Amy Tey
Proceso Infinito de Transmutación con la Energía Universal
Proceso Infinito de Transmutación con la Energía Universal
Amy Tey
Esta obra ha sido publicada por su autor a través del servicio de autopublicación de EDITORIAL PLANETA, S.A.U. para su distribución y puesta a disposición del público bajo la marca editorial Universo de Letras por lo que el autor asume toda la responsabilidad por los contenidos incluidos en la misma.
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© Amy Tey, 2018
Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras
Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com
universodeletras.com
Primera edición: julio, 2018
ISBN: 9788417436483
ISBN eBook: 9788417435639
Prólogo
Deseo hacerle llegar a la gente que lea este libro, una visión de todo cuanto encierra el desarrollo de un método que fué interpretado y creado por mí como un regalo divino, que tiene por finalidad reorganizar las energías de vida mediante un contacto con la energía universal que ayudará a la persona que lo vive a tener una experiencia muy personal e íntima consigo misma , a veces con personas que partieron o experiencias o mensajes que nos aportarán un contributo para nuestra evolución, aun cuando no tenga conocimientos previos del manejo de las energías, ya que este sistema como sistema de tarapias holísticas, no necesita de ninguna iniciación.
Se puede practicar por todas las veces que se quiera. No tiene contraindicaciones ni terapéutica particular, solo necesita de buena predisposición y deseo de experimentar un vuelo al cielo, en el que, al retornar, se traiga consigo el recuerdo de las vivencias extrasensoriales que le ofrezca su alma, bienestar y una experiencia unica como herramienta de evolución para su vida.
Solo quien se pregunta obtiene respuestas......
Capítulo I
Conociéndonos
Desde pequeña tuve inclinación a buscar experiencias nuevas, y en mis juegos, que habitualmente eran en solitario, disfrutaba de entretenimientos que a las demás niñas de mi edad no se les ocurrirían, por ejemplo, tener de amigo a un espejo, preguntarme quien vivía en las estrellas, y otras mas que mis mayores en familia recordaban con mucha gracia!
Tuve una infancia muy feliz, y los recuerdos de esa entrañable época me acompañan aún hoy. La alegría y la inocencia eran una constante, lejos de cualquier hecho que pudiera alterar la paz en mi vida.
Luego vinieron los estudios que realice hasta mi primer año de universidad en que decidí cambiar de rumbo. Durante todo ese tiempo supe atesorar amistades que aun hoy conservo con mucho cariño.
Comencé mi contacto con estas terapias a raíz de la muerte de mi padre en el año 2002, en Buenos Aires. Recuerdo que en mi confusión por querer saber concretamente qué había sucedido en aquel momento, mi mente colapsó. Yo me quedé aquí y él del otro lado, mudos, sin poder comunicarnos. Eso me causó un shock .
Siempre fui una persona que supe dominar las situaciones difíciles, tuve mi mente fría y en los momentos angustiantes siempre supe qué hacer. Pero esta vez me sentí completamente al margen de las circunstancias. Ni siquiera me percaté de que aquello no tenía retorno. Era consciente de la muerte de mi padre, aquel amigo entrañable, compañero de paseos y charlas en familia, quien se hacía respetar con una mirada, pero luego se ablandaba cuando comenzábamos a hablar, se había ido para siempre. Pero lo que me había dejado helada era haber sido partícipe junto a él de la experiencia de la separación de las dos realidades: la vida y la muerte. El velo se había corrido, indeleble, entre los dos..., silencioso, trascendental y, a la vez, infinitamente incomprensible. Se corría como el agua entre los dedos, imposible de hacerla volver atrás.
Pasados los primeros días, busqué apoyo en la iglesia en la que me casé. Tal vez hablando con el sacerdote me supiera dar alguna palabra que me ayudara. Recuerdo que, en el ingreso, al escritorio de su secretaria en la iglesia alcancé a decirle: «Vengo porque mi padre falleció hace unos días y necesito la palabra del sarcedote». Con ingrata sorpresa recibí de respuesta: «Usted debe acudir a un psicólogo. ¡No tengo tiempo para estas cosas!». Se cerró una puerta y volví a quedarme sola, allí, peor que cuando había entrado.
Transcurrido poco tiempo comenzaron a llegar a mí, por medio de propagandas, letreros, conversaciones en la calle, Internet, cosas que se relacionaban con la palabra «reiki» y que jamás había escuchado en mi vida. Al principio creí que se trataba de un masaje o algo parecido.
Quise averiguar qué era esto puesto que se me había despertado un inusitado interés, y hoy me doy cuenta que cuando esto sucede todo se asocia para llegar a lo que se desea.
Como no podía ser de otra manera encontré información por todos lados, lo que tocaba se convertía en datos de interés, tal véz, pudiera encontrar con reiki aquellas palabras que solicité y me habían sido negadas.
Mi intención no era otra que lograr conocer, aprender, bucear sobre estos temas a los que antes no les había prestado atención, porque no era necesario hacerme preguntas, tenía mi educación católica y eso me parecía que era suficiente. Soy enemiga de la dominación que ejerce cierta gente, que, conociendo sobre las prácticas de ciertas técnicas, solo piensan en manipular a quienes cándidamente recurrimos a ellos y les otorgamos así alguna clase poder, que solo es, al inicio, seducción por lo desconocido.
Siempre hay gente ingenua que cae en sus redes, pero esto no dura mucho tiempo ya que, pasado el encanto y los magros resultados, la gente no vuelve. Lo que molesta es que esa gente se desilusiona y cataloga a todos los que damos terapias genuinas como poco serios, por decirlo de forma elegante. Además, de una desilusión se pasa a una estafa, la peor, la de nuestros sentimientos y confianza, ya que es la causa que nos mueve a ir en busca este tipo de recursos.
Soy una persona a la que no le agrada ser manipulada, a tal extremo que, si me incitan a hacer algo para mérito de otra persona, no hago nada, me quedo inmóvil. Porque eso quiere decir que esa persona desea manipularme. Esta es una de las formas que utiliza el/la manipulador/a para decir: «Haz lo que te digo cuando te lo digo!... y si lo haces bien será una prueba de mis conocimientos, Yo te manipulo! Esto no es conocimiento, es ego, y el ego engaña. Mi consejo es tomar distancia de esa gente, porque van detrás del botín, que en este caso, es usted.
Lo peor que se puede hacer es tener temor a dejar estos círculos, porque solo tienen poder mientras usted tenga voluntad de dárselo. No asista, desaparezca, y verá cómo vuelve a tener confianza en sí mismo/a.
En cambio, existen aquellas personas que no haciendo alarde de sus atributos, se dedican a hacer obras silenciosamente, sin pedir absolutamente nada ni hacer propaganda. Digo esto porque siempre este ambiente se prestó para engañar a la gente, en este caso es importante tener criterio a la hora de experimentar con estas terapias porque en general son efectivas. Para poder discernir si lo que se dice es comprobable debemos estar con buena predisposición y siempre preguntar, escuchando las respuestas sabremos si son lógicas o no. Ya que mucha gente desmerece con su conducta la labor que otra tanta dignifica por su voluntad y esfuerzo trabajando a diario por sus semejantes.
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