Otra economía, otros valores y el poder en otras manos
Lo que hay detrás de la crisis es la especulación financiera que ha llegado a ser gigantesca y peligrosísima. Pero los capitales se han ido yendo a la esfera financiera especulativa porque allí tienen más rentabilidad relativa.
Hay que evitar que la especulación sea más rentable que la actividad que crea riqueza.
Para eso hay que penalizar la especulación y sus beneficios, extraordinarios pero letales para el resto de la economía, y hacer que los mercados reales sean más dinámicos y rentables. Y para que esto último sea posible es necesario que haya mucha más demanda y mucha mayor capacidad de compra: hay que subir los salarios reales. De hecho, fue su caída en los últimos años lo que disminuyó la demanda, y con ella las ventas, la producción y la rentabilidad.
Las medidas y políticas alternativas que acabamos de señalar son perfectamente posibles y por supuesto necesarias pero no se podrán adoptar mientras que el poder esté en manos de los banqueros, de los grandes financieros y de los grandes propietarios.
Para que haya una economía diferente es necesario que los ciudadanos tengan el suficiente poder para asegurar que sus preferencias democráticamente expresadas se conviertan en decisiones. Lo que hoy día sucede es lo contrario: las preferencias de los ricos son las únicas que lo consiguen.
La crisis está mostrando el lado inmoral y criminal de muchas actividades financieras y económicas. Por la ganancia se permite todo. Hay billones de euros para ayudar a los bancos y no unos pocos miles para evitar que cada día mueran 25.000 personas de hambre.
Las crisis seguirán produciéndose y con ellas el sufrimiento innecesario de millones de seres humanos si no logramos que lo inmoral sea inaceptable, si la ética del respeto a la vida y de la cooperación no se impone sobre la del beneficio. No sufrimos solo una crisis económica. No nos engañemos, es la crisis de un sistema social y económico, de nuestra civilización, de una humanidad que se ha pervertido a sí misma solo para que una minoría se harte de disfrutar y de ganar dinero.
Todo el mundo habla de bancos, de macroeconomía, de planes de rescate, de billones de dólares, de cuentas corrientes, de especulación, de comercio que se viene abajo... y se extiende la idea de que estamos sufriendo efectivamente una debacle económica gigantesca.
Todos están pendientes de los ministros de economía y a los economistas nos llueven las invitaciones para que tratemos de explicar lo que está sucediendo.
Pero no es solo de economía de lo que hay que hablar.
¿Acaso es solo una cuestión económica que en los años anteriores se haya dejado que los especuladores multimillonarios pudieran hacer lo que les viniera en gana, que las autoridades hicieran la vista gorda ante los engaños y las trampas contables de los grandes financieros?
¿Acaso es una mera cuestión económica que los banqueros sean prácticamente impunes, que no tengan que responder por sus comportamientos avariciosos?¿Acaso la apuesta por un modelo económico basado en la especulación inmobiliaria y en el endeudamiento teledirigido, en el empleo precario de millones de personas y en la cuasi esclavitud de miles de inmigrantes es una decisión solamente económica?¿Alguien cree de veras que el dedicar billones a apoyar a los bancos que han provocado la crisis y negarse a financiar la lucha contra el hambre que ellos mismos provocan es un asunto simplemente económico?Creemos que no. La auténtica debacle tiene que ver con nuestros principios, con el inmoral orden de preferencias que hoy día prevalece en nuestras sociedades.No es solamente a los mecanismos económicos a lo que hay que mirar sino a los principios éticos, a los impulsos que guían la actuación de los poderosos, de los gobernantes y del conjunto de los ciudadanos. Y al poder tan desigual que hay detrás de cada uno.Los primeros se lo quieren llevar todo, los segundos los dejan hacer y una inmensa mayoría de la gente guarda silencio mientras tanto.Esa es la crisis, la del robo, la de la complicidad y la de la sumisión y el silencio.Para hacerle frente hay que empezar, pues, por animar y ayudar a que los ciudadanos levanten su voz y le digan a los poderosos que hasta aquí hemos llegado.
Dedicado a nuestras amigas y amigos de ATTAC y a todos los que en diferentes organizaciones, partidos, sindicatos o movimientos, con sensibilidades, creencias o militancias diferentes, tienen, sin embargo, la misma convicción y la misma aspiración que nosotros: hacer realidad ese otro mundo más justo que es posible.
ATTAC Justicia Global
Los textos de este libro son de libre difusión (copyleft) con el ruego de que sea mencionada su procedencia en su caso.
Diseño y cubierta: Miguel Vagalume
Fotografica bajo licencia Creative Commons
Neil Howard
http://flickr.com/photos/neilsingapore/
Deposito legal: M-12330-2099
Editado por ATTAC España
Attac es un movimiento ciudadano internacional para el control democratico de los mercados financieros y sus instituciones.www.attac.es
Este libro de Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, “La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla”, nos revela que el dinero que circula por el mundo es falso, puesto que se mueven 5,5 billones de dólares en la economía financiera de los mercados de cambios y en las bolsas mientras que el comercio mundial es cien veces menos, que los prestamos hipotecarios eran los denominados NINJA, acrónimo de “No Income, No Job and No Asset”, es decir a personas sin ingresos, sin trabajo y sin patrimonio que así creían tener algo; y que en Estados Unidos, al igual que en España, el 40 por ciento de las viviendas compradas no estaban destinadas para ser habitadas. El capitalismo ha creado un sistema en que el dinero no es dinero, a los pobres los hipotecan para que crean que no son pobres y las casas no son para vivir. ¿Y cómo puede suceder esto? (Extracto de la introducción)
Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa
La crisis financiera
Guia para entenderla y explicarla
ePUB v1.0
LR214.12.11
Esta crisis no es un caso aislado
Vivimos una crisis de gran envergadura. Las finanzas de todo el mundo han saltado por los aires, han quebrado bancos que hasta hace poco se enorgullecían de su fortaleza y de sus inmensos beneficios y detrás de ello ha venido un repentino incremento del paro y del cierre de empresas de todo tipo.
Cuando sucede algo tan grave tendemos a pensar que nos encontramos en un hecho novedoso y nunca antes visto, pero no es así.
En realidad, las crisis, es decir, los momentos en que toda la economía se viene abajo, son algo muy antiguo y podríamos decir que consustancial al capitalismo.
Se han estudiado mucho y hoy día sabemos que sea cual sea el factor que en cada ocasión las desencadena siempre terminan produciéndose.
¿Quién no hay oído hablar de la crisis de 1929 que trajo consigo el desempleo de millones de personas? ¿O de la crisis de los años setenta y más recientemente, de las crisis financieras de México, de Rusia, de los entonces llamados “Dragones Asiáticos”, de Japón... o de la que sufrimos en España en 1993?
Todas las economías sufren crisis con más o menos recurrencia.