[4] Figura 40. Aunque no sabemos con precisión cómo ve el ojo los colores, los expertos suponen que la retina puede tener tres clases distintas de receptores del color, con curvas de sensibilidad posiblemente semejantes a las aquí dibujadas. Esto explicaría el hecho de que, cuando se mezclan tres colores primarios, se puede reproducir la gama total de colores del espectro visible.
[5] Figura 38. La luz de color se describe en términos físicos mediante una curva de distribución de energías. La curva típica A representa el color amarillo, que tiene una componente intensa en la región del amarillo del espectro. La distribución indicada en B tiene componentes en la región del rojo y del verde y es físicamente diferente de la indicada en A, pero para el ojo es el mismo amarillo.
[6] Los experimentos de Land, mencionados anteriormente, tratan de mezclas de dos colores y no de tres.
Física de la televisión explica, en forma amena y sencilla, los principios de la física aplicados en la televisión y muestra cómo los adelantos en el desarrollo de la televisión en colores arrojan nueva luz sobre los procesos del ojo humano.
Donald G. Fink & David M. Lutyens
Física de la televisión
ePub r1.0
Skynet 23.07.2019
1. La comunicación
La comunicación
Contenido:
- Ondas cerebrales
- Imperfección en la comunicación
- Imágenes en código
- Imágenes en movimiento
La televisión es uno de los mayores triunfos de la ciencia aplicada. Pero lamentablemente el destino de los grandes inventos es que, a medida que se convierten en parte integrante de nuestra vida diaria, dejan de provocar en nosotros la sensación de maravilla, que es lo que realmente corresponde, y se los admite como algo natural. La energía eléctrica, el aeroplano, las fibras sintéticas, los antibióticos, todos han llegado a formar parte de nuestro mundo diario. En realidad, la televisión se ha convertido en parte integrante de nuestra existencia antes que cualquier otro progreso científico importante. Su crecimiento ha sido casi explosivo. Los que se ocupan de estadística social se complacen en señalar que los Estados Unidos tienen más receptores de televisión que bañeras. La televisión afecta no solo a las cosas más comunes, como los hábitos en las diversiones y la rutina doméstica, sino también las técnicas educativas, los problemas científicos (por ejemplo, cómo tomar una fotografía de la cara opuesta de la Luna) y aun nuestro sentido de la belleza. Y se ha pagado el precio inevitable. Esa familiaridad engendra, si no desprecio, por lo menos indiferencia. Sin embargo, la física de la televisión, tema de este libro, tiene un interés fascinante. Aquello que está detrás de la pantalla atrae más que mucho de lo que aparece en ella. Presenta una trama más ingeniosa que la mayor parte de los misterios detectivescos, es más asombroso que la ficción científica y más importante que muchas discusiones políticas.
En primer lugar, para comprender cómo aparece en nuestro hogar esa imagen hipnótica tenemos que enfrentarnos con el enigma del movimiento ondulatorio. Las ondas luminosas se desplazan entre el actor y la cámara y nuevamente entre la pantalla del receptor y nuestros ojos; las ondas de radio recorren el espacio entre la torre de transmisión y la antena de nuestro receptor; existen aun otras clases de ondas, llamadas señales eléctricas, que recorren cientos de alambres y cables eléctricos entre el estudio de televisión y el equipo de las distintas radioestaciones en cadena.
Segundo, no es posible comprender la electricidad sin penetrar en la estructura del átomo y sin conocer la biografía de los electrones. Cómo separar los electrones de sus átomos y cómo controlar luego su movimiento son dos de los problemas fundamentales de toda la física. En tercer lugar, al llegar al último capítulo, donde consideraremos la TV en colores, comprobaremos que resulta mucho más difícil de lo que podría suponerse ver y analizar los colores. Tampoco debemos dejar a un lado ese órgano humano ingenioso hasta el milagro, el ojo, hacia el cual, en última instancia, está dirigido todo el proceso. La posibilidad misma de la televisión descansa en peculiaridades incidentales, como la persistencia de la visión humana. En el nivel de la física aplicada, tendremos que familiarizarnos con la válvula electrónica, la herramienta número uno de la electrónica moderna. Conoceremos el efecto fotoeléctrico, mediante el cual la luz se convierte en electricidad, y la misteriosa propiedad de la fluorescencia, por la cual la electricidad puede volver a transformarse en luz.