Annotation
Una mística, aparentemente misteriosa, rige los destinos de la fortuna. ¿Por qué algunos acceden a la riqueza y la prosperidad, mientras otros nunca lo lograrán por más que se esfuercen? Por qué para muchos el dinero es más un prolema que un medio para aumentar su felicidad? El dinero es una forma de energía, una poderosa manifestación que usted puede llegar a controlar y utilizar en beneficio propio si aprende a conectar con la Fuente de la Prosperidad. En esta obra, Jack Lawson, autor del célebre bestseller "Endorfinas", explica de forma clara y precisa qué debe hacer para que el dinero no sea una limitación en su vida, y para que su existencia sea más rica y se realice con toda plenitud.
JACK LAWSON
La mística del dinero
EDICIONES OBELISCO
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Colección Nueva Consciencia La mística del dinero Jack Lawson
1ª Edición: diciembre de 1990
8a edición: mayo de 2005
Traducción: Julio Peradejordi
Diseño de cubierta: Enrique Iborra
© 1989, Jack Lawson (Reservados todos los derechos)
© 1990, Ediciones Obelisco (Reservados todos los derechos para la presente edición)
Edita: Ediciones Obelisco S.L. Pere IV, 78 (Edif. Pedro IV) 3.a planta 5.a puerta 08005 Barcelona-España
Tel. 93 309 85 25 Fax 93 309 85 23
Depósito Legal: B-18.923-2005
ISBN: 84-7720— 182-X
Printed in Spain
Impreso en España en los talleres gráficos de Romanyá/Valls S.A. Verdaguer, 1 — 08076 Capellades (Barcelona)
PRESENTACION
Cada vez somos más las personas que nos damos cuenta de que nuestra manera de ir por la vida no es precisamente la más adecuada, ni la más inteligente, ni la más gratificante, ni la más satisfactoria, ni...
Como quien tiene que atravesar corriendo una calle mientras está lloviendo a raudales, pasamos por la vida tensos, crispados, encerrados en aquello que fantasiosamente creemos que somos nosotros mismos. Como quien ha perdido la confianza en sí mismo y en todo lo que le rodea, vivimos desterrados, exilados en nuestra pequeña persona ignorando que somos mucho más de lo que creemos ser. Casi todos nosotros somos verdaderos millonarios en riqueza interior, pero como lo ignoramos nos comportamos como pobretones.
Deberíamos convencernos de una vez por todas que no es necesario ir por la vida como si ésta fuera una guerra y nosotros un soldado inexperto. Y esto por una sencilla razón: la vida no es una guerra y nosotros no somos soldados.
La vida es una sucesión infinita de posibilidades de ser feliz y nosotros somos los herederos legítimos de este tesoro. Renegar de él es una estupidez y no vivir la vida «a tope» es como ser rico y morirse de hambre.
Mucha gente es rica y se muere de hambre, y mucha gente es pobre y se muere de hambre. El resultado, a fin de cuentas, es el mismo: morirse de hambre.
Te parecerá increíble que hayan ricos que se mueran de hambre, pero aunque coman a dos carrillos es así. Si no sabemos disfrutar de la vida es como si nos muriéramos de hambre.
La vida puede ser vivida de otro modo y ya es hora de que nos demos cuenta de ello. Pero para vivir la vida de un modo diferente, más creativo, más pleno, más acorde con esa riqueza interior de la que hablaba, debemos estar dispuestos a cambiar, debemos aceptar que hemos de replantearnos algunas cosas y que tendremos que «soltar lastre» para avanzar ligeros más rápidamente hacia el único objetivo realmente importante: ser cada día más felices y propagar cada día más felicidad a nuestro alrededor.
Sin duda en más de una ocasión nos hemos planteado cambiar; hemos intentado deshacernos de la frustración, hemos querido liberarnos del conflicto o del dolor emocional y no lo hemos logrado. Sin duda nos hallábamos en una situación parecida a aquella que podemos vivir en una pesadilla: queremos avanzar pero parece que nuestros pies estén firmemente clavados en el suelo. Nuestros esfuerzos son vanos. Hay algo que impide que nos movamos, por muy claro que tengamos que hemos de movernos y por muy bien que sepamos en qué dirección hemos de hacerlo.
En ese algo se halla el problema que deberemos solucionar si queremos progresar en el camino de prosperidad que proponemos en este libro.
Es necesario que se realice un cambio en nuestra manera de ver las cosas, es preciso que tengamos bien clara qué dirección queremos tomar, pero es imprescindible que todo ello sea algo más que un planteamiento mental o intelectual, que una decisión o que una aspiración. Es absolutamente necesario que todo nuestro ser se entregue a este cambio.
«La vida es breve y el arte largo», decía el más famoso de los médicos griegos, el legendario Hipócrates. Esta gran verdad no ha cambiado. El arte de ser feliz no es una asignatura que dura un año o dos o diez. Es un arte, o sea algo que te va a reclamar lo mejor de ti mismo y durante toda tu vida. Y si sigues desperdiciando tu vida viviéndola convencionalmente, inconscientemente, no estás viviendo: estás muñéndote poco a poco, te estás muriendo de hambre.
Y, ¿qué tiene que ver el dinero con todo esto?, te preguntarás. Pues bien, muy fácil, aquello que debería ser un medio para lograr la felicidad se ha convertido por una suerte de misterioso hechizo o simplemente por culpa de nuestra estupidez, en un fin. Confundir los medios con los fines es algo peligroso de lo que no siempre nos damos perfecta cuenta. Imagínate que tu objetivo es saborear una cucharada de esa deliciosa mousse de chocolate que tanto te gusta e imagínate que tomas la cuchara con tu mano derecha y te pones a masticar la cuchara.
Has confundido el medio con el fin y pronto te vas a quedar sin dientes. Con el dinero ocurre algo parecido. Puede ser que para ti sea un medio o puede que sea un fin. ¡No te creas que es tan fácil de distinguir! Pero existe un truco que te desvelará cuál es tu situación con el dinero:
* Si «tienes problemas de dinero».
* Si no te sientes completamente feliz con lo que tienes.
* Si crees que estás mal pagado y deberías ganar más.
* Si piensas demasiado en el dinero...
es muy probable que tu relación con el dinero no sea la más sana.
Pero no te preocupes: eres el lector natural de este libro y has realizado una buena inversión comprándolo.
Querrás saber algo acerca del autor de estas páginas, y yo te diré que poco importa quién sea Jack Lawson. Lo que sí es interesante es decirte que fui durante años un editor sin éxito y sin futuro. Tenía que luchar contra la incompetencia manifiesta de mis colaboradores y la competencia feroz de mis competidores. Mis autores me tenían aterrorizado con sus pretensiones. ¡Tenía que pagar derechos de best-seller por libros que yo mismo había tenido que reescribir! Los dibujantes no me dejaban vivir con sus ínfulas de artistas incomprendidos. Los maquetistas habían logrado acabar con mi paciencia, los impagados con mi fortuna y, las pocas veces que me podía permitir un paseo por la ciudad, la sola visión de un banco me hacía sentir como un gorrión ante un buitre. Y no explico lo peor, porque no viene al caso.
En una situación límite pude asistir de fin de semana a un seminario sobre prosperidad y autosuperación. Entonces comprendí qué giro terna que dar mi empresa y de qué manera tenía que cambiar yo mismo: rompí con la mayoría de mis autores, saldé gran parte de mi stock y... ¡me puse a escribir!
