La nueva numerología
Alain-Victor Christel
LA NUEVA
NUMEROLOGÍA
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de M. Àngels Pujol i Foyo.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2017
© [2017] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-545-1
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Hemos utilizado la Cábala en esta obra como símbolo de la aspiración espiritual del hombre. El Árbol de la Vida, su emblema, es una especie de escalera en cuyo extremo reside Kether (la Corona), mientras que un abismo extremadamente desagradable se encuentra situado aproximadamente a media altura. Se trata del jardín descuidado en el que se encuentran nuestros sufrimientos. La Cábala está considerada a veces como el jardín del Edén, en medio del cual crece el Árbol de la Vida; emparentado con este árbol tenemos el símbolo del Bien y el del Mal, el de Adán y el de Eva... Sea como sea, estos elementos se encuentran, además, en las raíces de nuestro conocimiento, de la sabiduría de nuestro pensamiento religioso, como la mayoría de nuestras supersticiones imposibles de desarraigar respecto al origen del hombre...
M ALCOM L OWRY
(Under the Volcan)
Índice
INTRODUCCIÓN
Querido lector:
Los números que ríen y los números que lloran son la expresión de la vida cotidiana... Yo deseo que esta obra sea sencilla en su concepción para exponer sólo lo esencial de los pasos de mis investigaciones numerológicas en el marco de la psicología humana. No espere encontrarse con un tratado metodológico culto, sino más bien con la proyección de la experiencia diaria de varios años. Este libro representa un testimonio que yo dedico, naturalmente, a mi familia, a mi clientela y a todas esas personas anónimas que hacen progresar la numerología a la sombra del éxito.
Me gustaría compartir con usted esta ciencia, este ideal, pero también este arte, con un aire nuevo.
Los números son símbolos, es decir, un puente lanzado entre dos mundos: uno material y otro espiritual. Los dos juntos forman un único mundo: el Universo.
Cada número es una estructura divina por su esencia, arquitectura de la creación, sin la cual el universo no podría existir, puesto que no habría ningún molde para que tomara forma.
Los números son la expresión de energías que transmiten las verdades profundas, y no una verdad única y absoluta... que no existe por definición. Cada plano, cada parcela del Universo, cada símbolo y cada número posee su propia verdad. Todas conducen hacia la luz o hacia las tinieblas, en función de nuestro libre albedrío. El desconocimiento de este postulado es, a menudo, una fuente de incomprensión entre los individuos y lleva a la intolerancia.
El cosmos (término atribuido a Pitágoras y que significa «orden») está gobernado por las leyes inmutables, de las cuales la más característica para nosotros es la de los ciclos naturales de la existencia.
Acerca de esto, Buda decía: «La vida está representada por el nacimiento y por la muerte: entre estos dos términos, tenemos lo que podríamos llamar una pausa».
Una pausa muy singular, que permite a cada uno actuar en la rehabilitación simbólica de Adán y Eva en este jardín del Edén que se encuentra en nosotros.
Una persona ha escrito con mucha sabiduría: «Sólo existe una alternativa para que nuestro mundo desaparezca: o el hombre se vuelve perfectamente bueno, o perfectamente malo. A la espera de esto, las fuerzas de la luz se enfrentan a las de las tinieblas; se trata de la dualidad, que nos hace progresar de forma individual a través de eternas dudas sobre cosas ya ‘adquiridas’ o de ilusiones perdidas».
La dimensión espiritual se ve siempre reforzada por eso, puesto que ella sola es inquebrantable.
Manifiesta su poder a través de las pruebas, de las que emerge más rica, y a través de los éxitos, de los que emerge más humilde...
Las ciencias llamadas esotéricas, como la numerología, son guías puestas a nuestra disposición para aportar su contribución en la evolución humana. Representan todas una manifestación concreta y brillante del poder supremo, pero todavía se tiene que probar que existe un principio creador único al que muchos dan el nombre de Dios o el de Gran Arquitecto.
No es la intención de este libro relatar la historia de los números y de los símbolos que se acercan a ellos. Algunas obras especializadas en este ámbito llevan en ellas la señal del genio que sujetaba la pluma: yo me permito señalar sólo que si los orígenes concretos de la numerología se basan en la tradicional alegoría «de la noche de los tiempos», investigaciones importantes permiten situar las bases, las premisas de esta ciencia, en el IV milenio a. de C. (época sumeria). Mucho más cerca de nosotros (siempre relativamente), el Maestro indiscutible de las matemáticas, Pitágoras (él mismo se atribuyó este nombre, como homenaje a Casandra, la sacerdotisa de Delfos), nacido en el año 580 a. de C., se divertía diciendo: «El Universo está dirigido por leyes y el número es su expresión». El tiempo le dio la razón. Platón adoptó sus ideas y las transmitió parcialmente en un famoso tratado. De la famosa escuela de los Iniciados de Alejandría a Descartes no hay más que un paso..., hasta el siglo XI, en el que se tradujo el libro sagrado de la tradición hebrea: la Cábala, puesto que debemos llamarla de esta forma (Qabbalah = recepción y transmisión). Esta obra contiene en su interior muchos secretos que todavía no se han revelado (porque todavía no ha llegado el momento), así como un árbol espléndido y misterioso, con múltiples ramificaciones, bautizado con el nombre de árbol de los séphiroth.
Nosotros nos encontramos en el corazón del Universo de los números, «del álgebra del absoluto», para recuperar esta metáfora que hemos tomado prestada a un famoso cabalista.
Cada séphire, de un total de diez (en plural séphiroth), es un recipiente de energía que simboliza un valor numérico. Están relacionados mediante 22 senderos, que corresponden a caminos iniciáticos precisos; todo ello está dominado por la Corona (Dios), punto de partida y punto de llegada. Se sabe que este árbol somos nosotros. El significado profundo del AdamKadmon no es el de decirnos que normalmente buscamos en el exterior verdades que no se corresponden con nuestra realidad, sino que todo ESTÁ EN NOSOTROS. Es hacia nuestro Dios interior hacia donde es necesario volverse, en lugar de idolatrar carneros de oro ambulantes...
La metodología cabalística es muy compleja. Está formada por tres procedimientos o niveles:
Página siguiente