Novela ganadoradelIVPremioSomnium
Ciencia Ficción y Fantasía -
Te prestomivoz
Primera Edición, mayo de 2018
© Libros Mablaz: Madrid, 2018 Ricardo Muñoz Fajardo
www.librosmablaz.com
© Cristina Pernas
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Diseño de Cubiertas: Mari Carmen López
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ISBN: 978-84-948241-9-7 Depósito Legal: M-10241-2018 Libros Mablaz - 196 | |
TE PRESTO MI VOZ
Cristina Pernas
Quiero dedicarestanovelaamitío,
que noestáyaconmigo,
Una deesaspersonasmemorables quenopuedoevitarrecordarsinoes conunasonrisaenelcorazón.
Para ti,porti
PRÓLOGO.
LA HISTORIAQUESEREPITE
Algunos sostendrán que la costumbre se hereda tras años y años de repetición, pues invocamos palabras, usos o estilos dándolos por buenos sin reparo alguno. Un paso nos lleva a otro y ese a construir nuestra memoria sobre esos retazos, que acaban abandonando su apariencia consciente para formar parte de nuestro acervo. Pero, ¿qué ocurriría si nuestro mundo se construyese sobre mentiras? ¿Y si estuviésemos caminando sobre faltas y resbalones? ¿Cuántos seríamos capaces de olvidar el discurso de muchos para ser fieles a nuestra conciencia? Supongo que pocos, siempre será más fácil permanecer cobijados bajo la sombra de la tradición, de la rutina o del hastío. Además es bien cierto que, de hacerlo, mientras nosotros discutimos largo y tendido sobre ello, otros sufrirían por nuestra parálisis.
El tiempo tiene muchos hijos, la historia del hombre, los sueños que nos inspiran y la esquiva verdad que poco a poco sale a la luz. Porque la historia se repetirá si… “olvidamos que el día del hombre es breve, renunciamos al habla sencilla y desaprovechamos nuestro momento que siempre será aquí y ahora, obviando de esa manera que en el arte de la guerra que viste la existencia que vivimos, la inteligencia, disciplina y coraje deben ir inevitablemente unidos a la honradez y humanidad.” Todo esto es lo que pondrá a prueba a los personajes de este libro, para los que rigen tiempos de cambio. Situaciones, historias y verdades que les obligarán a cuestionárselo todo, incluso lo que ata sus pies a la gravita tierra. Todos ellos iniciarán un viaje transformador que reescribirá sus vidas, otorgando a cada uno su lugar y papel protagonista. Pero que también sumirá a algunos en las sombras y cloacas de su alma, pues es difícil defender la inocencia cuando no se ha tenido la oportunidad de pecar.
Nos trasladamos a una época ficticia en un futuro incierto, tras la Gran Guerra, cuando el hombre aprende a vivir de nuevo y renace de la Edad Oscura en la que le sumió su incapacidad para entender que aquel pueblo que ignora su historia y no aprende sus lecciones, la leerá con sufrimiento ya que está condenado a repetirla. Error recurrente que padecemos. ¿O quizás no sea así y esta pueda reescribirse? Volver a empezar. Continuar nuestra novela inacabada.
PRIMERA PARTE:
TE PRESTOMIVOZ
1. Tlacuilo, pintor de corazón amortajado
Te prestomivoz,mialmaterodea, hacestuyosmispensamientos...
Dicen que cada palabra encierra un espíritu que es liberado cuando esta se pronuncia. Yo puedo aseguraros que es cierto, trabajo con ellas, las moldeo, estiro, disfrazo y después olvido. He liberado miles sino millones de esencias y sé que tarde o temprano todas ellas me cobrarán un peaje.
Pertenezco a un antiguo linaje, no por derecho, sino de hecho, por designio del caprichoso destino que cruzó mi camino con el de Anne. Somos el último reducto de la escritura que queda en el mundo. Escribas nos llaman.
¡Escribas! Se equivocan, todos yerran. Un escriba en la Antigüedad, era un copista que preservaba las sagradas escrituras, transcribía libros e incluso ejercía de doctor y guardián de la ley. Nosotros somos creadores vendidos al mejor postor. Un escriba era respetado mientras que nosotros nada tenemos de grandes o rabíes, permanecemos en el anonimato y nunca obtenemos reconocimiento alguno. Ni siquiera podemos establecer contacto con los dominus, así es como llamamos a nuestros clientes. De hecho, únicamente en casos excepcionales, como con las grandes corporaciones, prestamos servicio directamente en sus instalaciones. Y siempre con la máxima discreción, sin exponernos a la luz, como si pudiésemos camuflarnos en el ambiente y desaparecer ante vuestros ojos.
Trabajamos bajo una férrea supervisión, siguiendo códigos estrictos de seguridad y confidencialidad. La razón es que manejamos secretos inconfesables, faltas y máculas de muchos de vosotros. Esos pedazos incandescentes que se arrojan fuera del corazón para que la vida continúe mientras nosotros podemos seguir mirándonos cada día en el espejo. Un autoengaño que oculta historias que nunca deberían ver la luz porque reverdecen mejor en la oscuridad. Nosotros las conocemos y custodiamos, esa es nuestra ley eterna, la que reúne todos los primeros principios y los secundarios. Yo la quebranté y es cuestión de tiempo que lo averigüen.
Jamás percibidos por el ojo. Somos la sombra más oscura, la umbra. Así permaneceremos. Esta es nuestra ley eterna, la que está impresa en todo escriba. Es nuestra ley natural. A veces también somos portadores de buenas noticias, nacimientos, reencuentros y redenciones. Pero, ¿para qué mentir?, esos mensajes son escasos y con frecuencia nos vemos obligados a poner voz a mentirosos, manipuladores, pecadores o idiotas que encuentran en nuestros servicios una herramienta muy útil para sobrevivir. Con esos trabajos me siento como un falso tlacuilo, un mal pintor de corazón amortajado, que engaña y desfigura el rostro de las palabras dando muerte a su color y belleza. Y es que desde que Anne y el
Maestro me mostraron su mundo, los libros se han convertido en el centro de gravedad de mi fría y solitaria existencia. Por eso siento que, de alguna manera, en muchos de mis trabajos traiciono aquello en lo que creo, lo que soy.
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