Agradecimientos
La vida ha sido buena conmigo. En el camino he encontrado a muchísimas personas que, de una u otra forma, han sido y son mi soporte, y han contribuido —algunas sin saberlo— a consolidar mi vida profesional; personas honestas, desprendidas, brillantes, que han estado en el momento en que he necesitado una mano, un consejo o un par de ojos.
Este libro es posible gracias a todas las personas de esta lista, sin ningún orden, que son parte primordial en este camino. Infinitas gracias por ayudarme a pasar la primera valla.
A Alberto Gómez Font, mi profundo agradecimiento por prologar este libro, por sus palabras y su amistad.
A Katherine Pajuelo Lara por su exhaustividad al revisar mi primer borrador.
A Juan Miguel Marthans y Rubén Barcelli por la pulcra edición.
A Oscar Carrasco por sus aportes, observaciones y siempre amigo.
A Daniel Soria por su amistad, sus consejos para esta edición y sus bellas palabras en la contracubierta.
A María Luisa de la Rocha por sus recomendaciones, consejos y amistad.
A Alessandra Canessa por motivarme a editar y publicar este libro: fue idea suya recopilar mis apuntes de clase y mis publicaciones antiguas.
A Juan Manuel Chávez, quien me inspira a no dejar de escribir, por sus generosas palabras en la contracubierta.
A Fernando Carbajal le debo su apoyo permanente, su amistad, sus investigaciones y bibliografía.
A Ada Ampuero por estar siempre para mí; por su ayuda con las referencias.
A Beatriz Benítez, buena amiga que me trae los libros que necesito. Este verano de 2017 llegó con dos ejemplares que me ayudaron a completar estos apuntes.
A María Ester Capurro, otra buena amiga que cargó en su maleta los libros que le pedí.
A Cinthya Carbonel porque durante tres años tuvo el cuidado de guardar todas las entradas de mi blog Ideas y palabras, textos que en su mayoría se perdieron cuando desapareció del ciberespacio.
A mi maestro Rodolfo Cerrón Palomino, porque en 1987 me recomendó cuidar mis comas. Desde entonces no he parado.
A Alfredo Valle Degregori (1937-2007) por todo.
A mis compañeros de Control de Calidad del diario El Comercio, con quienes compartí y aprendí tanto.
A Miguel Farfán por su amistad y por las buenas lecturas.
A Marco Martos por creer en mis proyectos.
A la Escuela de Edición de Lima, que me invitó a dictar clases y me permitió conocer personas de gran calidad humana y profesional.
A cada uno de los socios fundadores de la Ascot Perú, que me siguieron en la aventura de asociarnos. Y a los socios que se vienen incorporando porque creen que es mejor estar juntos que aislados.
A Alicia Zorrilla le agradezco por ser ejemplo de tenacidad y por sus hermosos libros.
A Antonio Martín, por todo. Gracias, siempre, por acompañarme a crecer con la Ascot Perú.
A mis amigos correctores del mundo, que me enseñan tanto.
A mis alumnos de ayer y hoy.
Anexos
Modelo básico de pautas de corrección para correctores independientes
Si el contratante afirma no tener manual de estilo o pautas de edición y corrección, se recomienda que el profesional de la corrección presente siempre una propuesta por escrito al momento del contrato. Estas pautas son un modelo, una guía. Cada corrector puede —debe— adaptarlas a las necesidades de sus clientes. No se propone ningún estilo para citas y referencias, pues ese aspecto es una decisión del contratante, en coordinación con el corrector.
Mayúsculas
Todos los nombres propios van en altibajas: Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, Andes.
Todos los nombres comunes, en minúsculas: la puna, santuario arqueológico.
Los meses y días de la semana, en minúsculas: enero, jueves.
El nombre común de los accidentes geográficos, en minúsculas: valle del río Chili, laguna Salinas, cordillera Occidental
Las marcas y los modelos, con mayúscula inicial: Toyota, Yaris.
El nombre común de los topónimos, con minúscula inicial: región Lima, provincia de Cajatambo.
