALDANO
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«El fútbol es un juego emocionante que, sin embargo, no tiene corazón.»
No existe ningún otro fenómeno social que, como el fútbol, se haya adaptado con más naturalidad a la globalización. A pesar de tratarse de un juego en apariencia tan primitivo y alérgico en su práctica a la tecnología, se ha incorporado con enorme facilidad a todos los vehículos de comunicación: prensa, radio, televisión, internet y todas las variables de redes sociales existentes y por venir. Y en este proceso, se ha convertido en un negocio planetario, que explota la emoción, que necesita de héroes y al que ya no le alcanza el resultado para seducir. Un juego de pobres que mueve una industria de ricos.
En Fútbol: El juego infinito , Jorge Valdano repasa los diferentes actores que participan en este espectáculo, y describe cómo cada uno de ellos se ha adaptado a esa nueva realidad global del fútbol. Cómo el juego en sí mismo ha cambiado, transformando el papel de los entrenadores y de los jugadores, a quienes ha convertido en nuevos héroes planetarios. Explica cómo, en definitiva, el fútbol es hoy un negocio sin fronteras que genera una emoción en perpetua renovación, y que convierte a los aficionados en clientes.
Durante mi niñez solo tenía una obsesión: la pelota. Estoy
convencido de que a mi nieto lo desvelará una camiseta de su
equipo, porque la fascinación que producen los héroes ya tiene
más fuerza que el juego mismo. Mi nieto no sabrá que en
el instante en que compre esa camiseta, pasará de hincha a
cliente para activar un negocio cada vez más grande.
J ORGE V ALDANO
Introducción
E scribir sobre fútbol es escribir sobre hombres que juegan o ven jugar. Escribir sobre fútbol es escribir sobre una pasión y las pasiones son exageradas por naturaleza. En definitiva, escribir sobre fútbol es escribir sobre un juego exageradamente humano.
Si el fútbol fuera una persona, se moriría de risa de los teóricos como yo. Porque, aunque desmontemos el juego con un destornillador, nunca sabremos todo lo que hay dentro. Es un recipiente gigantesco en el que cabe todo: emociones, ilusiones, cataclismos, sueños, pesadillas, opiniones, desencuentros, polémicas… Todo vuelve a empezar en cada partido, en un ejemplo de energía renovable que convierte el fútbol en un juego incierto, en un espectáculo maravilloso, en una industria creciente y en un fenómeno social inagotable. Fútbol: el juego infinito es un título que le robé a Juan Sasturain con todo el derecho que me da la admiración que le tengo. Un homenaje, si lo prefieren. La primera vez que se lo oí fue en un estupendo documental sobre la final de la entonces llamada «Copa Intercontinental» entre Boca Juniors y Bayern Munich en Japón. Juan acompañó a su querido Boca con una cámara. Cruzó medio mundo, recabó opiniones, hurgó en la cultura japonesa, en los contrastes entre lo alemán y lo argentino cuando la pelota gira, en los desvelos de los hinchas. Boca perdió y, en circunstancias así, el viaje de regreso es una condena. El documental termina una semana más tarde, cuando Juan sube la escalera de la Bombonera con el rugido de la afición de fondo para ver un partido más de Boca. Fue entonces cuando dijo la feliz frase: «El fútbol es infinito», que sonó entre resignada por la reciente frustración y esperanzada por el futuro. Juan es un intelectual que abraza lo popular con ideas que siempre miran un poco más lejos. También cuando habla, y lo hace con frecuencia, de fútbol. Como es natural, por supuesto le pedí permiso. Respondió con su humanidad de siempre. Gracias, querido Juan.
Lo que sí sabemos del fútbol es que se trata de una aventura colectiva en la que, en distinta medida, triunfan y fracasan todos, aunque nos encante santificar o crucificar a uno solo. Aunque nos encante tener razón. Bastan apenas algunos segundos para que, en medio de la guerra de nervios que todo partido crea, se desate un terremoto emocional. Lo que provoca ese espectacular temblor sentimental es una fuerza imprevisible que se llama fútbol y que, ya verán por qué, no nos deja en paz. Me falta una fórmula concluyente, pero mi teoría merece ser validada científicamente porque la comprobé miles de veces: el fútbol es un juego emocionante que, sin embargo, no tiene corazón. El que aspire a un mundo justo, que no vaya al campo. Al fútbol, como a la vida misma, le resultamos indiferentes. En ocasiones nos hace creer que somos felices, en otras que somos desgraciados, pero siempre parece reírse de nosotros… Solo son sugestiones. No hay nada personal.
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