El manual Bibliotecas (1948) de Enriqueta Martín fue realizado con el propósito de servir de libro de texto en los cursos de biblioteconomía del International Institute de Madrid.
Según la Introducción de Belén Marañón, contiene varias partes:
a) una primera iniciadora, de carácter informativo y destinada a ayudar al alumno que principia, dedicada a las ideas más elementales sobre la biblioteca, su funcionamiento, sus servidores y sus clientes;
b) una ampliación y corrección de un folleto publicado en 1934 con el título de Reglas de catalogación por las alumnas de biblioteconomía en la Residencia de Señoritas;
c) una somera noticia histórica de las bibliotecas y de los elementos que la integran;
d) un índice alfabético de las materias contenidas;
e) los signos más generalizados en la corrección de las pruebas de imprenta y su aplicación;
f) una lista de definiciones de términos relacionados con las bibliotecas;
g) las palabras más usuales referentes a procedencia, impresión, etc., de un libro en varios idiomas; y
h) una lista de títulos para encabezar fichas de materia.
Enriqueta Martín
Bibliotecas
ePub r1.0
Titivillus 14.08.16
Título original: Bibliotecas
Enriqueta Martín, 1948
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
INTRODUCCIÓN
Esta publicación nace con el propósito bien definido de servir de ayuda a los alumnos que asisten a las clases que, sobre temas relativos al funcionamiento de Bibliotecas, organiza y ofrece el Instituto Internacional de Boston desde 1928. Sin embargo, las numerosas consultas que sin cesar se reciben y el apremio con que se viene solicitando su impresión, muestra que un público mucho más numeroso que el formado por alumnos y antiguos alumnos, está interesado en las cuestiones relacionadas con Bibliotecas.
No se encontrará en estas páginas afán alguno ni alarde literario; su máxima ambición es lograr en cada caso precisión y claridad, utilidad y servicio.
En la composición del presente volumen entran:
a) Una primera parte que podría calificarse de iniciadora. Es de carácter informativo y está destinada a ayudar al alumno que principia, a iniciar al profano en estas materias o a recordarlas al que las cultivó en un tiempo y después las dio al olvido. Contiene las ideas más elementales sobre la Biblioteca, su funcionamiento, sus servidores y sus clientes.
b) La segunda parte, es solo ampliación y corrección de un folleto publicado en 1934 con el título de Reglas de Catalogación , por las alumnos de Biblioteconomía en la Residencia de Señoritas. En esta parte se dan unos principios que la experiencia ha enseñado que son prácticos, para hacer un catálogo en fichas de tamaño internacional. Se abordan gran número de problemas de los que se presentan en el trabajo de catalogación; pero no se pretende agotarlos, pues tratándose de un sistema artificial destinado a facilitar el uso de una Biblioteca, pueden encontrarse dificultades y objeciones casi sin límite. Eso sin contar que aquí se han querido dar normas generales, pues si ha de considerarse, como no se puede por menos, que después viene la aplicación concreta a cada Biblioteca, se hallará que una por una presentan problemas específicos que se tendrán que resolver en cada caso de acuerdo con lo que sea conducente al mejor uso de los libros y a la mayor conveniencia de los lectores.
c) La tercera parte trata de dar una somera noticia histórica de las Bibliotecas y de los elementos que las integran, es decir, el material escrito, así como también del origen de la producción gráfica y del impulso de coleccionar y ofrecer a los lectores ese mismo contenido. Todo ello tratado de acuerdo con la forma elemental que conviene a los alumnos principiantes de las clases de Biblioteconomía, como queda dicho.
d) Sigue un indice alfabético de las materias contenidas en el libro, que permitirá encontrar en seguida la que se busque por medio del número indicador del párrafo o párrafos que la traten.
e) A continuación se dan los signos más generalizados en la corrección de las pruebas de imprenta y un párrafo que muestra la aplicación de los mismos.
f) Hay después una breve lista de definiciones de términos relacionados con las Bibliotecas, los cuales debe conocer en su significado exacto el estudiante de Biblioteconomía y también el bibliotecario.
g) En seguida se insertan las palabras más usuales referentes a procedencia, impresión, etc., de un libro, en los idiomas que se consideran más corrientes entre nosotros y que pueden ser útiles al estudiante cuando hace catalogación, pues a veces desconocerá cierto idioma o tal palabra referente a algún dato que debe consignar.
h) Por fin hay una lista de la que se pueden seleccionar títulos para encabezar fichas de materia, que son sin duda, las que más ayuda prestan al visitante de una Biblioteca. No pretende esta lista abarcar todos los epígrafes posibles. Lejos de ello, se deja media página en blanco para que cada persona que la quiera tomar como base, añada los títulos en forma que puedan ser útiles a su establecimiento, así como también puede tachar o suprimir de algún modo los que considere que no sirven; de esta manera llegará a obtener una lista uniforme que pueden utilizar sus colaboradores sin tener que discutir cada vez, reformar ni conservar en la memoria lo que se encuentre que es apropósito. La lista que se ofrece trata de llenar las necesidades de una Biblioteca de tipo general, en la que las secciones se hallen más o menos equilibradas y en la que el número de volúmenes no sea más de veinte mil. Para las Bibliotecas especializadas esta lista puede servir solo como punto de partida, pero la expansión de los subtítulos ha de ser más detallada y adaptada al contenido; más aún, conviene que se tenga en cuenta las adquisiciones en perspectiva.
Cada línea de este modesto trabajo aspira a inculcar en los estudiantes a quienes va destinado, la idea de la función pública del libro y el deber que tiene el bibliotecario de convertirlo en un elemento vivo cuya penetración social debe procurar por todos los medios que su ingenio y su preparación técnica le sugieran. Con ello conseguirá, como ha de ser su anhelo, cumplir la parte que le corresponde en la función de ampliar la cultura, de proporcionar solaz y de fomentar los impulsos descubridores de la ciencia y creadores en el arte, que suelen dormitar o existir en germen en el fondo de muchos espíritus.
BELÉN MARAÑÓN
RECONOCIMIENTO
Como sería interminable la lista de las alumnas que han cooperado con su aportación entusiasta a dar cima a este libro, solo se mencionarán algunos nombres, si bien el recuerdo del alegre esfuerzo que todas han prestado quedará siempre vivo animando estas páginas. Entre las iniciadoras se cuentan Carmen Nieto, Lola Ybarra, Paquita Serra, Victoria Hernández y Carolina Toral. Entre las que han ayudado en los toques finales, Belén Marañón, Laura Argüelles y Ángeles Pérez de Sostoa. Su publicación puede decirse que se debe al impulso prestado por Pilar Saldaña y Adelaida Martínez. Han cooperado con sus dibujos Consuelo de la Gándara y Justa Lostau. Finalmente, sin la generosidad del Instituto Internacional de Boston jamás habrían visto la luz estas páginas.