Anne-Sophie y Marie-Aldine Girard - Ser perfecta es un coñazo: Manual de supervivencia para mujeres normales (Spanish Edition)

www.megustaleerebooks.com ÍNDICEPara mamá, Daddy, las Woo girlsy todos aquellos que han hecho de nosotraslas mujeres imperfectas que somos. «Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros». JEAN-PAUL SARTRE «El éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». WINSTON CHURCHILL COMENTARIOS DE ELÍSABET BENAVENT Ser perfecta es imposible, bien lo sabemos nosotras que invertimos preciosos y preciados años de nuestra juventud para perseguir la excelencia. Es el sino de la mujer: convertirse en alguien lo suficientemente autoexigente como para no permitirse ser feliz. ¿Y cómo nos premia la vida? Con celulitis, tetas más colgonas y una certeza: alcanzar la perfección es imposible. ¿Quién quiere ser siempre pulcra y un dechado de virtudes? Porque, como bien leí una vez en una camiseta, las chicas buenas van al cielo, pero las malas a todas partes. ¿Quién quiere ser siempre pulcra y un dechado de virtudes? Porque, como bien leí una vez en una camiseta, las chicas buenas van al cielo, pero las malas a todas partes.

Y se lo pasan mejor. «DOÑA PERFECTA» Sí, lo sé. La teoría es reconfortante, pero en la práctica nos encontramos con que el mundo está lleno de minas anti-mujeres-reales a las que solemos apodar «Doña Perfecta». Confiésalo; nunca has estado más cerca de matar a nadie que cuando conociste a Doña Perfecta. Es odiosa, pero te sientes tan mal por desearle retortijones cada vez que la ves que hasta finges que te cae bien (o al menos que la toleras). Solemos pensar que cogemos manía a Doña Perfecta porque quisiéramos ser tan asquerosamente perfectas como ella, pero la realidad es otra: la odiamos porque es inaguantable, y su perfección solo es la punta del iceberg de lo mucho que la aborrecemos.

Es aburrida, tediosa y, lo que es peor, es la clase de persona que juzga duramente todas aquellas cosas imperfectas que tan bien nos lo hacen pasar. ¿Un ejemplo? Hay miles. Doña Perfecta tiene un máster en tocarnos las narices a dos manos. LOS SUPERPODERES DE SÚPER DOÑA PERFECTA Pero empecemos hablando de la dieta. Sí, porque Doña Perfecta no solo está en forma, sino que se alimenta únicamente de cosas que le sientan bien, mientras nosotras hacemos el mal encargando comida china a domicilio. Y ella nos mira como a un cachorrito que huele su propia caca antes de decirnos: «El cuerpo es un templo que debes respetar».

Y te dan ganas de aplaudirle por tan sabia frase... pero en la cara. Si la cosa se quedara ahí, Doña Perfecta solo sería lo que comúnmente llamamos una «tocapelotas». Pero es que su superpoder de pedantería va mucho más allá. Por eso es Doña Perfecta..., sabe de todo. Y de todo lo que sabe..., lo sabe todo.

Incluso es conocedora de tus ganas de darle guantazos pero, en su magnificencia, te lo perdona. ¡Pedazo de pedorra! Y mientras nosotras salimos hasta las tantas, nos gastamos más dinero del que deberíamos en copas y ropa que no nos queda bien (pero que es un chollo); mientras nosotras nos estrujamos cualquier atisbo de grano de la cara dejándonosla hecha un Cristo y cantamos vergüenzas musicales, ella lee a Proust sentada en el precioso sillón de su precioso salón, con sus preciosas piernas cruzadas, sus preciosos tacones de infarto y una preciosa copa de vino blanco del bueno que le estamparíamos en la cabeza si no temiéramos las consecuencias legales de tal ida de olla. Arg, allí está ella, con su cutis perfecto, su «no papada» y su vida de telefilm de sobremesa. REPITO: SER PERFECTA ES UN COÑAZO La perfección es un coñazo. Me reafirmo. Porque esta señora estará siempre monísima de la muerte pero nunca sabrá lo que es vivir en sus propias carnes una vida tan «apasionante» como las nuestras.

