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SINOPSIS
U n 10 % de la población sufre dislexia, por lo que en España se calcula que unos 600.000 niños tienen dislexia y no lo saben. Una «trituradora de niños» que les condena al fracaso escolar sin tan siquiera ser conscientes de ello. Luz Rello también fue una niña con dislexia y, tras años de estudio e investigación, nos presenta una obra con todas las herramientas que tenemos actualmente a nuestro alcance para combatir la dislexia y ayudar a los niños y niñas a cumplir sus sueños.
Luz Rello
Superar
la dislexia
Una experiencia personal
a través de la investigación
PAIDÓS Educación
A los padres luchadores que
no se dan por vencidos.
A los maestros, profesores y terapeutas
que se convierten en nuestros héroes y,
sobre todo, a los niños con dislexia,
valientes y optimistas, fuentes inagotables
de perseverancia.
A mis padres, Alfonso y Pilar,
que a través de su ejemplo de trabajo diario
lograron que nunca me rindiera; a mi amiga Clara,
por apoyarme durante los interminables años
de colegio; y mi director de tesis de doctorado,
Ricardo, por descubrir mis fortalezas.
PRÓLOGO
La reparación de una injusticia
Siempre que intentamos recordar cuándo y dónde conocimos a alguien, aparece inevitablemente una fecha y un lugar. Sin embargo, yo conocí a Luz Rello en dos ocasiones y en ambos casos fue por primera vez.
Si nos atenemos a la cronología, fijaría la fecha del primer contacto en el año 2016, durante la ceremonia de concesión de los premios Princesa de Girona, cuando el rey Felipe VI le entregó una merecidísima estatua de bronce. Luego, dos años después, la he vuelto a conocer al leer el libro que tienen ustedes entre las manos.
Mírenlo bien antes de leerlo. Aparentemente es un libro normal, como tantos otros que ustedes han visto y tocado antes, pero yo les aseguro que es mucho más que eso. Algunos podrían definirlo como un manual para ayudar a personas con dislexia, y estarían en lo cierto. Otros tal vez lo catalogarían como una obra que narra la vivencia de una investigadora empeñada en cumplir un sueño, y también acertarían. Pero créanme si les digo que este libro, en realidad, nos cuenta una bella historia de amor.
Puede parecerles chocante mi definición. ¿Una historia de amor? ¿A quién? A nadie en concreto. Es una historia de amor a la ciencia narrada por una persona enamorada de su luminoso método. Luz Rello quedó fascinada durante su niñez por la figura de Marie Curie. Quería parecerse a ella sin saber que ese mismo deseo infantil ya generaba que se parecieran sin que fuera necesario hacer nada. Luz estudió, se esforzó por ser como ella ignorando que esa partida la tenía ganada desde niña. Le fascinó la figura de la famosa científica porque estaba viendo en ella su propio reflejo. Ahora, años después, tras mucho trabajo, todos la consideran la Marie Curie de su especialidad, pero en realidad ya lo era desde niña, cuando su dislexia hacía creer a algunos de sus profesores, absurdamente, que ella jamás llegaría a nada.
Luz está reparando con su esfuerzo esa injusticia. Es consciente del número de niños y niñas en todo el mundo que padecen dislexia y se niega a que esa torpeza con la que fue tratada vuelva a repetirse. «Que no te pase a ti lo que me pasó a mí» podría ser el lema que la ha impulsado durante toda su vida a ser lo que ahora es.
Tendrían que ver ustedes la ilusión con la que Luz Rello trabaja en su nueva oficina de Change Dyslexia. Es un despacho luminoso, con un mapa del mundo lleno de colores y unas ventanas limpísimas por las que entra el sol más bonito del mundo. Desde allí lleva a cabo una labor que podría definirse como útil, necesaria y fundamental, pero que yo prefiero llamar, simplemente, verdadera. Y lo es porque se sustenta en el trabajo científico y en el rigor absoluto. Para ayudar a los demás, como hacen Luz y su equipo, para evitar que a otros les ocurra lo que le pasó a ella durante su infancia, se necesita algo más que buenas intenciones. Es preciso el amor al razonamiento impecable, sin concesiones, y de este tipo de amor Luz Rello está tan llena que a veces parece que le salga por los ojos.
Ahora, cuando usted empiece a leer, irá entrando en el mundo especial y claro de Luz Rello. Percibirá que estas páginas están llenas de sol y que la autora posee una inteligencia tan caudalosa como su bondad. Aprenderá qué debe hacer para ayudar a las personas con dislexia que tenga a su alrededor y acabará siendo mejor persona. Porque este libro, créame, le va a contagiar lo que Luz es.
J UAN C ARLOS O RTEGA
PREFACIO
No puedes esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Con ese fin cada uno de nosotros debe trabajar para su propio mejoramiento y, al mismo tiempo, compartir una responsabilidad general con toda la humanidad, nuestro deber particular es ayudar a aquellos a quienes creemos que podemos ser más útiles.
M ARIE C URIE
Cuando era pequeña soñaba con llegar a ser investigadora. Pero tenía dislexia. No importaba lo duro que trabajara, yo suspendía, aunque trabajaba muchísimo. Tenía malas notas porque cometía demasiados fallos, odiaba mis errores de ortografía y durante años hice todo lo posible para librarme de ellos. Lo intenté todo. Llegué a copiar libros enteros a mano y me los aprendía de memoria. Hasta llegué a aprender, también de memoria, todas las reglas y las excepciones de la ortografía española. Hice todo lo que tenía en mi mano para superar los fallos. Al final, con mucho esfuerzo, llegué a ser investigadora y la dislexia se convirtió en mi tema de investigación. Lo más paradójico de todo es que los tres descubrimientos más importantes de los últimos ocho años tienen que ver precisamente con los errores de ortografía.
El primer descubrimiento fue que los fallos de las personas con dislexia no son arbitrarios. Tras analizar miles de errores descubrimos que existían patrones en las faltas y esto nos daba mucha información que no sabíamos antes. Esto convertía los errores en algo útil y muy valioso. El segundo descubrimiento fue ver que si combinamos estos patrones con inteligencia artificial, podíamos detectar el riesgo de dislexia, llegando a patentar el primer modelo que usaba juegos informáticos e inteligencia artificial para detectarla. Finalmente, el tercer descubrimiento fue que estos patrones encontrados en los errores también eran útiles para superar la dislexia si se integraban en juegos informáticos que se personalizan en función de los patrones generales y únicos de cada persona. De hecho, un estudio longitudinal nos demostró que los niños que usaron este método mejoraron significativamente. Con estos resultados comenzamos a pensar que quizá se podría conseguir que ningún niño volviera a sufrir a causa de la dislexia y que todos pudieran cumplir sus sueños sin que la dislexia fuera una barrera. De modo que salimos del laboratorio y fundamos Change Dyslexia (@changedyslexia) para cambiar el
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