Los cargos, las profesiones y los oficios, en minúsculas: jefe, gerente, doctor.
Los idiomas y las lenguas, en minúsculas: inglés, quechua, aimara.
Los nombres de diarios, revistas y blogs, en cursivas y altibajas: Perú21, Puente aéreo.
Las conferencias y los seminarios, en altibajas y en redondas: Art Lima.
Las siglas de hasta cuatro letras, en versalitas: BCRP, IEP. Si la sigla tiene más de cuatro letras, pero su pronunciación no es posible, en altas: UNMSM. Los acrónimos de más de cuatro letras se escriben en altibajas: Indecopi, Infocor.
Léxico
Se escribe video, periodo, Cusco, Amazonia, septiembre, en todos los casos. En general, cuando haya alternancia léxica en ciertos vocablos y sean aceptados sus dos formas, se preferirá la norma peruana.
No se usan: a nivel nacional/internacional (cambiar por ámbito, territorio...); en el marco de (cambiar por como parte de).
Cursivas
Las palabras quechuas y extranjeras van en cursivas: nice!, Ama sua.
Las palabras latinas de uso cotidiano, en redondas y con ortografía española: accésit, adenda, memorándum, etc. Las expresiones latinas, en cursivas, sin tildes: mare magnum, grosso modo.
Los títulos de libros y publicaciones en general, en cursivas, solo con mayúscula inicial: La palabra del mudo.
Acentuación actual (2010)
No se tilda el adverbio solo.
No se tildan los demostrativos este, ese, aquel (ni sus femeninos y plurales).
Los prefijos se escriben pegados a la palabra (exjefe) y se aplican las excepciones: ex primera dama, ex-Beatle.
Las palabras guion, truhan, kion se escriben sin tilde.
Puntuación
Comillas: « ». La jerarquía es « “ ‘ ’ ” ».
Rayas: para diálogos ( — ) y para separar incisos.
Guiones: para palabras compuestas ( - ).
Cifras y números
Los siglos van siempre en versalitas.
La numeración se acomoda dejando un espacio entre miles y centenas: 21 230, excepto las cifras de cuatro cifras y los años: 1988, 2007.
Los decimales se expresan con coma decimal: 5,7.
El signo de porcentaje va separado de la cifra: 56,7 %.
El signo de número es n.°
La numeración es cerrada (2.3.1.), con punto final.
Fechas
Se prefiere de para anteceder al año: enero de 2008. Pero también se usa sin preposición: enero 2013. En ningún caso, se deja la palabra año (*en el año 2013).
Se escribe década de + año o años + cifra (en singular). Ejemplos: década de 1940, años veinte.
Corregir en el Perú
Escribe: Sofía Rodríguez (2013b)
Revista Caretas 2306, 24 octubre 2013
En la literatura universal, los correctores de textos han sido protagonistas de historias increíbles, como la de Raimundo Silva, el corrector que escribe un «no» en vez de un «sí», en Historia del cerco de Lisboa, de José Saramago, o aquel que vive pensando en la coma que añadió a Cien años de soledad, en García Márquez y yo, del peruano Jorge Ninapayta. Para muchos, estos personajes son irreales; para nosotros, los correctores de carne y hueso, no, pues nos identificamos con sus penurias y sus sueños; con sus amanecidas y sus ansias por lograr la perfección.
No sería posible publicar un texto de calidad si no existiera un profesional agudo, minucioso, culto, lector ante todo, que se encargara de revisarlo. La verdad es que la calidad lingüística no es un mérito o una exclusividad de los autores, pues en la cadena editorial cuentan también los editores y los correctores de textos.
Además de estar acostumbrados a que el común de la gente prefiera a los correctores informáticos, a diario debemos insistir para que coloquen la tilde que faltó, la mayúscula ausente; incluso, a veces, hay que pedirle al autor que rehaga un texto incomprensible o nos explique qué quiso escribir para darle una mano (o dos). Se nos va la vida en una competencia desigual contra la herramienta de Word, porque a veces tener cerebro no basta. Pero no es tan terrible la situación, las más de las veces la jornada se matiza con