Ponerse pedo, mandar un mensaje indigno a horas intempestivas (y a veces hasta equivocarse y enviárselo a tu madre), hacer amigas en el cuarto de baño de un garito mientras pides un Kleenex a voz en grito porque no queda papel, ponerte demasiado pintalabios, salir en todas las fotos con los dientes manchados, caerte delante del chico guapo intentando hacer el famoso paso de baile de DirtyDancing (o creerte que bailas bien en general), discutir con la camarera porque no te atiende pero se está tomando un chupito con el guapo... y terminar a las ocho de la mañana sentada en el escalón de tu portal, comiéndote un trozo de pizza que has pagado a precio de oro en un local mugriento, mientras rezas por que tu madre no te llame para pedir explicaciones por ese mensaje lleno de consonantes que iba destinado en realidad a tu mejor amiga. Y todo en una noche..., Doña Perfecta, estás desperdiciando tu vida. La tuya es el hilo musical de Zara Home y la mía, un maravilloso concierto de Heavy Amateur. ALGUNAS VENTAJAS Vale, lo acepto: nos ahorraríamos muchos disgustos si en algunas cosas no nos dejáramos llevar por la hija del mal que llevamos dentro. No tendríamos tantas resacas (ni tantas lagunas los domingos por la mañana).

El probador de Zara no se convertiría en una sauna turca con final poco feliz. No mataríamos de sed al ficus ni ahogaríamos al cactus. Pero, la verdad, me aburro con solo escribirlo. Con lo divertido que es llamar a tu amiga y reconstruir la noche anterior con los recuerdos de las dos. Con lo psicológicamente fuertes que llegamos a ser después de ir de compras y vernos en bragas bajo esa odiosa luz. SOMOS MÁS, Y MÁS SABIAS Nosotras, queridas, las que nos subimos descalzas en el autobús nocturno porque no aguantamos los tacones (o salimos siempre con zapato plano), las que nos inventamos las canciones a grito pelao, las que bebemos de más, nos cuidamos de menos y nos enamoramos del más común de los gilipollas que masticará nuestros corazones y lo escupirá como un chicle al que ya no le queda sabor..., nosotras…, NOSOTRAS heredaremos el mundo. SOMOS MÁS, Y MÁS SABIAS Nosotras, queridas, las que nos subimos descalzas en el autobús nocturno porque no aguantamos los tacones (o salimos siempre con zapato plano), las que nos inventamos las canciones a grito pelao, las que bebemos de más, nos cuidamos de menos y nos enamoramos del más común de los gilipollas que masticará nuestros corazones y lo escupirá como un chicle al que ya no le queda sabor..., nosotras…, NOSOTRAS heredaremos el mundo.

Lo siento por Doña Perfecta, pero nosotras somos más, y más sabias. Ella nunca se tira pedos, nunca llora, ni se acuesta con él la primera noche. Ella nunca se cuelga de un chico demasiado joven. Ella nunca dice «te quiero» primero. Ella nunca recibe como regalo de aniversario un cepillo de dientes eléctrico. A ella nunca la han engañado ni abandonado con un cochino mensaje de móvil o e-mail.

A ella no la odia su suegra (porque probablemente es tan Doña Perfecta/odiosa como ella), ni ha vuelto a casa a las nueve de la mañana con churretones de rímel, perfumada de vodka, un nido de aves rapaces en lugar de pelo y las bragas en el bolso, en un tren lleno de gente trajeada que se va a trabajar. Su vida es ABURRIDA. Porque los pedos dan risa, llorar es catártico, aunque sea porque te ha salido un grano en la nariz, y acostarte cuando te dé la gana con quien te dé la gana es un gustazo por muchas cosas: placer y libertad. ¿Qué más quieres?