Copyright edición en español © 2021 por Hachette Book Group, Inc.
Publicado en inglés por FaithWords con el título Don’t Drop the Mic, copyright © 2021 por TDJ Enterprises, LLP
Diseño de portada por Dexter Jakes
Fotografía de portada por Kathy Tran Photography
Copyright de portada © 2021 por Hachette Book Group, Inc.
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Primera edición: abril 2021
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Traducción, edición y corrección en español por LM Editorial Services | lydia@lmeditorial.com, con la colaboración de Belmonte Traductores
Impreso en los Estados Unidos de América
ISBN: 978-1-5460-3605-0 (tapa blanda) | E-ISBN: 978-1-5460-3606-7 (libro electrónico) | ISBN: 978-1-5491-0881-5 (audiolibro)
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En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios,y la Palabra era Dios… Entonces la Palabra se hizo hombrey vino a vivir entre nosotros. Estaba llenode amor inagotable y fidelidad.
—Juan 1:1, 14
El libro que estás leyendo ahora no es el primero que imaginé.
De hecho, era un poco reacio a escribir un libro sobre comunicación, porque me considero a mí mismo mucho más practicante que profesor, más predicador que pedagogo, y más personal que profesional en mi enfoque. Con el paso de los años, sin embargo, hombres y mujeres más jóvenes me han pedido muchas veces consejos, consejería y sabiduría sobre cómo comunicar de modo eficaz. Muchas de esas peticiones se referían a la predicación, la cual es sin duda un área de habilidad experiencial, pero a medida que mi ministerio se expandió y nuevas oportunidades me condujeron a la oratoria, a la escritura y a la producción, frecuentemente me pedían consejos sobre comunicación en varios tipos de medios.
Entonces, mi amigo, el Dr. Frank Thomas, a la vez profesor de seminario y pastor, me instó a compartir la sabiduría que he obtenido de mis propias experiencias, junto con mis observaciones y sugerencias prácticas acerca de cómo maximizar el mensaje ante el micrófono. Con su ayuda, que explicaré en el capítulo uno, me emocioné al considerar cómo hago lo que hago y cómo ese conocimiento puede ayudar a otras personas. Pensando en mi concepto general para este libro, fui capturado por la dualidad y la paradoja de lo que significa “tirar el micrófono”.
Por una parte, experimentar un momento de tirar el micrófono comunica el potente y resonante impacto que prácticamente todo comunicador desea tener ante su audiencia. Aunque tal vez tú no dejas caer el micrófono literalmente tras hablar en la reunión del consejo municipal, el evento escolar para recaudar fondos, el retiro de la junta directiva o el evento en la iglesia, sin ninguna duda, quieres aprovechar al máximo esas oportunidades cuando te piden que impartas un mensaje. Quieres dejar a los oyentes impresionados e inspirados, informados e intrigados, por lo que tú has compartido.
Por otra parte, tirar el micrófono también puede significar agarrar torpemente esas mismas oportunidades, ya sea por temor, falta de experiencia, poca familiaridad con la audiencia, falta de preparación u otras barreras de las que hablaremos. Este tipo de acción te cuesta más de lo que crees, y da como resultado malentendidos, confusión, ambigüedad y poca confianza en tus propias habilidades para comunicar. Aunque cada vez que hablas tal vez no hace temblar la tierra, no provoca una gran ovación, o no es un momento en el que tiras el micrófono, puede ser una conexión completa de conversación textual entre tu audiencia y tú.
Todo orador crea más distancia entre sí mismo y la audiencia, o bien cierra la brecha y concilia esas diferencias. Es mi deseo ayudarte a sacar el máximo de tu micrófono, cualquiera que pueda ser, y conectar con quienes reciben tu mensaje. A lo largo del camino espero que comprendas el poder sin igual de la comunicación exitosa, incluso a medida que la practicas con más productividad, pasión y potencia. Y déjame asegurarte: ¡yo estaré aprendiendo a tu lado!
Verás, durante los últimos meses, he estado predicando en una iglesia vacía debido a la necesidad de limitar el contacto humano y permanecer en casa para prevenir la perpetuación del virus COVID-19. Al igual que la pandemia global ha tocado y alterado todas las facetas de la vida humana, así también ha requerido que la iglesia una la tecnología con la tenacidad a fin de crear conexiones, facilitar la adoración colectiva mediante incontables pantallas, levantarnos unos a otros en oración, y experimentar sermones dirigidos a empoderar, equipar y aumentar nuestra fe durante estos tiempos de calamidad.
Antes de la pandemia, en The Potter´s House a menudo emitíamos servicios en directo y proporcionábamos archivos de video de servicios y sermones anteriores para nuestra congregación global en el internet. En muchos aspectos, sin embargo, nuestras capacidades electrónicas y ofertas en el internet parecían complementarias, si no, periféricas, ante la participación en persona para la floreciente comunidad que estaba involucrada activamente en nuestra iglesia principal y las iglesias hermanas afiliadas. Entonces descendió nuestra consciencia del virus y lo cambió todo. Maximizamos nuestra capacidad técnica para llegar a todos, y de conectar y comunicar como iglesia. Grupos pequeños comenzaron a reunirse vía Zoom para tener sus estudios bíblicos, y las redes sociales se convirtieron en el método de alcanzar a quienes tienen necesidad. De la noche a la mañana, nuestra audiencia en el internet aumentó en un doscientos por ciento.
El coronavirus amplificó el poder del micrófono, y yo no iba a dejarlo caer. Me bombardearon peticiones de entrevistas, me vi abrumado por llamadas personales y mensajes de texto de personas que querían saber mis opiniones sobre cómo funcionar en la pandemia, y me buscaban pastores y líderes de ministerios para obtener consejo sobre cómo dirigir sus servicios y reuniones.
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