Pearson, Rufina Diselxia : una forma diferente de leer / Rufina Pearson. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Paidós, 2017. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-950-12-9536-8 1. Lectura. 2. Dislexia. 3. Trastornos de Aprendizaje. I. Título. CDD 372.4 |
Diseño de cubierta: Gustavo Macri
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© 2017, Rufina Pearson
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Primera edición en formato digital: abril de 2017
Digitalización: Proyecto451
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ISBN edición digital (ePub): 978-950-12-9536-8
A todos y cada uno de mis pacientes,
porque cada uno en todo momento
fue fuente de creación y disfrute.
Agradecimientos
Muchas son las personas a las que debería agradecer, y probablemente me olvide de alguna, pero intentaré reflejar al menos una parte del gran agradecimiento que siento.
En primer lugar, a Vanesa Hernández, que confió en mí, en lo que puedo aportar, y me dio la soltura para escribir sobre lo que vengo trabajando. También a mi tan comprensiva y respetuosa editora Mariana Morales.
En segundo lugar, a Josefina Pearson, mi hermana, colega y amiga, que contribuyó muchísimo con ideas para el libro.
A Liliana Fonseca y Ana Sánchez Negrete, que me brindaron críticas constructivas y se tomaron el trabajo de leer todo el manuscrito.
A todo mi equipo JEL Aprendizaje, que siempre aporta ideas y colabora en todos los proyectos de investigación: Agustina Striebeck, Ana Sánchez Negrete, Cecilia Bettinelli, Clara Tognetti, Dolores Rébora, Francisca Isasmendi, Inés Fernandez Murga, Isabel Cornejo, Ivana Corrado, Josefina Ramos, Juana Trussi, Julianne Foster, Julieta Vargas, Catalina Mullen, Lucía Ceriani, María José Bustamante, Magdalena Magrane, Magdalena Hermann, Mariana Serantes, Mariana Terán, Mercedes Terán, Mercedes Nazar Anchorena, Milagros Marcaida, Sofía Ruiz de Luque, Victoria Antonini, Ximena Aroza, Consuelo Payá y Josefina Pearson. Especialmente agradezco el soporte del equipo de producción y comunicación: Florencia Pearson, Lucía Sorgentini y Pilar Pearson.
A Celina Oribe, Macarena Izurieta, Sofía Ruiz de Luque, Eleonora Lasala, Verónica Podestá, Delfina y Enriqueta Pearson, que aportaron ideas valiosas.
También a todas las madres y pacientes que generosamente brindaron su testimonio para que sirva como ejemplo.
A las instituciones, docentes, padres y alumnos que siempre colaboran en las investigaciones que hacemos. Generar conocimiento y aprender sobre el desarrollo típico de las habilidades y de lo que sucede en la escuela sería imposible sin ellos. Gracias Ernesto Castellanos, Yiyita Greco, Florencia Silveyra, María Díaz Saubidet y a todo el equipo docente de la Asociación para la Promoción Educativa y Social (APDES) y del colegio Buen Consejo.
A mis grandes amigas y hermanas que me animaron, en esos momentos donde uno quiere bajar los brazos. En especial a Enriqueta, que se plegó a la aventura de alejarnos del cemento para poder encontrar la concentración para escribir.
No me canso de agradecerle a Gustavo Abichacra, que supo unir fuerzas para que se sancionara la ley de las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) a nivel nacional, porque va a cambiar la historia de los chicos con dislexia.
El testimonio de Verónica Podestá, madre de dos hijas con dislexia, y su empuje generoso para hacer un cambio que ayude a todos son fuente de energía y admiración para mí y seguramente para muchos otros.
Les doy las gracias también a Cristina Domenech y Diego Tejerina por sus aportes en la temática de alfabetización en cárceles.
Y siempre agradecida a Linda Siegel, a quien le debo mi formación en investigación y en dislexia.
Palabras preliminares: la dislexia y la práctica pediátrica
Como pediatras hemos cometido muchos errores por desconocer las DEA. Este error nos llevó a no detectarlas y no poder prevenir sus consecuencias. La formación docente y profesional en nuestro país desestimó el impacto personal y social que tienen las DEA en la población mundial. En el caso de la Argentina, esto se debió principalmente al enfoque psicogénico en la formación. Sumado al desconocimiento y a la negativa de poder incluir las neurociencias en ella.
Por suerte, existen en el país profesionales de primerísimo nivel con formación internacional, como es el caso de la doctora Rufina Pearson quien hoy nos permite acceder, por medio de este libro, al conocimiento profundo de la dislexia. Este aporte se basa en su formación científica de excelencia y su conocimiento en el terreno, y muestra humildad y apertura para el trabajo en conjunto.
Hoy gracias a profesionales como la doctora Pearson y tantos otros, la dislexia dejó de ser algo desconocido. Nosotros, los pediatras, sabemos cómo repercute en la salud de los niños, adolescentes y adultos la presencia de esta dificultad, tan común y –hasta ahora– tan poco conocida. En los consultorios pediátricos vemos con frecuencia niños con diferentes síntomas que hoy sabemos se deben a las DEA. Por ejemplo, cuando acuden a la consulta con cefaleas recurrentes en época escolar, que disminuyen o desaparecen cuando llegan las vacaciones. O con dolores abdominales, musculares o síntomas de ansiedad que se presentan los días domingos o antes de dar un examen. El pediatra, el fonoaudiólogo y otros profesionales debemos estar atentos al motivo de la consulta.
Nuestro sistema nervioso está integralmente constituido, y sus conexiones a través de sus terminales nerviosas y neurotransmisores reflejan en qué situación se encuentra nuestro cuerpo en esos momentos. Este entramado natural es la razón por la cual los niños pueden presentar diferentes síntomas frente al aprendizaje. Ya sea favoreciendo la liberación de sustancias que generan placer y ganas de seguir aprendiendo, o sustancias que son liberadas en situaciones de estrés y que impiden el normal funcionamiento de nuestro organismo.
Hoy uno entiende cómo, cuando estas situaciones se extienden en el tiempo, llevan especialmente a estos niños a enfermarse. La mala interpretación de estas conductas conduce a empeorar el cuadro de situación. Los niveles de estrés por los que pasan estos niños durante su escolaridad llegan a ser en ocasiones alarmantes y sumamente perjudiciales. El desconocimiento provoca que se sigan enfermando y no sean capaces de encontrar el equilibrio emocional, físico y espiritual necesario para el aprendizaje. De algún modo, se les van yendo las ganas de todo, de seguir intentándolo, como bien refiere Martin Seligman con el término indefensión aprendida . Este cuadro describe la falta de fuerzas para seguir intentándolo, ya que los resultados independientemente del esfuerzo realizado son siempre los mismos. Esta situación es interpretada como desgano o falta de actitud por parte de padres y docentes, cuando en realidad es la consecuencia de nuestro accionar. Así como los distintos síntomas pueden ocultar diferentes enfermedades, las diversas conductas, que son el reflejo de lo que la persona siente y piensa, también pueden ser el reflejo de que algo está andando mal dentro de la escolaridad. No siempre es la situación familiar la que lleva a un niño a presentar dificultades. Las conductas no definen, ni deben definir a las personas y menos a un alumno, a un niño que está aprendiendo y que tiene su cerebro emocional en pleno desarrollo.