Abdón - Manual FEDAS - Buceador una estrella

MANUAL FEDAS

BUCEADOR
UNA ESTRELLA

(INICIACIÓN)

ESCUELA NACIONAL DE ACTIVIDADES
SUBACUÁTICAS - E.N.A.S.

FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE
ACTIVIDADES SUBACUÁTICAS - F.E.D.A.S.

CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES

CONFÉDÉRATION MONDIALE DES
ACTIVITÉS SUBAQUATIQUES - C.M.A.S.

Copyright © 1990 Federación Española de Actividades Subacuáticas, Santaló, 15, 3.°.
08021 BARCELONA
Primera edición: Julio de 1990

Printed in Spain - Impreso en Espa ñ a
ISBN:84-404 7506 3-D LB-31357-90

Impres a Gayban Grafic, S.A.; Almirall Oquendo, 1-9; 08020 Barcelona

INSTRUCCIONES PARA EL ALUMNO

1. Leer cada lección antes de la sesión teórica correspondiente.
   1. Cortar el cuestionario de la lección leída, escribir en él las respuestas correctas
      y los datos personales requeridos.
   2. Al llegar a la clase para asistir a la sesión teórica, entregar al Instructor el cuestio
      nario correspondiente a la lección a tratar debidamente cumplimentado.
   3. Atender al audiovisual teórico.
   4. Participar en el coloquio con el Instructor, pidiendo aclaración sobre cualquier
      duda respecto al contenido de la sesión.
   5. Realizar el test que facilitará el Instructor, devolviéndoselo debidamente cumpli
      mentado con los datos de identificación requeridos.
   6. Atender al audiovisual práctico sobre la siguiente práctica.

EN GENERAL

El Instructor es el guía para entrar en el mundo submarino. Sus indicaciones
deben seguirse siempre, pues sus conocimientos y destreza son importantísimos
para la seguridad del alumno.

Este debe depositar su confianza en él y no dudar en hacerle cuantas pregun
tas precise para aclarar cualquier duda sobre los temas del programa o sobre sus
experiencias en las prácticas.

B. 3

¡BIENVENIDO!

Nuestra más cordial bienvenida al mundo submarino, cuyo umbral te dispones
a atravesar. Bajo el agua no se habla: para dirigirnos a alguien lo señalamos con
el dedo. No hay tratamientos de excelentísimo ni de ilustrísimo, ni siquiera de us
ted. Por esa razón nos dirigimos a ti con la llaneza del tuteo, que refleja además la
camaradería que reina entre buceadores, tanto dentro como fuera del agua.

Nuestro sistema de enseñanza constituye un conjunto teórico-práctico que va
a facilitarte el camino para que llegues a adquirir la destreza necesaria para desen
volverte en el medio subacuático.

B* 5

Este manual se separa del clásico libro utilizado hasta ahora para la enseñanza
del buceo y pretende, aun a costa de ser repetitivo y, en apariencia, desordenado
en sus temas, introducir en el novel, sin esfuerzo para éste, los conocimientos bási
cos precisos para disfrutar de nuestro deporte con seguridad plena y, en especial,
enseñar a manejar el equipo y a actuar de una forma práctica y eficaz en el buceo.

Es el resultado de muchos años de experiencia, tanto en buceo como en ense
ñanza, de todos cuantos formamos la Escuela Nacional de Buceo Autónomo De
portivo (ENBAD).

A lo largo de este curso, con la ayuda de los instructores, irás descubriendo
que bucear es algo muy sencillo: basta con respetar las «reglas del juego».

Observarás que no es necesario ser ningún superhombre para bucear: basta
con una constitución física normal y gozar de buena salud.

Tampoco se requiere ser un gran estilista en la natación, aunque sí hay que ser
capaz de mantenerse a flote con seguridad.

Es muy importante tener dominio del uso del equipo primario de buceo, o sea
máscara, tubo y aletas. De no ser así deberás practicar hasta lograr una total tran
quilidad bajo el agua.

Esa cualidad, la tranquilidad, la presencia de ánimo y capacidad de reacción
correcta frente a cualquier contingencia, es un elemento Indispensable para cual
quier buceador.

Lo peor que puede sucederle a un buceador es una «espantada», una subida
guiado únicamente por el instinto de conservación, despavorido. Eso no debe su
cederle jamás, pase lo que pase, a un buceador experto.

Bajo el agua hay que ser tranquilo, pero no indolente; hay que saber reaccionar
con prontitud, pero jamás con prisas. En inmersión están totalmente prohibidos los
movimientos bruscos. Si tú reúnes todas esas condiciones que hemos apuntado
hasta aquí, ¡adelante! Seguramente llegarás a ser, con el tiempo, un excelente bu
ceador. Si no, tendrás que poner mucho empeño en dominarte para lograr inmer
siones tranquilas. Pero al final, cuando alcances ese dominio de ti mismo en el
medio acuático que te permita evolucionar como un pez en un mundo de tres di
mensiones, podrás comprobar con satisfacción que valía la pena.

E.N.B.A.D.

PANORAMA HISTÓRICO

El hombre, desde sus comienzos, ha
deseado y necesitado el contacto con
el mar. En forma imperativa ha buscado
penetrar bajo el agua sin haber obteni
do claro éxito harta hace relativamente
poco tiempo.

Ese afán humano a tener acceso al
mundo submarino no obedecía sólo a
simple curiosidad y afán de descubrir
cosas nuevas, sino a la necesidad de
aumentar la productividad de la acción
humana en el mar. Efectivamente, la
pesca de coral, esponjas, perlas, con
chas, etcétera, es mucho más producti
va por medio de bucedadores que utili
zando sistemas tradicionales desde
embarcaciones. Así, pueblos cuya vida
dependía en gran parte de los produc
tos del mar, sobre todo en zonas donde
la temperatura de las aguas no era de-

masiado baja, empezaron a bucear, ha
ciendo de esa actividad un medio de
vida.

Cualquiera que habitase a orillas del
mar tuvo que verse alguna vez en la ne
cesidad de traspasar la superficie para
recuperar cosas que habían ido a parar
al fondo, desde cualquier utensilio de a
bordo hasta valiosos cargamentos que
reposaban en el interior de naves hundi
das.

Existen pruebas de que el buceo en
apnea ya se practicaba 2000 años a. de
C. en el Perú. En el Museo Británico se
conservan bajorrelieves del siglo IX a.
de C. que muestran a unos prisioneros
fenicios evadiéndose bajo las aguas del
río Tigris respirando de odres de piel,
bajo las flechas asirias.

Reproducción de un bajorrelieve
asirio del siglo IX a. de C. (Museo
Británico).

B. 7

En 1430 aparecen manuscritos re
presentando a un buzo trabajando bajo
el agua. Son, pues, numerosas las
pruebas de esa inquietud del hombre
por conseguir sumergirse, con mayor o
menor éxito, que han llegado hasta
nuestros días.

Reproducción de un equipo de buceo