SOLUCIONES ESPIRITUALES
Deepak Chopra
Traducción de Silvia Komet
Título original: Spiritual solutions
Traducción: Silvia Komet
1.ª edición: mayo, 2013
© Deepak Chopra, 2012
© Ediciones B, S. A., 2013
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
Depósito Legal: B-34722-2012
ISBN DIGITAL: 978-84-9019-431-7
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A las manos que se tienden
y a todas las que responden
Una nota personal
Desde mis primeros tiempos como médico, hace cuarenta años, la gente me pedía respuestas. Lo que querían era un tratamiento médico, pero las palabras tranquilizadoras y el consuelo del contacto humano resultaban tanto o más valiosos. Un médico, a menos que esté completamente «quemado», se ve a sí mismo como un salvador improvisado que libra a las víctimas del peligro y las conduce a una situación de seguridad y bienestar.
Agradezco los años que pasé viendo pacientes, porque aprendí la diferencia entre consejo y solución. Raramente se puede ayudar a las personas en apuros valiéndose de consejos. Las crisis no esperan y, si no se encuentra la solución adecuada, lo que sucede suele ser muy malo.
Mantuve el mismo criterio al escribir este libro. La idea surgió a partir de que la gente me escribía contándome sus problemas. Me llegaban cartas de todo el mundo, y en un momento dado las respondía desde la India, los Estados Unidos y muchos otros lugares, sobre todo por Internet. Sin embargo, en cierto modo todos me escribían desde el mismo lugar interior donde la confusión y la oscuridad los abrumaba. Eran personas heridas, traicionadas, víctimas de abusos, incomprendidas, enfermas, preocupadas, ansiosas y, a veces, desesperadas. Lamentablemente, estos sentimientos forman parte de la condición humana, casi permanente para algunos, pero también son posibles en personas que están felices y satisfechas... por el momento.
Quería dar respuestas que fueran lo suficientemente duraderas para que, cuando cambiara «el momento», cuando apareciera la crisis y se presentaran desafíos a los cuales enfrentarse, tuvieran soluciones sólidas a mano. Las llamo «soluciones espirituales», lo que no significa que sean religiosas o estén ligadas a la oración o a entregarse a Dios; más bien pienso en una espiritualidad secular. Solo gracias a ella la gente moderna logrará reconectar con su alma o, para eliminar toda jerga religiosa, con su «verdadero yo».
¿Qué efectos personales han tenido las crisis en nosotros? Fuera cual fuere la situación, nos retiramos y encogemos por dentro, sentimos un ataque de ansiedad. Para buscar la solución, este estado de conciencia contraída representa el enemigo. Las auténticas soluciones a las crisi vienen de una conciencia expandida, en la cual los sentimientos internos ya no son la rigidez y el miedo, sino que los límites ceden y las nuevas ideas tienen espacio para crecer. Si logramos ponernos en contacto con el verdadero yo, la conciencia no tiene límites. Desde ese lugar, las soluciones emergen espontáneamente y funcionan. A menudo lo hacen como por arte de magia y los obstáculos que parecían insuperables se desvanecen. Cuando sucede, el peso de la ansiedad y el dolor desaparece por completo. Luchar nunca ha sido el propósito de la vida, sino desarrollarse desde su origen en un fluir de conciencia pura. Si este libro deja aunque sea una sola impresión duradera... habré logrado mi propósito.
Deepak Chopra
UNO
¿QUÉ ES UNA SOLUCIÓN ESPIRITUAL?
Nadie discute que la vida plantea desafíos, pero tomemos distancia un instante y hagámonos una pregunta profunda: ¿por qué? ¿Por qué la vida es tan difícil? Al margen de las ventajas con las que hayas nacido —dinero, inteligencia, una personalidad atractiva, unas perspectivas brillantes, buenos contactos sociales—, ninguna de ellas constituye la clave mágica para una existencia fácil. La vida se las arregla de alguna manera para plantearnos dificultades que nos exigen esfuerzos enormes y nos causan sufrimiento. La forma en que superamos los problemas marca la diferencia entre la promesa de éxito y el fantasma del fracaso. ¿Hay alguna razón o se trata sencillamente de una serie de acontecimientos azarosos que nos desconciertan y nos impiden afrontar lo que pasa?
La espiritualidad empieza con una respuesta decisiva a esa pregunta. Nos dice que la vida no es una casualidad. Cada existencia tiene un patrón y un propósito. El motivo de que se nos planteen desafíos es simple: hacernos más conscientes de nuestro propósito interno.
Si lo de la respuesta espiritual es verdad, entonces debería existir una solución espiritual a cada problema... ¡Y la hay! La respuesta no está en el problema, a pesar de que la mayoría de la gente centre en ello toda su energía. La solución espiritual está más allá. Cuando uno logra sacar su conciencia del lugar en que la lucha está siempre presente, ocurren dos cosas al mismo tiempo: la conciencia se expande y, al hacerlo, empiezan a surgir nuevas respuestas. Cuando la conciencia se expande, los acontecimientos que parecen casuales dejan de serlo y un propósito mayor trata de abrirse paso a través de ti. Cuando tomas conciencia de ese propósito —único para cada persona—, te conviertes en el arquitecto al que le han encargado el proyecto. En lugar de poner ladrillos y tuberías al azar, el arquitecto puede avanzar ahora con la confianza de saber cómo será el edificio y cómo construirlo.
El primer paso en este proceso es reconocer a partir de qué nivel de conciencia uno está trabajando en un momento dado. Cada vez que surge un desafío, ya sea en el terreno de las relaciones, el trabajo, las transiciones personales o crisis que exigen acción inmediata, intervienen tres niveles de conciencia. Si empezamos a conocerlos, habremos dado un gran paso para encontrar la mejor respuesta.
NIVEL 1: LA CONCIENCIA CONTRAÍDA
Este es el nivel del problema y, por lo tanto, atrae nuestra atención de inmediato. Algo ha salido mal. Las expectativas se han visto frustradas. Nos enfrentamos a obstáculos que no queremos apartar de nuestro camino. A medida que aumenta la resistencia, la situación sigue sin mejorar. Al examinar el nivel del problema, suelen estar presentes los siguientes elementos:
Tus deseos se ven frustrados. Algo que quieres topa con una oposición.
Sientes que cada paso adelante es una batalla.
Sigues haciendo aquello que, para empezar, nunca ha funcionado.
La ansiedad y el miedo al fracaso siempre subyacen.
No tienes la mente clara. Hay confusión y conflicto interno.
A medida que aumenta la ansiedad, se agota tu energía. Sientes un cansancio cada vez mayor.
Para saber si estamos atascados en el nivel de conciencia contraída podemos hacer una sencilla prueba: cuanto más luchamos por librarnos de un problema, más atrapados estamos en él.
NIVEL 2: LA CONCIENCIA EXPANDIDA
Este es el nivel donde empiezan a aparecer las soluciones. La visión se extiende más allá del conflicto y aporta mayor claridad. La mayoría de la gente no puede acceder de inmediato a este nivel porque la primera reacción ante una crisis es contraerse. Nos ponemos a la defensiva, nos volvemos desconfiados y miedosos. Pero si nos permitimos expandirnos, veremos que los siguientes elementos penetran en nuestra conciencia.
La necesidad de luchar empieza a disminuir.
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